Este artículo se publicó hace 2 años.
La ultraderecha agita los mensajes de odio y desprecio contra personas gitanas
Este viernes se celebra el Día Internacional del Pueblo Gitano. Las asociaciones que trabajan en este ámbito advierten sobre el racismo que aún existe en la sociedad española y que se visibiliza mediante distintas formas.
Bilbao-
Alguien estaba detrás del teclado. Alguien deseaba, sin ocultarlo, que las personas gitanas en España sufriesen lo mismo que sufrieron bajo el genocidio nazi. "A la cámara de gas y hacer jabón con ellos", escribió un usuario de un conocido foro en Internet. "Ni eso, que los incineren y envíen sus cenizas al espacio, cuanto más lejos del planeta mejor", respondió otro racista anónimo. El odio, una vez más, desbordaba la pantalla.
Tales mensajes han sido recopilados por la Fundación Secretariado Gitano (FSG) en su último informe sobre esta forma de racismo cronificada en la sociedad española. Este viernes, coincidiendo con el Día Internacional del Pueblo Gitano, las asociaciones que trabajan en este ámbito vuelven a pedir medidas claras que hagan de freno contra el odio.
"El discurso de odio de hoy se convierte mañana en violencia", afirma a Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas (FAKALI) y diputada del PSOE. "Hay que actuar de forma rápida para prevenir esas actuaciones que se dan en las redes sociales y en internet –continúa–. Eso se retroalimenta en la calle: la gente tiene menos prejuicios a la hora de exponer ideas que antes no se escuchaban".
La tipificación de delitos de odio no siempre alcanza para hacer frente a esta lacra. En uno de sus apartados, el último informe de FSG describe distintos casos que fueron denunciados ante los tribunales y que, pese al evidente odio que se desprendía, acabaron de forma favorable para los racistas.
"Hordas de gitanos colapsan las Urgencias del Hospital de Salamanca como zombis", decía el título de un texto difundido en febrero de 2020 por Mediterráneo Digital, un medio de ultraderecha que propaga todo tipo de mensajes racistas, xenófobos y misóginos.
Secretariado Gitano llevó ese artículo a la Fiscalía. En su denuncia, la organización señaló que se asociaba "a las personas gitanas una imagen de muertos vivientes, que incita, fomenta y promueve públicamente y de manera directa a la deshumanización de las personas gitanas provocando y reforzando un sentimiento destructivo que pueden impulsar la ejecución de actos violentos hacia las personas gitanas por motivos étnicos".
"Desde la Fiscalía Provincial especializada de Madrid nos comunicaron que habían archivado el caso por considerar que la noticia estaba dentro de la libertad de expresión y no constituía delito del artículo 510.1 del Código Penal", relata Secretariado Gitano.
Aquel artículo de Mediterráneo Digital no fue el primero ni el último que atacaba a las personas gitanas. En su hemeroteca figura un largo listado de textos que circulan por internet y en los que se criminaliza, desprecia e insulta a esa comunidad. FAKALI y FSG se han dirigido por escrito en distintas ocasiones a sus responsables para que frenasen esa campaña, pero no sirvió de nada.
"Este tipo de discriminación está muy normalizada: no hay una reacción social con actitud de sanción hacia el antigitanismo, y que no haya reacción social hace que se tenga por consentida esa discriminación, con todo lo que ello origina", afirma a Público la abogada María del Carmen Cortés, integrante del Departamento de Igualdad y lucha contra la Discriminación de FSG.
No en vano, el odio contra los gitanos forma parte del ADN de la ultraderecha. Democracia Nacional, un partido político legal que hace gala del racismo y que mantiene estrechos vínculos con grupos xenófobos de otros lugares de Europa, ha difundido textos en los que apunta principalmente contra los "gitanos rumanos" que "entran en España ilegalmente sin que nadie les llame".
Desde FAKALI, Beatriz Carrillo destaca que "el antigitanismo siempre ha existido, pero cuando hay situaciones más convulsas campa a sus anchas. Lo estamos viendo en la guerra de Ucrania, donde al auténtico horror que viven los gitanos se añade el estigma por ser, precisamente, gitanos".
Esta diputada socialista incide que "en momentos tan convulsos y difíciles, con populismos y radicalismos en el seno de las instituciones políticas, donde los argumentarios calan de forma dañina en la sociedad, se pone el foco en la inmigración y también en los gitanos". "Eso se traduce en discriminaciones, y las personas que somos gitanas las vivimos y las padecemos", remarcó.
"Si curioseas en las redes, verás que hay ríos de tinta en internet promulgando el discurso de odio contra las personas gitanas", dice el diputado de Unidas Podemos Ismael Cortés, un reconocido activista por los derechos de este colectivo.
En ese río aparece también El Correo de España, un medio que defiende la dictadura franquista. El 12 de septiembre de 2020 ese digital de ultraderecha publicó un artículo de opinión firmado por César Bakken Tristán, en el que sostenía que "está claro que barrios gitanos los habrá toda la vida, pero que los gitanos hagan del mundo su barrio... eso ya son palabras mayores y es lo que está pasando". "Y que me perdonen los putos gitanos, les odio por todo lo que me han hecho en la vida...", escribió. Los insultos de ese tipo se reiteran en varias oportunidades a lo largo de los párrafos.
"Las bases de la extrema derecha alimentan el discurso de odio contra los gitanos", destaca Ismael Cortés desde el Congreso. Por su parte, María Rubia,
activista gitana con más de 20 años de experiencia en intervención social e integrante de la junta directiva de Unión Romaní, sostiene que "el discurso de odio hacia el Pueblo Gitano es habitual y normalizado por la sociedad".
"Cuando se culpabiliza al Pueblo Gitano por sufrir discriminación por su falta de 'integración- asimilación' es muy difícil combatir al agresor. Aquí los medios de comunicación y las redes sociales tienen mucha responsabilidad, dado que son la herramienta perfecta para que el ciberodio consiga proyectarse de manera masiva", subraya Rubia.
El 16 de febrero se activó la subcomisión parlamentaria para un pacto de estado contra el antigitanismo
El asunto está hoy en el Congreso. El pasado 16 de febrero se activó la subcomisión parlamentaria para un pacto de estado contra el antigitanismo, por la que se prevé que pasarán hasta 30 ponentes. "Vamos a empezar la sexta sesión, y le diría que un 90% de los comparecientes destacan que hay que incluir el antigitanismo en el Código Penal", afirma el diputado de UP Ismael Cortés.
La abogada María del Carmen Cortés habla precisamente de esas lagunas que facilitan y amparan los discursos de odio. "Para actuar contra el antigitanismo necesitamos mecanismos normativos eficaces que incorporen un régimen sancionador que permitan generar una conciencia social: discriminar está prohibido y es ilegal. Si lo hace, recibirá una sanción", afirma.
"Apartheid de facto"
El odio y la discriminación se mezclan con las graves condiciones de exclusión social que sufre un amplio número de personas gitanas. "Hay quien habla de apartheid de facto: no hay una legislación que lo marque, pero vemos cómo en distintas ciudades hay un segmento significativo de la población gitana que vive segregada", afirma Ismael Cortés.
Este diputado de UP aporta datos estremecedores: existen a día de hoy 272 asentamientos chabolistas en España. "No es ni infravivienda, son habitáculos de los materiales más rudimentarios", remarcó.
Por su parte, la activista María Rubia afirma que "la discriminación ha ido mutando a lo largo de los siglos y creando nuevos marcos de actuación, pero los resultados son evidentes: guetos, escuelas de bajo rendimiento, dificultades en el acceso al mundo laboral y a la vivienda, menor esperanza de vida…". "El antigitanismo social, cultural e institucional es una realidad del pasado y del presente", concluyó.
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