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‘Sober Dating’: ¿qué es y por qué es beneficioso?

No creemos que haya unas generaciones mejores que otras, pero es evidente que las jóvenes generaciones de hoy están dando algunas lecciones a las precedentes. Sí, es posible que tengan algún que otro problema de adicción digital, pero si se trata de relacionarse con los demás (y siempre generalizando) parecen llevarlo de una forma más sensata, entre otras razones, porque beben menos alcohol… o no beben nada.  

Y sin alcohol, nos vemos tal como somos, sin esas capas de fantasía etílica de por medio que todo lo nubla, lo cual aporta numerosos beneficios en las relaciones interpersonales, especialmente cuando transcurre esa delicada fase de “conocerse mejor” previa a estrechar lazos sentimentales.  

Bebemos menos, pero seguimos bebiendo: ¿por qué? 

Pareja - Pexels
Pareja – Pexels

Que se bebe menos es un hecho si miramos las estadísticas: los consumos intensivos de alcohol han disminuido en 2,7 puntos en la población española con respecto a 2020 según los datos de la Encuesta sobre Alcohol y otras Drogas en España presentada el año pasado. 

En este sentido la prevalencia de intoxicaciones etílicas agudas (también conocidas como borracheras) ha pasado del 21,2% de 2003 al 16,7% en 2022, descendiendo sobre todo en hombres: del 29,6% de 2003 al 21,5% en 2022. La mala noticia es que en el caso de mujeres de 15 a 34 años hemos pasado del 19,1% en 1997 al 24,1% en 2022. 

¿Y qué razones damos para seguir bebiendo? El 56% de los encuestados señala que “es divertido y anima las fiestas”. Y una de las principales razones por las que se sale de fiesta es para relacionarse, hacer amistad y lo que surja. Y la tradición nos dice que el alcohol es la “mejor” manera de facilitar estas relaciones. Pero, ¿qué pasa si dejamos de beber? ¿Ya no podemos conocer gente?  

Diez beneficios de quedar y no beber 

Cita - Pexels
Cafetería – Pexels

Son muchos más, pero ya depende de cada persona y cada cita. Pero, en líneas generales, estos son los diez beneficios que tiene el sober dating, ya sabes, quedar con alguien sin que el alcohol sea el “elemento dinamizador” de la cita. 

  • Mayor seguridad. La primera e inapelable ventaja de evitar el alcohol en las citas es la seguridad. Sin alcohol, los riesgos son mucho menores. Es un hecho, no es muy romántico, pero la seguridad es lo primero. Y es que el alcohol no solo instiga la violencia en personas tendentes a este tipo de comportamientos, sino que minimiza en muchos casos la detección a tiempo de actitudes violentas e intolerables en los demás. Por supuesto, esto no quiere decir que si bebemos nos debamos sentir inseguros ante cualquier contacto social: debemos confiar en que la ley nos protege, incluso estando borrachos, que no es un acto ilegal en sí mismo.  
  • Detectas mejor las líneas rojas. Dejando al margen los hechos más desagradables (y condenables) todos tenemos una serie de líneas rojas que no toleramos en nuestras relaciones. Si bebemos, estas líneas rojas suelen difuminarse o directamente desaparecer. Pero en la siguiente cita, ya sin cerveza, puedes comprobar con estupor que a tu nuevo amigo o amiga especial no le gusta el reguetón. Y eso no puede ser. Mejor aclarar estas cosas desde el principio. 
  • Conectas de forma más auténtica. Puede que sea a la segunda, a la tercera o a la cuarta cerveza, pero la mayoría tienen un “punto” en el que empiezan a “amar” a todo el mundo. Pero esa clase de “conexiones” no son del todo auténticas. Por eso, mejor amar poco a poco, al ritmo moderado que marca la sobriedad. 
  • Mayor transparencia. Es un hecho que nuestra personalidad aflora de forma más transparente estando sobrios. Esto no quiere decir que no nos mostremos como realmente somos cuando hemos bebido: una persona borracha no es otra persona, sino que es la misma exagerando algunos de sus rasgos. Pero la realidad es que nadie está permanentemente bajo los efectos del alcohol (salvo que tengas una adicción) por lo que nuestros “verdaderos” rasgos son los que mostramos estando sobrios, aunque sin beber nos mostremos menos graciosos, más comedidos, más desconfiados o más tímidos. Soy así, esto es lo que hay: o lo tomas o lo dejas.  
  • Acelera el proceso. Desde el otro punto de vista, el sober dating también nos permite analizar a la otra persona con mayor profundidad: sin alcohol, no hay donde esconderse, y por eso es una manera de acelerar el proceso al poner las cartas boca arriba desde el principio. El alcohol no deja de ser a menudo una forma de ralentizar las relaciones en sus primeras fases: ¿cuántas veces un café de media hora es un jarro de agua fría sobre tres inolvidables noches locas? 
  • Una comunicación más clara. Esto es literal, el nivel de balbuceo a determinado grado de alcohol impide la comunicación oral en lenguaje humano comprensible. Y si nos gusta tener conversaciones un poco complejas, el alcohol no suele ser de ayuda: en todo caso hablamos más alto, pero no mejor. 
  • Acordarte de todo. El placer de levantarte por la mañana y acordarte de toda la cita, pero toda, toda, no tiene precio. Por el contrario, en las citas amenizadas con alcohol siempre surgen dudas entre lo que pasó, lo que pudo pasar, lo que soñaste… y lo que olvidaste. Y a ver cómo haces un análisis objetivo de la cita con esa información contradictoria.  
  • Ahorro de dinero. En la mayor parte de los casos, si cambiamos el alcohol por otras actividades, salimos ganando, también a nivel financiero.  
  • ¿Y el sexo? Es un aspecto delicado y muy personal, pero, por regla general, esta actividad también se disfruta más (y es más auténtica) sin alcohol de por medio, al margen de que el rendimiento también es mayor (y mejor) estando sobrio.  
  • Mejora de la salud mental. Pero, en definitiva, el mayor beneficio de quedar sin beber es la salud mental. El alcohol es “una droga depresora del Sistema Nervioso Central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales. Afecta a la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante”. Y punto. Si quieres usar una sustancia depresora para ligar, entras en un juego peligroso para que el que muchos no estamos preparados. Mucho cuidado. 

La letra pequeña del ‘sober dating’

Cita - Pexels
Cita – Pexels

Como os consideramos individuos maduros, entendemos que también estáis preparados para leer la letra pequeña sobre este asunto. Porque si hasta dejar de fumar tiene su parte negativa (ya lo dijo el sabio, dejar de fumar es como perder un amigo íntimo), dejar de “usar” el alcohol para animar fiestas y verbenas también supone un esfuerzo, especialmente si te has acostumbrado a ello durante años. 

Descubrirás que te cuesta más lanzarte a hablar, romper el hielo, hacer buenos chistes y lanzar frases lapidarias… un poco antes de la “fase balbuceo”. El aburrimiento, los silencios incómodos, la timidez, la suspicacia, la falta de autoestima, el sarcasmo, la artificiosidad, o el exceso de intolerancia pueden ser aspectos que afloren en una cita sobria.

Debes estar preparado para ello y ser tolerante tanto contigo mismo como con los demás cuando no se comporten de forma muy “natural” estando sobrios: para muchos, el alcohol ha estado tan estrechamente ligado al “cortejo” que no es fácil abandonarlo de la noche a la mañana. 

Y, desde luego, casi todos tenemos en la memoria (con algunas lagunas, eso sí) dos o tres o cuatro noches inolvidablemente románticas que, sin alcohol, no hubieran sido igual.

Pero al final del día, si ponemos en una balanza lo que nos da y lo que nos quita el alcohol, incluso si hablamos de esta sustancia como simple “dinamizador social” dejando al margen sus efectos nocivos a nivel físico y psicológico, los perjuicios de beber siempre superan a los beneficios. Al final, la vida es más exigente sin alcohol, pero mucho más auténtica… y saludable. 



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