Las ciudades metropolitanas ayudan a descongestionar el turismo masivo de las capitales ofreciendo precios más asequibles. En el caso de Badalona, la cuarta ciudad en número de habitantes de Catalunya, la poca oferta hotelera nunca le ha permitido situarse al frente de los destinos turísticos. Sin embargo, el municipio cada vez recibe más extranjeros, sobre todo con la llegada del buen tiempo, con la playa como principal reclamo. Los apartamentos de alquiler estacional han proliferado y, con ellos, las molestias vecinales. Ahora, la apertura del tercer hotel de la ciudad, ubicado en el Puerto de Badalona, quiere ser un revulsivo para la promoción económica pero quiere alejarse del turismo masivo que llega a Barcelona.

"Nos alejamos mucho del turismo masificado y esto lo conseguiremos rompiendo la variable de la estacionalidad", asegura el director del Hotel Marina Badalona, Jordi Batet. Más allá de la época de verano, cuando llegan gran cantidad de visitantes, el nuevo equipamiento quiere atraer a empresarios que requieran organizar convenciones o congresos, por eso el hotel cuenta con cinco salas que lo facilitarán. También piensan en la llegada de personal del ámbito científico y sanitario que tiene como referencia el campus de Can Ruti. "Queremos transmitir que se puede llegar a la excelencia y dar una imagen amable de la ciudad donde no hace falta hacer colas para ir a cualquier sitio", añade Batet. El nuevo hotel apuesta por el turismo sostenible.

Desde la vecindad de la zona ven con buenos ojos la apertura del nuevo equipamiento. La inauguración del paseo marítimo, hace diez años, fue un revulsivo por el barrio que durante años tuvo que convivir con las obras y con un terreno sin urbanizar. "Lo vemos muy bien porque será una forma de atraer turismo a Badalona", opina Eva Castilla, presidenta de la Asociación de Vecinos del Front Marítim, "esperamos que llegue turismo familiar y de calidad". El proyecto se detuvo en varias ocasiones y los vecinos tuvieron que convivir con parte del recinto portuario sin acceso. "Ahora ya tenemos el paseo abierto completamente y se puede acceder al espigón", recuerda Castilla.

El Marina Badalona es el tercer recinto hotelero con el que cuenta la ciudad, más allá de algún hostal y unos sesenta pisos turísticos que disponen de permiso para serlo. En total, Badalona suma unas 700 plazas para alojar a visitantes. En los primeros días de su apertura, el hotel del puerto ya ha colgado el cartel de completo para el fin de semana, cuando se celebra el Gran Premio de Fórmula 1 en el Circuit de Barcelona – Catalunya.

Un proyecto de ciudad

La llegada del nuevo hotel ha sido muy esperada en la zona portuaria, no solo por el negocio en sí, sino también por dar un impulso a la nueva centralidad que quiere crear Badalona. El terreno donde se ha levantado este edificio de 15 plantas, propiedad de Marina Badalona -el ente que gestiona el puerto- se vendió para conseguir financiación para costear el canal de agua del Gorg, que parece que se reanudará con impulso a partir de este verano. "Si el hotel era tan ansiado y por fin lo tenemos después de tanto esperarlo, también lo será el canal", dice el alcalde de Badalona, Rubén Guijarro. "No hay mejor manera de mostrar nuestro litoral como desde este hotel", añade.

Además, el nuevo equipamiento tiene un vínculo estrecho en la promoción económica local debido a que el 50% de los trabajadores son de Badalona. "Firmamos un convenio para que la aportación de los candidatos se hiciera desde el Instituto Municipal de Promoción del Empleo", dice el alcalde, "es una sinergia magnífica". De hecho, el propio director es vecino del barrio de Montigalà. "Badalona trabaja para ser un referente y mira el futuro con ilusión", afirma esperanzado Rubén Guijarro.

Preocupación por los pisos turísticos ilegales

Mientras la apertura del nuevo hotel espera ser una atracción para el turismo, la zona más céntrica de Badalona ve con preocupación la proliferación de pisos que se destinan a alquiler vacacional sin licencia. "Hay comunidades que tienen muchos problemas", dice Eva Castilla. Con la llegada del buen tiempo, los vecinos del Front Marítim deben convivir con ruidos, suciedad y molestias provocadas por algunos de los turistas que se alojan en estas viviendas.

Badalona cuenta, desde 2015, con una ordenanza municipal que regula las viviendas de uso turístico. La normativa divide a la ciudad en dos zonas. En una de ellas, donde están incluidos los barrios del frente marítimo -los pisos en primera línea de mar- están prohibidos los alojamientos turísticos. En el resto de la ciudad, se admiten las viviendas de uso turístico si éstas están concentradas en un edificio completo. Ahora mismo, en la ciudad hay contabilizados 61 pisos turísticos dados de alta en el registro de la Generalitat. Pero desde el Sindicat de Llogateres alertan de que, solo accediendo a las plataformas de alquiler vacacional, se pueden encontrar hasta 500.

"El ayuntamiento implanta una normativa y no la cumple. ¿Qué esperan? ¿Qué Badalona se convierta en la Barceloneta?", alerta Esther Torralbo, miembro del Sindicat de Llogateras. Desde la entidad piden que se pongan inspectores y que se multe a aquellas personas que alquilan ilegalmente una vivienda. También reclaman un buzón específico donde los vecinos puedan denunciarlo cuando detecten alguno. Desde el sindicato lamentan que "se especule con un bien de primera necesidad" y recuerdan que las viviendas de uso turístico disminuyen la oferta residencial y encarecen los precios globales.

Desde la Asociación de Vecinos del Front Marítim esperan que la llegada del hotel del puerto frene los alojamientos turísticos y, con ello, las molestias que les provocan.