La Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) es una de esas pruebas que preocupa a los estudiantes. La presión ante memorizar temarios y prepararse para los exámenes puede provocar muchos nervios, así como en otros estudios cuando es momento de presentarse a las evaluaciones.
Pero para ir con mayor seguridad y tranquilidad, y sacar partido a las horas de estudio, es posible poner en práctica una serie de trucos para estudiar más rápido y asimilar mejor los contenidos. Prueba con ellos si no los conoces.
Eliminar las distracciones al estudiar
Uno de los trucos que tienes que convertir en un hábito es eliminar todas las distracciones en el momento de ponerte a estudiar. No solo te concentrarás mejor sino que también, al sacar mayor partido a tu tiempo, estudiarás más rápido.
La principal distracción es el teléfono móvil, así que apágalo o selecciona el modo avión. De igual modo, si estás estudiando en el ordenador, asegúrate de que no te entren las notificaciones de redes sociales y correo electrónico. Y si no necesitas internet para nada, desconecta el pc de la red. De este modo eliminarás directamente la tentación de procrastinar. ¡Y no enciendas la televisión!
Planificar el tiempo de estudio
Tan importante como elegir un lugar de estudio y eliminar las distracciones es planificar el tiempo de estudio. Solo así podrás ser realmente productivo y estudiar más rápido. Elige esas horas que vas a dedicar a estudiar en el mejor momento del día para ti. Hay personas que están más activas y son más rápidas mentalmente por las mañanas; otras, por la tarde; algunas más, justo después de comer. Ajusta ese instante para ponerte a estudiar y no lo desperdicies en otras tareas. Deja aquello que te requiere menos esfuerzo para esas horas en las que te sientes menos ágil.
Una vez que lo hayas decidido, organiza el horario semanal y distribuye los temas a estudiar por días. Cuando veas cómo avanzas en el contenido, te sentirás más motivado para seguir adelante. ¡Cada vez te faltará menos!
Estudiar en voz alta
Leer en voz alta te hará aprender más rápido lo que estás estudiando, porque tu cerebro estará recibiendo la información de manera visual y auditiva. Incluso puedes grabarte mientras lees los temas en voz alta para escucharte posteriormente. Otra opción estupenda es escribir un resumen de lo importante y leerlo en voz alta para retenerlo. Si te grabas podrás escucharlo mientras vas en el metro, en el autobús o mientras sales a correr.
Elaborar esquemas, diagramas y resúmenes
Los resúmenes resultan muy efectivos, al igual que los esquemas y los diagramas. Este es un método rápido de memorizar información y retenerla. Organizar los contenidos y sintetizar lo importante, hará que elimines aquello superfluo y no pierdas el tiempo con ello. Además, al adaptar los temas a tus palabras y conocimientos, hará que sea más sencillo aprenderlos.
Escribir es la clave en estas técnicas. Si escribes a mano lo que estás estudiando, ya sea copiando o resumiendo, comprobarás cómo asimilas mejor los datos y cómo los memorizas durante más tiempo. Está comprobado que la escritura a mano contribuye a que el cerebro fije los datos de manera más efectiva, por lo que es uno de los trucos que no puedes dejar de utilizar.
Realizar pausas de estudio
Tan importante como estudiar es descansar. El único modo posible para estudiar menos horas y ser productivo es dormir lo necesario y hacer pausas para despejar la mente durante el estudio. Se recomienda efectuar una pausa cada 45 o 60 minutos, pues es el máximo que puede estar el cerebro concentrado. A partir de ahí, la mente empieza a distraerse.
Así que descansa un rato antes de seguir otra hora más. Si estás cansado, tu cerebro no será capaz de concentrarse, mezclará conceptos y lo que deberías haber asimilado en 15 minutos tardarás mucho más tiempo en hacerlo. Si quieres rendir al máximo, duerme toda la noche y haz pausas para descansar cuando te pongas a estudiar.
Autoevaluarse
Cuando vayas estudiando los temas, una forma fantástica de consolidar lo estudiado es realizar autoevaluciones, exámenes y test para ver realmente qué sabes y en qué estás más flojo. Así, podrás revisar sin perder tiempo aquello que no te ha quedado grabado en la mente como debería y centrar en ello tus esfuerzos.
Tienes la opción de autoexaminarte a través de ejercicios escritos o dando la lección en voz alta. También puedes pedirle a alguien que te formule preguntas sobre el temario y los contenidos para dar las respuestas intentando ser claro y conciso. Esta es una forma segura de comprobar si realmente estás estudiando de manera efectiva.
