Tal vez tengas dificultad para abordar algún que otro tema cuando de asuntos personales se trata. Al fin y al cabo, no siempre somos capaces de expresarnos tan bien como nos gustaría y las circunstancias siempre nos condicionan. Pero hay algo que sí es muy sencillo y que se convierte en toda una complicación para algunas personas: decir no.
Esto sí que puede subsanarse con más o menos facilidad, siempre y cuando seas consciente de la necesidad de vencer esa costumbre nada recomendable de querer en todo momento complacer a los demás y ser incapaz de dar una negativa por respuesta. Sigue leyendo si quieres aprender a decir no sin sentirte culpable. Ganarás en tiempo y salud.
Sé conciso
Si te cuesta decir no en cualquier circunstancia, y siempre terminas haciendo favores y trabajos que en realidad no deberías asumir, seguramente tengas un ego positivo que deberás equilibrar para pensar algo más en ti mismo. Pero tal vez solo te cueste decir no a esas personas con las que te unen relaciones de afecto o en circunstancias similares. En ambos casos debes aprender a decir no, y la mejor forma de hacerlo es siendo claro y conciso.
Si no tienes tiempo libre para quedar con alguien o hacerle un favor, ¿por qué has de sentirte culpable por decir no? ¿Esa persona va a quererte más o menos por ello? ¿Los sentimientos de vuestra relación están basados acaso en el intercambio de favores? De igual modo sucede en el ámbito laboral. ¿Ese subalterno o ese compañero se aprovecha de que eres incapaz de negar nada a nadie para que hagas su trabajo?
En cualquiera de los casos, tanto por tu bien como por el de tu entorno, es necesario decir no, así que no te sientas culpable por ello cuando tienes tus razones para hacerlo. Lo mejor será que lo hagas con brevedad y seguridad. Es la única manera de que la otra persona no intente convencerte ni use el chantaje emocional para conseguir lo que quiere.
Sé claro
Recuerda que no tienes por qué dar explicaciones cuando a alguien le dices que no, así que es opción personal darlas o no, aunque en el caso de personas con las que apenas tienes trato, lo más efectivo es ser taxativo para que no puedan suponer ninguna otra cosa.
Pero si te sientes mejor, sobre todo, ante las personas que quieres, al dar una negativa, una buena opción es ser claro con el motivo por el que no puedes quedar u ocuparte de algo. Es tan sencillo como ser honesto: «No, lo siento, ese día tengo comida familiar» o «no, discúlpame, pero tengo trabajo todo el día».
Aunque si hablamos de amistades íntimas, no tendrás que andar por las ramas: «No, no me apetece quedar, estoy agotada porque he tenido una semana muy dura». ¿Acaso tú no entenderías perfectamente que te dijeran eso? ¿Por qué has de conformarte tú con menos? Quien te quiera, que te quiera bien. Lo comprenderá sin discutir.
Tómate tu tiempo
A veces nos preguntan algo que todavía no podemos responder. Si te proponen alguna cosa y no sabes si tendrás tiempo ese día o si estarás libre para quedar a comer o ir a una cena, no tienes obligación ninguna en dar una respuesta al instante. Lo mismo sucede cuando te pidan que les hagas un favor que, aunque te agradaría hacer, no sabes aún si podrás.
De nuevo, sé honesto y no te comprometas en una respuesta con la que luego puedas quedar mal o sentirte peor al no poder cumplir tu palabra. Comenta simplemente que todavía no sabes si puedes y que tan pronto lo sepas se lo harás saber.
Ofrece alternativas
Otra forma estupenda para dar una negativa sin sentirte mal en absoluto es decir no y luego ofrecer una alternativa. Es una de las maneras favoritas de decir no de las personas asertivas, porque la asertividad en este punto es una de las mejores formas de comunicación de la que puedes echar mano.
Ofrecer otra opción es tan fácil como contestar: «Lo siento, no puedo quedar este lunes, pero si te viene bien podemos quedar el de la semana que viene». «Disculpa, por la mañana no tengo tiempo para hacerte ese favor, pero sí por la tarde, si no te corre prisa». Si lo pasas mal al decir que no, dar una alternativa hará que te sientas mejor y no tendrás ni problemas de conciencia ni sentimientos de culpa, aunque recuerda que jamás deberías tenerlos por decir que no.
Valora tu tiempo
Y cuando tengas dudas o flaquees, recuerda también que tienes que aprender a valorar tu tiempo, lo único que se nos escapa, algo que no se puede comprar y que una vez pasado no se puede recuperar. Debes dedicar tiempo al trabajo, a tu familia y a ti mismo. El tiempo libre del que dispones mereces aprovecharlo como deseas, y no estar constantemente complaciendo a cualquiera que te pida algo.
Aprender a decir no contribuirá a que vivas menos estresado, tus relaciones sean más sinceras y puedas disponer de mayor cantidad de tiempo. En realidad, todo son ventajas.