El vicepresidente de Castilla y León (Vox) desprecia a los hijos de extranjeros en una comunidad sin migración
La ultraderecha que gobierna con Mañueco en esta zona trata de generar una falsa polémica contra los migrantes. Un colectivo que no llega a este territorio por falta de oportunidades.
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El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, el ultraderechista de Vox Juan García-Gallardo (Burgos, 1991), ha vuelto a incendiar el panorama político de la comunidad con sus últimas declaraciones, publicadas en esta ocasión por el periódico El Norte de Castilla.
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El político de Vox se ha reafirmado en un discurso racista que defendía durante la campaña electoral al señalar a los repobladores autóctonos para luchar contra la despoblación en Castilla y León: "Nuestra prioridad es que haya natalidad autóctona", ha asegurado en la entrevista publicada este domingo. "Para que siga habiendo Castilla y para que siga habiendo León, tiene que haber niños castellanos y niños leoneses. Nuestra prioridad es que las familias españolas tengan niños españoles", ha añadido.
Lo cierto es que con estas palabras se crea una falsa polémica sobre la migración en la comunidad castellana y leonesa, que sufre una falta de oportunidades tan importante que hace que la población migrante no elija Castilla y León para asentarse, precisamente por la ausencia de posibilidades de empleo.
El compañero de formación de Abascal no ha hecho otra cosa que mostrarse continuista con el discurso de su líder, cuando aseguró en Salamanca durante la campaña electoral: "Nosotros ya hemos elegido: natalidad nacional, mientras ellos eligen inmigración". Al hilo de esta idea, García-Gallardo ha recordado que para Vox solo es bienvenida "la inmigración legal, ordenada y con capacidad de adaptación" y que la población de los países del Magreb se adapta "peor".
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El vicepresidente de la Junta de Castilla y León llegó al Gobierno de la comunidad en su primera experiencia como político gracias a un pacto de gobierno con el PP de Mañueco el pasado 10 de marzo. Desde entonces, la formación de ultraderecha con él a la cabeza ha protagonizado escándalo sobre escándalo. Vox comenzó por dejar de lado a las mujeres en el nombramiento de sus cuatro cabezas visibles en la Junta (vicepresidencia y tres consejerías): todos hombres.
Su primera aparición pública tras la formación de Gobierno sirvió para presentar una "ley de violencia intrafamiliar", además de un "decreto de Concordia", que vengan a sustituir la Ley de Igualdad y la de Memoria Histórica existentes.
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De hecho, el pasado 9 de junio, cuando se guardó un minuto de silencio institucional en memoria de la mujer de Soria asesinada por su pareja, Gallardo aseguró que a partir de ahora "se recordará a todas las víctimas de violencia intrafamiliar, sin distinción de género ni parentesco", subrayando que la asesinada había sido "una madre", para evitar hablar de violencia machista.
Otra de sus acciones más sonadas tuvo lugar en el primer Pleno de las Cortes, donde espetó a Noelia Frutos, procuradora del PSOE con una discapacidad: "Le voy a contestar como si fuera una persona como las demás". Lejos de pedirle perdón, cuando la oposición solicitó su reprobación, el burgalés aseguró que Frutos iba "predispuesta a hacerse la ofendida".
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Su relación con los medios de comunicación tampoco ha sido el esperado por un representante público, al insultar a periodistas, retuitear críticas feroces sobre ellos o vetar desde organismos públicos como las Cortes a los no afines con sus ideas, mostrando un nulo respeto a la libertad de información.
El anuncio sobre el recorte a sindicatos y patronal, con el presidente Mañueco en Madrid y Olona de campaña electoral en Andalucía, ha sido la última vez que García-Gallardo ha sacado los pies del tiesto. Se especula, incluso, que este anuncio del vicepresidente se produjo precisamente para dar argumentos a la alicantina en su discurso de "cerrar todos los chiringuitos ideológicos".