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Qué es la carga mental invisible y por qué la sufren más las mujeres

Cada año, en torno al Día Internacional de la Mujer, celebramos los avances alcanzados en materia de igualdad y reivindicamos todos aquellos que todavía nos faltan por conseguir. Sin embargo, más allá de temas como la lucha por iguales salarios, la conciliación laboral y el techo de cristal, hay otros más cotidianos que pueden pasar desapercibidos y que son tan importantes como aquellos.

Nos referimos a la carga mental invisible, una cuestión que afecta más a las mujeres y que condiciona nuestra forma de vida, nuestro bienestar y la educación que damos a nuestros hijos. Estos, al fin y al cabo, repiten y naturalizan las conductas que ven en casa. Así que hoy ponemos el foco sobre ello para explicarte qué es la carga mental invisible y por qué la sufren más las mujeres.

¿Qué es la carga mental invisible?

Mujeres con carga mental
Mujer sentada en el suelo/Foto: Pixabay

La carga mental hace referencia a ese trabajo invisible que se realiza a diario para que nuestra vida funcione. Implica todos los aspectos de la organización de la casa, la agenda respecto a las citas médicas y los compromisos familiares y con los amigos, con todo lo que ello conlleva.

Y es que el trabajo invisible no es solo preparar la comida, hacer la limpieza o acompañar a los niños al médico, sino también toda la previsión anterior: ir a la compra y echar cuentas para ajustarse al presupuesto mensual, variar los menús para tener una dieta equilibrada, elegir y comprar el regalo para ese familiar que está de cumpleaños, hablar con los profesores de los niños, acordarse del cambio de la ropa de cama… Y si pensamos en épocas como la Navidad, todo esto se multiplica.

La lista del trabajo invisible y la carga mental que acarrea es interminable. Pese a ello lo más habitual es que recaigan siempre sobre las mujeres, que han sido educadas para asumir un papel en el que esa labor es su responsabilidad, mientras que sus parejas se limitan a dejarse llevar. De tal modo, ellos viven con la comodidad de tener todo el entorno organizado y gestionado por otra persona, y su mente despejada para ocuparse del trabajo y del ocio de una forma completamente distinta.

¿Qué mujer no ha estado de fiesta con los amigos y con la pareja con la que convive, y mientras él está disfrutando al máximo, sin prisa por marcharse, ella se siente estresada pensando en las lavadoras y la plancha que la esperan al volver a casa?

Trabajo invisible en el hogar

Mujer con artículos de limpieza
Mujer con artículos de limpieza/Foto: Unsplash

El término de carga mental invisible fue acuñado por vez primera por la socióloga Susan Walzer (1996) en el estudio Thinking about the baby. Lo usó para referirse a esta situación que padecen las mujeres bajo el cúmulo de responsabilidades que asumen en su vida cotidiana al vivir en pareja o en familia. Y es que todo ese trabajo invisible en el hogar se incrementa cuando la pareja tiene hijos o hay que cuidar a los padres que van mayores o hay que hacerse cargo de alguna persona dependiente.

Existe una tendencia social a asumir que es a la mujer a quien le toca hacer ese tipo de cosas, las cuales pueden generar estrés, ansiedad y problemas de sueño. Hay que tener en cuenta que muchas de ellas también trabajan fuera de casa y, por supuesto, tienen derecho al mismo tiempo de ocio que sus parejas, aunque a menudo terminan renunciando a él porque, en caso contrario, no tienen horas suficientes para sacar adelante todas esas responsabilidades ellas solas.

¿Quién no se ha fijado los domingos por la mañana en la rutina de aquellas parejas en las que ellos se van a lavar el coche, andar en bici o a tomar el aperitivo con los amigos mientras ellas quedan en casa con los niños haciendo las tareas del hogar o en la de los abuelos ayudando a preparar la dominical y tradicional comida familiar?

Corresponsabilidad en el hogar

cesto colada
Cesto de la colada/Foto: Unsplash

Esta carga mental puede provocar conflictos en la pareja. De hecho, la gestión del hogar sigue contemplándose como algo femenino y de escaso valor. Además, ese trabajo invisible provoca que se lleve el mérito otro cuando se hace visible, lo que causa más frustración y ansiedad.

Es decir, si una se encarga de un regalo y es la pareja quien se lo entrega a su progenitora el Día de la Madre, será él quien se lleve el mérito; y si una organiza todo para que los niños puedan pasar unos días en casa de sus tíos, y es el padre quien los lleva en el coche hasta allí, este será de nuevo quien reciba el reconocimiento.

La única forma de cortar ese círculo vicioso es que la mujer deje de sentirse responsable de absolutamente todo para no tener que renunciar ni a su tiempo de ocio ni a su salud. De tal modo, es necesario asumir que las personas que conviven en una casa tienen que ser corresponsables de todo el trabajo que ello conlleva, visible e invisible.

De tal modo, si una mujer tiene que estar recordando o pidiendo constantemente que se haga algo, o en caso contrario la tarea no se hace, es evidente que padece carga mental, porque solo bajar la basura, fregar los platos o ir a por el pan no son hechos suficientes como para decir que una pareja se reparte las tareas de casa. Si quieres salir de dudas para saber cuál es tu situación, hacer una lista con todas las tareas diarias que realiza cada uno de los miembros de la pareja resulta revelador.

Educación y compromiso

Pareja
Pareja en la cocina/Foto: Unsplash

En este contexto, educar a los hijos con el ejemplo es fundamental. Esto implica saber delegar y hacer que se encarguen de aquellas tareas que, en función de su edad, ya puedan asumir. Enseñar autonomía e independencia resulta imprescindible.

Por otro lado, el compromiso de la pareja que vive de manera más cómoda es clave para combatir esta carga mental tan injusta. Recuerda que lo lógico es que, si una mujer vive acompañada, las tareas se hagan más rápidamente que si viviera sola.

De nuevo, hay que aprender a delegar sin caer en esa trampa mental de repetirse si no lo hago yo, no lo hace nadie. Tenemos que dejar que los demás se ocupen de la parte que les toca. Y si las cosas no están perfectas, asumir que no pasa nada. Cuando nosotras aprendimos a hacerlas tampoco lo estaban. Tiempo al tiempo.



4 Comments

  1. Él compensará esa nueva carga, una vez aceptada por equitativa. ¿Aligerará su carga total peleando por sus condiciones laborales o verá más viable pelear con su pareja y, en su caso, buscar una pareja más “adecuada”?

  2. Pues si no lo hago yo, él no lo hace y no se da cuenta. Le pido colaborar y puede tardar desde horas a días en hacerlo. Pues ya lo hago yo… Cosas tan simples como bajar la basura, abrir las ventanas para ventilar, vaciar/llenar el lavavajillas, barrer, fregar, pensar en qué comer, pensar que cosas hay que comprar… Luego deja todo en medio y tengo que recogerlo yo (botes de champú/gel vacíos, botellas vacías, etc.).

  3. Desde el amparo que nos da la libertad de réplica y de expresión: Muy buen artículo para enfocar un problema y que acabe en una terapia de pareja, llevándose todo a un final feliz en materia de igualdad y amor. Muy buen artículo para soltar bilis y soltar prejuicios del típico señoro de periódico en mano los domingos…pero ojo el listón pseudo científico de este tipo de periodismo se queda tan alto que tal vez no ha empatizado en el señoro, ni ha rascado en esos pequeños kit kat de la bici o el coche, que bien llevados, no son más que el paso atrás para coger carrerilla y remar en él mismo sentido que la parte que asumió el rol de líder en la mayor parte de las decisiones familiares. Si buscas un espejo, nunca lo encontrarás, las personas tienen altibajos, una relación es trabajo en equipo, va más de hoy por ti y mañana tal vez por mi.. pero siempre por los dos.

  4. Postdata: Señoro de sillón, mesa puesta y poco trabajo en casa mal. Señoro y señora que hacen una actividad física o varias a lo largo de la semana por intervalos de tiempo cortos y que cooperan unas veces uno más que otro y se solapan, el hoy por ti,mañana por mi, pero sobretodo por los dos y por el proyecto común que vivimos , bien. A ver si ahora vamos a hacer leña de tod@s los que salimos a hacer alguna actividad física o a alguna actividad del ayuntamiento…Sentido común por favor.

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