La simbología de los colores difiere completamente de unos lugares a otros. Cada cultura interpreta las distintas tonalidades de manera por completo distinta. Esto es así porque no todas se consolidan sobre el mismo pasado ni sobre el mismo espacio físico, en que el color de la naturaleza, sea cual sea, lo domina todo.
La historia, las tradiciones, las leyendas y, con un peso muy importante, la religión contribuyen a que cada color del espectro tenga unas connotaciones completamente distintas. Hacemos un recorrido por los más importantes de ellos para descubrir por qué los colores no significan lo mismo en todas las culturas.
Los colores y sus diferentes significados
Costumbres y tradiciones
El color rojo está relacionado en la mayoría de las culturas con el nacimiento y el amor. Es el color de la sangre. De hecho, en las culturas anglosajonas se utilizaba el rojo como un amuleto guerrero, para proteger sus vidas e incrementar su poder.
De igual modo, la cultura china relaciona el rojo con la buena suerte y es el color dominante cada Año Nuevo. No es algo tan distinto a Occidente, en que el rojo y el verde son los tonos imperantes en nuestras decoraciones de Navidad. El rojo es un color de tradición católica en estas fechas desde tiempos antiguos; al fin y al cabo, los cardenales lo llevaban en sus ropas, y se combina con el verde de los árboles de las otras tradiciones paganas de esta época del año.
Pero al igual que el rojo puede ser relacionado con la vida, también puede estarlo con la muerte. Para los romanos era el color de la guerra y en Egipto el del dios Seth. Su evolución provocó asimismo que sea el color de los revolucionarios y que en Sudáfrica sea el color del luto.
Entorno natural
El verde es el color de la naturaleza para aquellas culturas en que el clima facilita que su territorio sea un vergel, como Irlanda, pero para la gente que vive en Siberia o en territorios cubiertos de nieve la mayor parte del año, el verde no tendrá esta connotación que a nosotros nos parece tan obvia. Lo que sí se considera de modo universal es el color de la fertilidad, y es lógico que se haya convertido en el color representativo del ecologismo.
Pero en Occidente, el verde también es el color del dinero tras haberse puesto en circulación los primeros billetes. Y en Oriente se relaciona principalmente con la juventud y la prosperidad.
Influencias religiosas en los colores
Los colores de la pureza y el luto simbolizan cosas por completo opuestas en unas culturas y otras, y el mejor ejemplo de cómo la religión está detrás de su significado. Mientras que en los países asiáticos el blanco se relaciona con la muerte, la mala suerte y el luto, por su tradición cultural; en Occidente es todo lo contrario. El blanco es el color de los ángeles, de la inocencia, de los bautizos y de las novias.
Precisamente como contrario en las culturas de tradición cristiana, el negro representa el mal, la enfermedad y la mala suerte. Es el color del luto. Pero en las culturas orientales las diosas hindúes Kali y Durga aparecen como diosas negras, por lo que no hay connotación negativa, y en el teatro chino, los actores con la cara ennegrecida representan a personas buenas y justas.
Acontecimientos sociales
El amarillo se caracteriza por contar con diversos significados en Occidente y es buen ejemplo para ilustrar cómo los acontecimientos sociales provocan que un color tenga diferentes connotaciones en distintas culturas.
Es el color de la alegría y el optimismo, pero también el de la envidia, y cuenta la leyenda que desde que Molière murió sobre las tablas vistiendo de amarillo, se considera el color de la mala suerte en el teatro. Pero en Francia este color ya tenía mala fama, puesto que en el siglo X fue el utilizado para marcar las puertas de las casas en las que habitaban los traidores y criminales.
Pero hay culturas no cristianas en las que el amarillo se relaciona con el sol y la luz. Para los budistas es el color de la humildad y en África se reserva para las personas de alto rango, donde el amarillo se relaciona con el oro. En Japón, desde la Guerra de las Dinastías en el siglo XIV, este color está vinculado al coraje y la valentía, pues se relaciona con los guerreros que llevaban crisantemos amarillos, en honor al emperador, al entrar en combate. En China es todo lo contrario: el amarillo es el color de la pornografía.
Religión y tradición
El azul es un color curioso, puesto que son muchas las culturas que durante mucho tiempo no lo han distinguido del verde. De hecho, los chinos usan la misma palabra para los dos colores: qing. Y en China se caracteriza a los demonios y fantasmas con la cara azul.
Debido al entorno natural, el azul es el color del cielo y del mar, de ahí que represente el infinito. Las connotaciones positivas en Occidente son herederas de la tradición cristiana, al relacionarlo con el color de la Virgen María. De tal modo, simboliza la pureza y la verdad.
Pero no podemos olvidar las connotaciones negativas. El azul es el color de la tristeza y la depresión, de ahí que al blues se lo denominara así. Hay muchas teorías al respecto, pero cabe destacar el hecho de que somos herederos de aquella teoría del color que expuso uno de los escritores románticos por antonomasia: Goethe, que ya lo vinculaba con la pasividad y el desánimo.