Seguro que en los últimos tiempos has oído hablar de la moringa, también denominada ben, puesto que son muchas las propiedades que se le atribuyen a este género de árboles cuyas hojas, semillas y cortezas pueden consumirse como si fueran hortalizas.
Para aclarar los interrogantes que puedes tener en cuanto a este tema, hoy te contamos para qué sirve la moringa, sus beneficios, contraindicaciones y riesgos de comerla, así como las maneras en las que con más frecuencia la consumen aquellos que deciden incluirla en su dieta.
El árbol de moringa
Cualquiera de las partes del árbol de moringa (Moringa oleifera), que también se ha dado en llamar árbol milagroso o árbol de la vida, es comestible, de manera que pueden consumirse sus vainas, sus hojas y semillas, pero también su corteza, sus tubérculos y sus flores.
Se trata de un cultivo extendido principalmente por Etiopía, Sudán, Filipinas e India, aunque también es frecuente en otras zonas como el Caribe, América Latina, Asia tropical, Florida y algunas islas del Pacífico. La moringa crece con rapidez y resiste muy bien las temporadas de sequía.
El aceite de semillas de moringa es un aceite dulce, que además no se seca ni se rancia, aunque las semillas pueden consumirse tostadas, verdes, en polvo o preparadas en infusión como si fueran té. De igual modo, las hojas pueden usarse frescas y secas, de manera que es posible molerlas para poder consumirlas en polvo.
Beneficios de la moringa
Aunque todavía no existen suficientes estudios en humanos como para poder acreditar cuáles son los beneficios de la moringa, puesto que la mayoría de ellos se han realizado en animales y están en fase experimental, los existentes hasta la fecha consideran que la moringa sirve para disminuir la ansiedad, reducir la presión arterial y controlar la glucosa, pues baja los niveles de azúcar en sangre, además de contribuir a la pérdida de peso.
Asimismo, le atribuyen propiedades antiinflamatorias, antivirales, antidepresivas y antimicóticas, y al comenzar a consumirla presenta efectos laxantes. De igual modo, puede causar insomnio, puesto que se trata de un potente estimulante, por lo que si se consume, se recomienda que siempre se haga a primeras horas del día y nunca por la noche.
La parte más utilizada para aprovechar estas propiedades es la hoja, pues es donde se halla una concentración más elevada de antioxidantes, aminoácidos, minerales y vitaminas A, B y C. Además, las hojas son más fáciles de preparar en elaboraciones como infusiones, polvo o cápsulas.
Riesgos de tomar moringa
Como todavía es una planta que se encuentra en estudio, no es recomendable aventurarse a tomarla sin precauciones, puesto que todavía no se conocen del todo sus efectos secundarios y podría haber alguno más de los contraproducentes que ya se conocen.
Hay que tener en cuenta detalles como que la moringa incrementa la cantidad de glóbulos rojos en la sangre, por lo que no es adecuada para todas las personas.
Por esos motivos, aquellas personas que se atreven a tomarla no deben ingerirla por un espacio superior a 2 o 3 semanas, especialmente, si no existe el acompañamiento de un médico o profesional de la salud que pueda aconsejar sobre su ingesta o realizar un seguimiento en función de su consumo.
De hecho, entre los posibles efectos secundarios se encuentran algunos como diarreas, náuseas y vómitos. Además, en ningún caso se aconseja ingerir la raíz de moringa ni sus derivados, puesto que contienen sustancias tóxicas que podrían provocar complicaciones tales como parálisis.
Contraindicaciones de la moringa
No obstante, sí se tiene constancia de algunos de los efectos secundarios más peligrosos. Tal es el caso de las mujeres embarazadas, para quienes la ingesta de moringa está contraindicada, por la probabilidad de provocar abortos.
Asimismo, durante la lactancia, no debes tomar esta planta por tu cuenta. Resulta imprescindible que consultes a tu médico especialista antes de consumirla, por más que se indique en diversos foros que la moringa puede incrementar la producción de leche materna.
De igual modo, aquellas personas que padecen algún problema de tiroides no deben consumirla, puesto que se considera que interactúa con las hormonas tiroideas. Y aquellas que tienen algún problema renal o hepático también deben consultar a su médico antes de probar la moringa, pues no hay evidencia científica alguna que indique si es beneficiosa o no contra esos problemas de salud.
Si decides comprar moringa, la encontrará en herbolarios, herboristerías, tiendas de productos naturales, parafarmacias y centros de nutrición, ya sean generalistas o de nutrición deportiva. Sin embargo, te recomendamos que, antes de hacerlo, consultes a tu médico de confianza si es adecuada para tu estado de salud en concreto y, si es así, no excederte nunca en las dosis recomendadas para su consumo.
Esa consulta con un profesional de la salud resulta ineludible si estás tomando algún medicamento, ya sea ocasional o por tratamientos crónicos o a largo plazo, puesto que además de provocar determinados efectos secundarios podría disminuir la eficacia del mismo.