Tomas falsas de la campaña (15): Feijóo y la épica de "ser de aldea"
Puede seguir siendo "el niño de aldea que nunca perdió unas elecciones" o puede convertirse en "el niño de aldea que perdió sus últimas elecciones".
Madrid-
La campaña nunca terminó. Al día siguiente de las elecciones del 28 de mayo el presidente del Gobierno anunció la disolución de las Cortes y una nueva fecha electoral: el 23 de julio. Los últimos 42 días han sido una simulación, una ficción, en la que los partidos (obligados por la ley electoral) fingían no estar haciendo lo que hacían: pedir el voto. Por eso estas 'Tomas falsas' empiezan donde terminaron.
La biografía autorizada de Alberto Núñez Feijóo, escrita en 2021, se titula así: 'El viaje de Feijóo. El niño de aldea que nunca perdió unas elecciones'. El presidente del Partido Popular está ahora mismo en uno de esos momentos que pueden girar una biografía, una vida. Puede seguir siendo eso, el niño de aldea que nunca perdió unas elecciones, o puede convertirse en "el niño de aldea que perdió sus últimas elecciones"; o en "el niño de aldea que no llegó a La Moncloa"; o en "el niño de aldea que gobernó con la extrema derecha".
Ese es el sujeto que Feijóo quiere para su campaña: "Un chaval de aldea". Decidido a ello, este jueves convocó a los algo menos de un centenar de vecinos que viven en su aldea natal, Os Peares (Ourense), para lanzarse a por la victoria en las generales con toda la épica —pensaría— posible. "De Os Peares a La Moncloa", se leía en uno de los carteles que adornaban el plano de Feijóo, en el que también se colocó su madre. De Os Peares a La Moncloa hay exactamente 527 kilómetros.
"Las personas que sabemos que hay grandes ciudades, que hay grandes avenidas, también debemos saber que hay pequeños lugares donde la gente lo pasa peor", defendió Feijóo, que señaló todos los problemas del mundo rural gallego modelado a través de sus más de 30.000 aldeas como si no hubiese sido el presidente de la Xunta de Galicia catorce de los últimos quince años.
Así, el presidente del PP se presentó a sí mismo como una suerte de portavoz de la España periférica y rural: "Sería bueno, en mi opinión, que un presidente conociese la España rural por haber vivido en ella, haber sentido en ella y haber aprendido en ella", dijo el "chaval de aldea". Mientras, el expresidente de la Xunta Feijóo no logró en 14 años revertir la tendencia de despoblación en una Galicia con una tendencia clara a abandonar el medio rural para concentrarse en las grandes urbes.
Pero, ¿quién renunciaría a la épica en campaña? Feijóo, como Pedro Sánchez, necesita su Peugeot y la historia que le hizo presidente del PP no es la más amable para pedir el voto. Su lanzadera está en Os Peares, creen Feijóo y su equipo, el mismo que le acompaña desde la última década y que ya ha exprimido su lugar de origen en campañas anteriores.
"Os Peares es mi principio y son mis principios: trabajo, esfuerzo y humildad", clarificó el "chaval de aldea". Y un principio (político) sin aclarar puede ser, aun si gana, lo que redefina su biografía: ¿cuánto poder (tras el 28M la pregunta ya es cuánto) es capaz de dar a la extrema derecha?. Los "niños de aldea" no hablan de esto.
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