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Qué es la teoría del conductismo

“Los seres humanos no nacen, sino que se construyen… Dame un bebé y lo haré trepar y usar sus manos para construir edificios, lo convertiré en un ladrón, un pistolero o un drogadicto. Las posibilidades de dar forma en cualquier dirección son casi infinitas”. 

La simple lectura de varias de las frases más célebres de John B. Watson, uno de los padres del conductismo, nos muestra hacia dónde se dirige esta teoría y qué implicaciones ha tenido en ámbitos como la educación o la propia psicología. Y es que los conductistas fueron los grandes defensores de la psicología como ciencia: “El conductista no puede encontrar la conciencia en el tubo de ensayo de su ciencia”. 

¿Cómo se define el conductismo? 

Péndulo - Fuente: Pexels
Péndulo – Fuente: Pexels

Para B.F. Skinner, otra figura capital del conductismo, esta teoría es una filosofía de la ciencia de la conducta. Así pues, el conductismo se centraría en estudiar las leyes que determinan el comportamiento humano, entendido este como la relación entre los estímulos y las respuestas de una persona, prescindiendo originalmente de conceptos como mente, alma, instinto o conciencia. 

En este sentido, Watson señala que para los conductistas no existen los instintos, “ya no necesitamos este término en psicología: todo lo que hoy hemos tenido la costumbre de llamar «instinto» es en gran medida resultado del entrenamiento, pertenece a la conducta aprendida del ser humano”. 

Así pues, mientras otras teorías psicológicas anteriores como el psicoanálisis priorizaban el estudio del inconsciente y la conciencia, el conductismo prioriza lo observable definiendo el proceso de aprendizaje humano como el resultado de una suma de hábitos. 

Principales ideas del conductismo 

Una clase
Aprendizaje

Tras el trabajo de los pioneros del conductismo entre los cuales se encuentran los propios Watson y Skinner, pero también grandes filósofos de la historia como Hume o Aristóteles, esta teoría fue desarrollándose hasta formar diferentes escuelas, desde el conductismo psicológico de Staats al contextualismo funcional de Hayes.  

Así pues, en el conductismo como teoría psicológica conviven numerosas ideas y postulados, algunos de ellos complementarios y otros discordantes. De cualquier forma, estos son los planteamientos básicos que comparten buena parte de las escuelas conductistas. 

  • Estímulo, respuesta, condicionamiento (entendido como aprendizaje derivado de la asociación entre estímulos y respuestas), refuerzo y castigo son los conceptos básicos del conductismo clásico.
  • El aprendizaje deriva de la asociación de estímulos con respuestas, no siendo duradero, sino que requiere ser reforzado. 
  • El conocimiento se alcanza mediante la asociación de ideas de forma que existe una única forma de aprender: la asociación. 
  • Si todo conocimiento procede del exterior, entra en el interior de las personas por medio de los sentidos. 
  • El aprendizaje no es una cualidad intrínseca del organismo, sino que necesita ser impulsada por el ambiente.  
  • El comportamiento está predeterminado por el condicionamiento de forma que el mismo está influido por la crianza y la educación en mayor medida que la genética.  
  • El método científico es el único válido en el estudio del comportamiento humano: “la psicología, tal como la ve el conductista, es una rama puramente objetiva y experimental de las ciencias naturales que necesita tan poca introspección como la química o la física”. 
  • El comportamiento es altamente maleable de forma que puede ser moldeado y modificado a través del aprendizaje y la experiencia. 

Críticas al conductismo 

Cerebro - Fuente: Pexels
Cerebro – Fuente: Pexels

Como cualquier teoría que irrumpe con fuerza en una rama del conocimiento, el conductismo generó a lo largo del siglo XX numerosas críticas, entre las cuales destacan las siguientes: 

  • Chomsky sugirió la existencia de un módulo genético en el cerebro humano especializado en la adquisición del lenguaje lo que invalidaría varios de los postulados ambientalistas de Skinner. Chomsky llegó a decir que el conductismo de Skinner era una “pseudociencia” que muchos especialistas han negado.  
  • Desde los años 50, el conductismo clásico comenzó a declinar por la pujanza de la psicología cognitiva que condujo a la denominada revolución cognitiva: fue el retorno del estudio de la “mente” a la psicología y a los procesos implicados en el conocimiento, la cognición como facultad humana esencial para el procesamiento de la información. 
  • La neurociencia cognitiva volvió a poner el foco en la herencia genética despreciada por los conductistas radicales. 
  • Si el sujeto es un receptor pasivo de información, ¿qué papel juega la personalidad? ¿en qué lugar queda el proceso creativo o la intuición? 
  • El papel de la libertad individual quedaría también puesto en duda por la teoría conductista clásica sugiriendo que el ser humano está a merced del poder si es que somos tan radicalmente maleables e influenciables por los estímulos externos sin posibilidad de resistencia. 

La trascendencia del conductismo 

Dos mujeres hablan - Fuente: Unsplash
Dos mujeres hablan – Fuente: Unsplash

El conductismo fue clave para acercar la psicología al método científico aportando un conjunto de instrumentos de investigación experimental y un corpus considerable de datos acumulados con ayuda de tales técnicas. 

Así mismo, pese a las críticas, algunos de los hallazgos de las diferentes escuelas conductistas supusieron un paso adelante en diversos campos como la psicología o la educación.

De hecho, en la práctica psicosocial, el conductismo y la psicología cognitiva terminarían confluyendo en la denominada terapia cognitivo-conductual que tanta influencia tiene en la actualidad en los tratamientos psicológicos. 

Y es que, tal y como señalaba Marc Richelle en este artículo, “las teorías mismas se flexibilizan y adoptan fórmulas menos radicales” de forma que el cognitivismo que nació en radical oposición al conductismo se ha ido nutriendo de otras teorías hasta dejar de ser “una lanza de acero contra el conductismo”. En esta flexibilización ha tenido mucho que ver el desarrollo extraordinario de las neurociencias favoreciendo un movimiento de interpenetración de disciplinas.

Así pues, según Richelle “la muerte anunciada del conductismo, en realidad, no ha tenido lugar. ¿Será tal vez porque muchas de sus aportaciones han ido a incorporarse a nuestro saber actual, operante tanto en la investigación como en la práctica, y por ello las tomamos como habituales y familiares, señal evidente del éxito que han conseguido?”. 



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