Josep Antoni Duran i Lleida renovó ayer su liderazgo dentro de Unió Democrática al ser reelegido con el apoyo de un 91,49% de los delegados asistentes al XXIV Congreso de la formación. En el discurso de clausura del cónclave, Duran recuperó el leitmotiv de la sociovergencia, es decir, la apuesta por un futuro Govern de coalición entre Convergència i Unió y el PSC.

Esta fue la fórmula defendida por Duran como la mejor manera para 'profundizar en la relación con el Estado, limitar el déficit fiscal y abordar las infraestructuras'. Apuntó, además, que así se 'devolvería Catalunya a la centralidad política de la que se ha apartado el gobierno tripartito'. Sin embargo, la propuesta fue recibida con frialdad por parte de su socio de coalición, Convergència Democrática. Su secretario general adjunto, Felip Puig, invitado al Congreso, aplazó para después de las elecciones las conjeturas sobre futuras coaliciones de gobierno. Por otro lado, Puig no se mostró incómodo por el rechazo explícito del Congreso de Unió a entrar a formar parte del proyecto convergente de la Casa Grande del Catalanismo. Dijo al respecto que las dos formaciones tienen mucho camino por recorrer juntas, 'cada una marcando su propio perfil'.

La crítica de Duran al Govern prosiguió con una reflexión sobre el 'nivel de perplejidad e insatisfacción de los catalanes'. Según dijo, la política debe revertir este sentimiento 'cambiando la queja y el resentimiento por la voluntad de dialogar, pactar e influir en la política española'. El líder conservador aseguró que la sociovergencia haría posible
este cambio.

En su discurso, Duran i Lleida planteó los retos de futuro para Unió. Apeló a un nuevo 'sueño catalán'e hizo referencia a la 'fortaleza moral y el empuje de la sociedad civil' en los años de la emigración española hacia Catalunya para enarbolar el discurso de 'los valores fuertes' que ha marcado este Congreso. La familia, la autoridad, el esfuerzo o el respeto a la vida siguen vigentes en el ideario de Unió aunque, como asumió el orador, hayan ido 'a contracorriente' desde el año de su fundación.

En la última jornada del cónclave, el presidente de la formación democristiana quiso subrayar que no va a dejar el mandato a medias, como habían sugerido algunas voces dentro del partido, aunque avanzó, eso sí, que cederá protagonismo en las funciones internas del partido a cargos de su confianza tras 21 años de liderazgo ininterrumpido.