"La única derecha civilizada de España está en el PSOE"
El catedrático de Derecho Constitucional José Antonio González Casanova (Barcelona, 1935) defiende en su último libro que la derecha española, a diferencia de las europeas, jamás ha acabado de aceptar las regla
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El catedrático de Derecho Constitucional José Antonio González Casanova (Barcelona, 1935) tiene claro que las tesis tienen que ser radicales y a buen seguro que la que defiende en su último libro, La derecha contra el Estado. El liberalismo autoritario en España 1833-2008, lo es: la derecha española, a diferencia de las europeas, jamás ha acabado de aceptar las reglas del juego democrático.
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¿El PP no es un partido democrático en su opinión?
Yo mantengo la esperanza de que lo sea algún día, pero es difícil. Hay que tener en cuentas que la clase media española es la más inculta de Europa, porque no ha tenido escuelas dignas y ha padecido el monopolio de la Iglesia en la enseñanza. Somos un país sin tradición democrática y, en la medida en que una gran parte no ha asumido la ética democrática de forma íntegra, continúa siendo una sociedad bastante primitiva, donde que lo que cuenta es el amiguismo, el enchufe, la corrupción...
¿Y eso es patrimonio sólo de la derecha?
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Yo parto de la base de que la derecha, por definición, es apolítica, es ese conjunto de personas con poder económico al que no le interesa la política porque no le interesa el bien común, sino sólo sus intereses particulares. Por eso son liberales en economía. Por tanto, la reacción del pueblo es luchar por imponer un Estado, un conjunto de leyes que regulen y hagan posible la justicia social. Por eso afirmo que democracia y liberalismo económico son incompatibles.
¿Por qué mantiene que la derecha española siempre ha estado contra el Estado?
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El Estado moderno es fruto de un pacto social entre los capitalistas y el pueblo trabajador, en el que los que tienen el poder, no lo pierden, pero los que no lo tienen, obtienen derechos como el voto. El Estado se define, entre otras cosas, por un sector público de servicios al ciudadano y un control de la acción económica de los poderosos. Allí donde ganan los partidarios de que haya una gasto público mínimo y privatización de los servicios, se está poniendo en manos de particulares los intereses generales. La derecha, no sólo la española, en principio es antidemocrática porque es liberal.
Pero en unas elecciones tiene que haber opciones de derecha e izquierda...
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Sí, claro, lo que pasa es que tienen que jugar limpio. En otros sitios han sido más listos y han construido una derecha más civilizada, que ha asumido las concesiones inevitables para que no hubiese una rebelión popular. Allá donde los sectores capitalistas se encuentran con un pueblo inculto, poco partidario del pacto y la negociación, son más autoritarios, y de ahí las formas tan primitivas y poco democráticas del PP, tanto en los ocho años de Aznar y como en los cuatro de oposición posteriores.
Usted cita las declaraciones de Gabriel Elorriaga al ‘Financial Times' antes del 9-M en que admitía que su estrategia pasaba por fomentar la abstención...
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Sí, toda su idea es que la gente no vote y la abstención es una forma de no democracia. Conseguir que la gente no vote o aprovechar los males del país para ir contra el Gobierno, como hizo el PP en el caso del proceso de paz del País Vasco o ahora con la crisis.
¿La derecha actual es heredera del franquismo?
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El franquismo es el gran momento de la derecha española, la mezcla de autoritarismo político y liberalismo económico. Un régimen con apariencia de democracia (con elecciones a Cortes, etc.), pero sin partidos ni sindicatos. Pasaron 40 años encantados de la vida.
¿La izquierda ha sido contemporizadora con la derecha?
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La izquierda tiene tendencia a comportarse como la derecha, porque mucha gente que vota a la izquierda no es tan de izquierdas. Yo ya dije hace muchos años que la única derecha civilizada en España está en el PSOE.
¿El PP puede ganar las elecciones sin apelar a la crispación?
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Mientras no se refunde, su estrategia es la de provocar la abstención y, en ese sentido, la corrupción en sus propias filas ayuda, porque esparce el asco por la política. Ellos cuentan con un sector de votantes fijo, con una fidelidad del 84% por el 68% de los socialistas. Por eso el bloque de la derecha siempre es fijo, mientras que el otro fluctúa según la coyuntura y el PP siempre espera que la coyuntura sea mala, y si no, decir que lo es mediante la mentira sistemática.
¿Qué papel juega la extrema derecha en el PP?
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Ellos necesitan integrar a la extrema derecha. En Francia, el señor Sarkozy es diferente del señor Le Pen, pero en España Sarkozy y Le Pen son lo mismo. No veo indicios de escisión ni creo que convenga. La extrema derecha puede ser peligrosa en tiempos de crisis porque puede crear un populismo fascista. Y recordemos que el PP necesita esos votos para ganar al PSOE.