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Una anciana de 86 años pasa cuatro horas en una ambulancia para una consulta de 15 minutos

La mujer, con oxígeno, Alzheimer y daño cardiovascular tuvo que esperar en la furgoneta sanitaria mientras se recogía a otros pacientes por Vallecas. Una mala gestión con los vehículos sanitarios que afecta a toda España.

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Una ambulancia de Salud Madrid a su llegada a de la residencia Casablanca de Valdemoro, a 12 de agosto de 2020. — Jesús Hellín / Europa Press

madrid, Actualizado:

La madre de Mª Ángeles Tirado vive en una residencia de la Comunidad de Madrid. La edad, ya tiene 86 años, la obliga a recurrir a las ambulancias cada vez que necesita ir al médico, pues apenas tiene movilidad y para desplazarse usa una silla de ruedas.

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Sin embargo, el mal funcionamiento de este servicio le ha llevado a tomar la decisión de poner dos reclamaciones en tan solo tres meses. La última de ellas, hace apenas diez días, cuando la residente tuvo que aguardar cerca de cinco horas entre trayectos por Vallecas y tiempos muertos para una consulta de 15 minutos.

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El pasado día 12 de junio, la madre de Tirado tenía cita con dos especialistas en el Centro de Especialidades Vicente Soldevilla, una a las 12.25 y otra a las 13.15 horas. Para trasladarla hasta allí, llamaron a una ambulancia, que fue a recogerla. Salieron del centro de mayores donde vive a las 11.35 horas, pero no fue hasta más de una hora y media después cuando llegaron al centro de salud, poco después de que ya se hubieran pasado ambas consultas.

Por suerte, Tirado afirma que los médicos no dudaron en atender a su madre para que no tuviera que volver otro día —más teniendo en cuenta las largas listas de espera que hay—, aún llegando al centro médico con tanto retraso.

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No fue el tráfico, ni ningún problema eventual del vehículo, como una rueda pinchada, sino el largo recorrido para recoger al resto de residentes de otros centros que ese día tienen cita agendada lo que provocó que el viaje se demorara tanto.

Reclamación interpuesta por Mª Ángeles a la Comunidad de Madrid, a 13 de junio de 2023.

Desde Marea de Residencias detallan que, lejos de ser un caso aislado, la mala gestión de las ambulancias en los centros de mayores es un problema generalizado a nivel nacional. Hay pocos vehículos y muchos residentes que trasladar cada día. Además, se trata de un servicio que está casi siempre externalizado, con los consecuentes contratos a la baja que lo hacen todavía más precario.

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"La verdad es que no es fácil para ellas (las personas mayores) que el trayecto sea tan largo de manera innecesaria. A estas alturas, con dolores de toda índole, problemas de salud, etc, cuanto menos traqueteo, mejor", sostienen fuentes de la asociación por los derechos de los mayores. 

El caso de la madre de Tirado es especialmente delicado, ya que padece Alzhéimer y necesita llevar oxígeno. La familiar recuerda que aunque la primera vez que tuvo que poner una reclamación, el recorrido fue más corto, "también resultó mucho más estresante". "Mi madre no dejaba de gritar e iba con otras tres personas ancianas a su lado. Imagínate cómo lo pasaron ellas", señala.

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Los residentes enfermos renales sufren semanalmente el mal funcionamiento de las ambulancias

No obstante, Tirado expresa que el trayecto de ida "no fue el peor". Sino que lo más angustioso fueron las dos horas que tuvieron que esperar para poder regresar. "A las 14.10 horas, solicité la ambulancia de regreso a la residencia y no llegó al centro de especialidades hasta las 16.10 horas, lo que hizo que la vuelta se prolongara hasta las 16.35 horas", detalla. Cinco horas después de que la anciana saliera de la residencia para ir a la consulta del centro de especialidades.

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Este problema de gestión se suma a otros que padecen muchas residencias del país, relacionados con la calidad de la comida, la falta de personal, la falta de material o el deterioro de las infraestructuras. Desde las asociaciones en defensa de los derechos de las personas mayores reclaman poner fin a esta "situación denigrante" y proteger la "dignidad" de estas personas que, si bien ya no viven en sus casas, también merecen "una vida plena en las mejores condiciones posibles". 

En este sentido, consideran inaceptables las esperas de horas y horas muertas, y exigen que las ambulancias "dejen de actuar como si fueran taxis" para garantizar un servicio cercano. Los enfermos renales son los pacientes que más sufren estos desbarajustes, por la frecuencia que han de acudir al hospital, tal y como ha denunciado la asociación de enfermos renales.

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