El relato de un extrabajador del Mundial de Fútbol de Catar: "Bebíamos agua sucia y gasté en el hospital el dinero ganado"
Un documental realizado por 'La Media Inglesa' viaja hasta Nepal para conocer las historias en primera persona de trabajadores que participaron en la construcción de infraestructuras del próximo Mundial de fútbol.
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madrid, Actualizado:
"Cuando iba a orinar no salía nada, tenía que apretar para que saliera algo. Al levantarme, se me escapaba la orina. Me dijeron que tenía la vejiga inflamada". Ese es el relato de un extrabajador, que enfermó por las condiciones en las que trabaó durante la transformación a la que Catar se ha sometido para albergar el Mundial de fútbol. Calor, mala alimentación y escasez de agua potable, la tormenta perfecta que junto a unos horarios de trabajo extenuantes ha provocado que muchos empleados vuelvan a sus países de origen con enfermedades crónicas hayan tenido que recurrir a tratamientos médicos. Muchos de ellos fallecieron y nunca volvieron a casa.
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El torneo arranca este 20 de noviembre y las condiciones laborales han sido uno de los ejes de la polémica en torno al Mundial. Para corroborar la situación, el medio deportivo e independiente La Media Inglesa ha viajado hasta Nepal, lugar de origen de muchos trabajadores migrantes, que relatan en primera persona las consecuencias físicas de trabajar bajo las condiciones impuestas por las empresas y permitidas por el Gobierno del emirato. El documental, que tiene tres episodios y donde también analizan las redes de la FIFA y sus corruptelas, puede verse en YouTube.
El relato de este reportaje audiovisual, titulado Qatar: el mundial a sus pies, evidencia las duras condiciones que tuvieron que sufrir muchos trabajadores, en su inmensa mayoría migrantes desde países vecinos como Nepal e India, necesitados de ingresos y utilizados como mano de obra barata en uno de los mayores negocios del mundo.
"Gasté en el hospital el dinero ganado. Si el agua potable fuera abundante y buena no enfermaríamos con tanta frecuencia"
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Otro trabajador, también de Nepal, relata en esta producción de La Media Inglesa cómo eran el agua y los alimentos a los que tenían acceso. "Los alimentos no eran frescos. Ya huelen mal cuando llegan, pero hay que comer (...) El agua de la nevera estaba muy sucia, para beber agua de calidad hay que tener dinero. Nosotros bebemos agua sucia enfriada. Desarrollas enfermedades renales, cálculos... Son las enfermedades más comunes en Catar. Gasté en el hospital el dinero ganado. Si el agua potable fuera abundante y buena no enfermaríamos con tanta frecuencia", asegura este hombre.
Hay muchos aspectos de este Mundial de fútbol sobre los que otean problemas éticos, por los cuáles muchas voces han llamado a su boicot. Además de las condiciones laborales, englobadas bajo un sistema laboral teóricamente ya erradicado denominado kafala, que permite prácticas que en Occidente serían imposibles, los derechos humanos también han estado en el foco. Sus leyes contra la comunidad LGTBI han provocado que artistas como Dua Lipa se echen atrás y no participen en la gala inaugural del torneo.
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"Levantaba al día, sin ayuda, 300 o 400 sacos. No podíamos descansar porque los guardias no nos dejaban. Si te sentabas, se quejaban a la empresa", relata un exempleado, que además cuenta que la jornada laboral se llevababa a cabo en días entre 40ºC y 45ºC. Los datos en torno a la seguridad de los trabajadores han sido totalmente opacos y desde el emirato no han sido facilitados, aunque hay estimaciones, como la que realiza The Guardian –tal vez extrema en sus cálculos—, que eleva los muertos a 6.500.