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Los cinco lenguajes del amor de Gary Chapman

“Una hazaña editorial”. Así definió en su día el New York Times al libro de Gary Chapman. Y es que Los cinco lenguajes del amor superó durante 19 años consecutivos (menos uno), desde su publicación en 1992, las ventas del año anterior. Es decir, un boca oreja “de libro” que ha terminado por erigirse en bestseller en el ámbito de los libros de autoayuda sentimental.

Te explicamos por qué el autor estadounidense dio en la diana (emocional) de miles de lectores en el mundo y cómo se definen los cinco lenguajes del amor, para que evalúes tú mismo cuál es tu “lenguaje primario”… en palabras de Chapman.

Cada amante demuestra el amor a su manera

Relación de pareja
Pareja sentada frente al agua/Foto: Unsplash

Tan sencillo como eso. Seguro que miles de psicólogos y especialistas en terapia de parejas habrán leído el libro de Chapman y pensado: pero, ¿si todo lo que dice es evidente? Sí, puede ser, pero este pastor bautista de Carolina del Norte lo escribió… y de forma sencilla y comprensible de forma que millones de personas, al parecer, han tomado nota de sus consejos.

Si tienes pareja o la has tenido habrás notado que cada una de demuestra su cariño a su manera. Unos son más “besucones“, otros dan un beso semestral; unos están permanentemente atentos a lo que les dices, otros no prestan tanta atención; unos te llenan de regalos especiales y otros te compran para el cumple un par de botellas de aceite en el súper porque están de oferta.

La cuestión es que el del aceite te llena de besos y el que no te presta tanta atención cuando le hablas siempre tiene un regalo para ti. El problema, claro está, es cuando en la pareja se hablan diferentes lenguajes del amor: y uno no se siente querido si no recibe al menos cinco besos diarios y el otro entiende que no hay verdadero amor si la pareja no es capaz de hacer un regalo que no sean calzoncillos o calcetines.

“Saco la basura todas las noches, ¡no sé qué más hacer!”

Cuenta Chapman que tuvo su momento “condesador de fluzo” cuando en su etapa como consejero matrimonial un hombre le dijo que todas las noches cocinaba para su mujer, lavaba los platos y sacaba la basura. “No sé qué más hacer, doctor, pero ella dice que todavía no se siente querida”.

Y entonces la mujer estalló en lágrimas: “Sí, doctor, él hace todas esas cosas, pero nunca hablamos, no hemos hablado en 30 años”. Blanco y en botella, ¿verdad? Una pareja con una grave falta de comunicación, incapaz de mostrar lo que quiere e interpretar lo que la pareja necesita y que, sí, hablan diferentes lenguajes del amor. Porque, tal vez, a pesar de todo, se quieran con locura… o se quieran un poco, pero no saben expresarlo adecuadamente y no interpretar las muestras de amor del otro.

Los cinco lenguajes del amor

pasado amoroso o sexual
Pareja habla

El bueno de Chapman ya tenía medio libro escrito con lo que había escuchado en sus sesiones como consejero matrimonial. Tomó de aquí y de allá, y un poco de sí mismo (su propia pareja necesitaba que Gary colaborara en las tareas del hogar mientras que él no se sentía suficientemente valorado) y se puso manos a la obra. Y este fue el resultado:

  • Contacto físico. Para muchas personas es el elemento esencial de una relación. Y no hablamos solo de sexo, por supuesto. Hablamos de caricias, roces, y besos. Y no siempre con intención de que el contacto físico termine en sexo. Aviso a navegantes. Por su parte, otras personas son mucho más reacias a esta clase de expresiones físicas por su propia naturaleza, más fría y distante, o más vergonzosa o tímida.
  • Palabras de afirmación. “Eres el mejor consejero matrimonial de Winston-Salem, Gary, ¡qué digo! Eres el mejor de toda Carolina del Norte! De vez en cuando, una palabra de afirmación no viene mal. (Cariño, si estás leyendo esto, que no creo, por supuesto, guiño, guiño). Por su parte, otras personas no necesitan para nada que sus parejas les apoyen porque ya sea apoyan suficientemente a sí mismas. Y, por otro lado, hay personas que pasan olímpicamente de halagar a sus parejas, amigos, hijos, etc. porque consideran que no lo necesitan o puede ser contraproducente. Y, a veces, tienen razón.
  • Tiempo de calidad. Tan sencillo como que, en ocasiones, necesitamos que nuestra pareja nos dedique un tiempo, que se ocupe de nosotros “plenamente”, con el móvil, el jefe, el Real Madrid a un lado. Por su parte, hay personas que están enamoradísimas pero no lo demuestran con tanto tiempo de calidad porque están a mil cosas a la vez o porque no creen que sus parejas necesiten tanto tiempo: “Pero, cariño, si ya duermo contigo, ¡qué más quieres!
  • Los regalos. Un aspecto interesante y que, a menudo, pasa desapercibido. Es cierto que tiene su matiz consumista, pero todo el mundo se satisface de un regalo perfecto e inesperado. ¿Por qué? Porque un regalo pertinente demuestra que tu pareja te conoce… y ha hecho un esfuerzo por conocerte.
  • Actos de servicio. No suena nada bien, pero se refiere a las acciones, de sacar la basura como el tipo antes referido, a ir a recoger a la pareja al trabajo, organizar una cita romántica, etc. Cuando el amor se demuestra con los actos y no con las palabras… ni con los besitos.

Así pues, como habrás concluido, lo que nos dice Gary Champan es que las relaciones sentimentales son una cuestión de búsqueda de armonía y puntos de encuentro entre los diferentes lenguajes del amor que manejamos. Rara vez en una pareja se habla exactamente el mismo idioma, así que, por el bien de los dos, nos toca ser empáticos e intentar conocer a nuestra pareja lo suficiente para saber lo que le gusta. Parece coser y cantar, ¿no? Pues no, no lo es. Bien lo sabe Gary. Por cierto, si tu pareja no habla ningún lenguaje del amor, ya sería otra cuestión que ni Gary puede solucionar.



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