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Agricultores mallorquines piden que se limiten los campos de placas solares en tierras cultivables
Agencia Atlas
Seguramente el argumento les suene: agricultores expulsados de las tierras que alquilan para cultivar porque los dueños prefieren instalar campos de placas solares. Nos lo contó Carla Simón en la película Alcarrás pero ahora también un grupo de agricultores mallorquines. Rafael, agricultor, nos cuenta que él paga unos doscientos euros al año por seis hectáreas pero que al dueño le ofrecen diez mil euros por instalar allí placas solares. Defienden las energías limpias pero piden que se instalen fuera de las zonas de cultivo. La película acaba con la tala de los árboles frutales y el abandono de las tierrras, ellos piden más medidas para que la agricultura no quede arrinconada