La campaña del 23J es como el algodón: no engaña. Esto ya es un todos contra todos y sálvese el que pueda. En el segundo día de campaña, los diferentes partidos siguieron el guion previsto: el PSOE arremetió contra el PP por ser como Vox; el PP cargó contra Pedro Sánchez por aparcar la campaña para preparar el debate; Vox criticó al PP por copiarles la manera de presentar el programa y Sumar censuró al PP y el PSOE por querer recuperar el bipartidismo.

Otro que no engaña es José María Aznar. El expresidente entró en campaña este sábado. Lo hizo en Málaga, aprovechando que no muy lejos de allí, en Marbella, tiene una imponente casa para disfrutar de su retiro dorado.

Conviene precisar que el acto en el que participó Aznar era del PP. La presencia en el mismo de Elías Bendodo, coordinador general del PP, así lo acreditaba. Esta precisión puede parecer superflua pero es ciertamente conveniente porque escuchando a Aznar más de uno debió de tener la impresión de que aquello era más bien un mitin de Vox.

En una campaña electoral que ha arrancado marcada por el programa ultra de Vox y con un PP que prefiere silbar y mirar para otro lado – todo con tal de no tener que pronunciarse sobre las propuestas de los de Santiago Abascal–, Aznar sale a pecho descubierto y asume con naturalidad –y sin complejos– los planteamientos de la ultraderecha.

Aznar no se mordió la lengua en Málaga: arremetió contra la memoria histórica; celebró la preponderancia del castellano frente a otras lenguas; clamó por la unidad de España y amenazó a los que quieren romperla; se acordó de los filoetarras de Bildu y, cómo no, criticó sin piedad a Pedro Sánchez, a quien llamó "narcisista" e "incompetente" en una sola frase.

Las críticas de Aznar al Gobierno y en especial a Pedro Sánchez son casi idénticas a las de Vox. Según Aznar, si la "coalición Frankenstein" sigue en el Gobierno, "el precio que tienen acordado es una consulta en Cataluña y una consulta en el País Vasco, y lo que hemos conocido como Transición y Constitución va a saltar por los aires". Una acusación que le hemos oído a Vox en más de una ocasión. 

Otra acusación que pasaría la prueba del algodón de todo buen ultraderechista es la descripción que hizo Aznar de Pedro Sánchez, a quien tildó de "presidente con un narcisismo lleno de incompetencia".  "Es necesario sustituir ese narcisismo tan inútil por una competencia útil, la que supone sustituir a Sánchez por Feijóo", concluyó Aznar. Y parece ser que citar a Feijóo en lugar de Abascal no fue un lapsus.

Por lo que se ve, Aznar ha terminado por convertirse en una mala copia no ya de sí mismo sino de la ultraderecha. Él sí que es la auténtica toma falsa en este arranque de la campaña electoral.