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"Alejar al paciente de la enfermedad": el día a día de un voluntario en la lucha contra el cáncer

“Lecciones de vida”

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Voluntariado de la Asociación Española Contra el Cáncer. / Sandra Rodríguez

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@SandrAry_5

MADRID.- Eva Juárez es voluntaria en la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Cada martes por la mañana acude al Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid), donde se reúne con Ana de Cevallos, la coordinadora de su equipo de voluntariado, y le comenta las circunstancias en las que se encuentra cada paciente que va a ir a visitar. “Cada día en la AECC es como una ruleta rusa, nunca sabes qué va a ocurrir y ningún día es igual que otro. Detrás de cada puerta de cada habitación que abrimos hay una nueva historia de vida que es distinta al resto”, asegura Eva.

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"Al llegar al voluntariado me adentro en un mundo lleno de humanidad, muy distinto al que vivimos en el día a día, y salgo llena de emociones", asegura Eva, voluntaria de la AECC

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La AECC cuenta actualmente con 700 empleados y 20.000 voluntarios, repartidos en 170 hospitales y 33 residencias por todo el país. Dori Martínez gestiona todo el voluntariado desde hace 16 años: “En muchas ocasiones, los pacientes y familiares necesitan ayuda, pero no saben qué tipo de ayuda pueden tener. Para eso está el equipo que presta su tiempo a la asociación, para detectar las necesidades y cubrirlas, y para alejar por unos instantes al paciente y a su familia de la enfermedad”.

“Lecciones de vida”

El voluntariado de la asociación que más invierte en la investigación del cáncer está compuesto por un 89% de mujeres y un 11% de hombres, que comprenden una media de edad de 57 años. Dori Martínez explica que la media de edad es tan alta porque los jóvenes se retiran por dificultades para compaginarlo con su vida personal y laboral: “Si un voluntario no se encuentra completamente bien, no puede ayudar a nadie y tampoco le beneficia a sí mismo”.

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“Lo que más me llena es cuando un paciente que ya te ha visto varias veces te llama por tu nombre y te sonríe, el ver que nuestra presencia produce una sonrisa”, explica Laura, voluntaria de la AECC

“Un voluntario de la AECC tiene que saber trabajar en equipo; ser una persona viva, con emoción, que sepa llevar las situaciones duras; y con un motivo por el que hacer esto, ya sea personal o porque simplemente quiere ayudar”, asegura Ana de Cevallos.

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Otras formas de ser voluntario

Además del apoyo y acompañamiento en hospitales, en la Asociación Contra el Cáncer hay voluntarios testimoniales, que proporcionan su experiencia desde una perspectiva adecuada a aquellos que están pasando por lo mismo, y voluntarios que promueven la información y concienciación. También hay voluntarios que imparten talleres dentro del hospital, como de risoterapia, relajación o danza interior.

Taller de danza interior en la AECC.

La coordinadora del voluntariado de la AECC en toda España desecha el concepto de ‘altruista’: “Las relaciones son recíprocas, en algunos momentos se cambian los roles, porque muchos que han sido enfermos ahora se dedican ayudar y en cualquier momento pueden volver a cambiarse”.

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