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Ataques al feminismo y "sanación" de homosexuales: el legado del obispo Munilla tras más de 12 años en Gipuzkoa

"Prefiero ser menos popular y mantenerme fiel al evangelio, aunque eso nos traiga problemas de incomprensión", afirmó el polémico religioso en Radio María, donde llamó a su seguidores a no dejarse "contaminar por los medios de comunicación".

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El obispo José Ignacio Munilla en una imagen de archivo. — Unanue / EUROPA PRESS

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El único cambio que José Ignacio Munilla prevé experimentar este invierno será estrictamente geográfico. El obispo ultraconservador dejará Donostia y se trasladará a Alicante, donde asumirá las riendas de su respectiva diócesis. Lo hará con las mismas recetas y sentencias contra todo lo que mínimamente huela a izquierda, feminismo, aborto... La mochila de este religioso, afín a la línea más dura de la Iglesia, seguirá tan cargada como hasta ahora.

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Los aplausos que durante los últimos días se hicieron sentir desde algunas parroquias guipuzcoanas tiene mucho de despedida y poco de agradecimiento. Desde que se instaló en el principal despacho del Obispado de San Sebastián, Munilla ha sido sinónimo de radicalidad y polémica a partes iguales. Por eso hoy sus críticos, entre los que se encuentran sacerdotes vascos, no ocultan su alegría.  

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"Creo que José Ignacio Munilla no es un pastor. Puede ser el líder de un movimiento. Lo es. Pero no un pastor", escribió Félix Azurmendi, párroco del pequeño municipio de Azkoitia, en un artículo de opinión publicado el pasado miércoles en Religión Digital.

Las diferentes cruzadas lanzadas por Munilla desde el Obispado de San Sebastián alarmaron una y otra vez a religiosos como Azurmendi, completamente alejados de la línea dura que encarna el hasta ahora responsable de la Iglesia en Gipuzkoa. Entre ellos y el obispo hay una inmensa brecha que, según señala el cura de Azkoitia, se traduce ahora en una diócesis "destrozada".

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"No leo nada de lo que se diga de mí, paso", afirmó por su parte Munilla este viernes desde Sexto Continente, su programa en Radio María. "No voy a estar leyendo cosas que han nacido de corazones intoxicados", agregó.

El obispo se mostró además sumamente duro con la prensa, al punto de afirmar que "uno de los cánceres es la existencia de determinadas páginas de información religiosa que tienen mucho de cloacas de clericalismo del malo". Durante la audición, Munilla llamó a sus seguidores a no dejarse "contaminar por los medios de comunicación". "Entre medios y medios hay diferencias, pero me entendéis", remarcó.

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En una intervención inicialmente dedicada a explicar a sus oyentes el traslado a la diócesis de Alicante decretado por el Papa Francisco, el religioso reivindicó el tono y las declaraciones formuladas a lo largo de estos años. "Cuando pones el dedo en la llaga en muchísimas cuestiones surgen las incomprensiones, las persecuciones". "Prefiero ser menos popular y ser fiel al evangelio –sostuvo–, aunque eso nos traiga problemas de incomprensión".

Con el hijo de Tejero

Los enfrentamientos a los que aludía este viernes Munilla le han acompañado desde su llegada a Donostia. En noviembre de 2009, el 75% de los sacerdotes de Gipuzkoa se posicionó en contra de su designación como nuevo obispo, lo que en su momento fue interpretado como una clara decisión del entonces responsable de la Conferencia Episcopal Española, el ultraconservador Rouco Varela, para tratar de imponer su línea en la diócesis vasca.

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Los religiosos críticos sabían muy bien quién era Munilla. Entre 1986 y 2006 estuvo a cargo de la parroquia de Zumarraga, donde puso en marcha el Movimiento Loiola, un grupo ultraconservador que en 1992 fue registrado ante el Gobierno Vasco como "una asociación sin ánimo de lucro y privada de fieles, que quiere ser un movimiento que trabaje con niños, jóvenes y matrimonios".

Al mismo tiempo, Munilla empezó a dar sus primeros pasos en internet. Entre 2001 y 2008 estuvo al frente del Foro Loiola, un grupo que operaba de manera virtual y que contaba con la participación de Ramón Tejero, sacerdote en Málaga e hijo del militar golpista Antonio Tejero, o Javier Garisoain, un conocido activista ultracatólico navarro.

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Desde ese ámbito, el ahora designado obispo de Alicante empezó a lanzar sus mensajes más polémicos. "Alguien tendrá que explicar también por qué la revolución sexual (en la que se divorció el sexo del amor) ha coincidido con el aumento exponencial de la violencia de sexo. El número de mujeres asesinadas por violencia doméstica crece más allí donde se ha introducido esa supuesta liberación sexual", llegó a afirmar en uno de los mensajes enviados al Foro Loiola, donde había cerca de 400 usuarios.

"Trastorno neurótico"

El grupo se desactivó justo un año antes de que Munilla llegara al Obispado de San Sebastián. Desde allí continuó con su particular cruzada contra el aborto, el feminismo o el colectivo LGTBI. En 2016, el Observatorio Español contra la LGTBfobia incluyó su nombre en el listado de los obispos más homófobos de España. 

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En sus cursos para jóvenes difundidos por internet, el religioso vasco llegó a sostener que la homofobia era una palabra "inventada por la ideología de género", al tiempo que calificó la homosexualidad como un "trastorno neurótico" que puede ser atendido con "terapias curativas". En una ocasión contó ante las cámaras de ETB-1 que él mismo había "curado" a un joven homosexual. 

Munilla también acusó a las feministas de "satanizar" a los varones, al tiempo que pedía a sus seguidoras y seguidores que se hicieran una pregunta: "¿He asumido de forma acrítica los postulados de la llamada ideología de género, del homosexualismo o del feminismo radical?".

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Contra el Gobierno

La llegada del primer gobierno de coalición de izquierdas desde la Segunda República tampoco fue del gusto de Munilla, que se posicionó radicalmente contra distintas medidas como el derecho a una muerte digna, las medidas que buscan garantizar el derecho de las mujeres al aborto o la reforma educativa. 

A finales de octubre pasado, el obispo viajó a Lisboa para participar en el encuentro organizado por la plataforma ultraconservadora One of Us. Allí afirmó que "el nuevo dogma europeo es la ideología de género, que se atreve a redefinir el mismo concepto de la dignidad de la vida humana, la antropología, que desprecia el matrimonio natural, y despoja a la familia de su identidad como célula básica de la sociedad".

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"¿Cómo es posible que esta ideología de género haya llegado a ser asumida e impuesta con tan poca resistencia? Esto no hubiese sido posible, ciertamente, si las raíces culturales y religiosas de Europa hubiesen gozado de mayor vitalidad…", dejó caer. Su cruzada seguirá ahora desde Alicante.

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