Este artículo se publicó hace 2 años.
¿Ha tocado Vox su techo electoral?
A pesar de ganar dos escaños y obtener 80.000 votos más que en las anteriores elecciones andaluzas, el partido de extrema derecha baja en porcentaje de votos con respecto a los resultados de las generales del 10-N en Andalucía.
Pilar Araque Conde
Madrid-Actualizado a
Lejos de las aspiraciones soñadas por la extrema derecha e incluso de los resultados que auguraban las encuentas, Vox será irrelevante para la gobernabilidad de Andalucía tras las elecciones de este domingo debido a la victoria aplastante del PP de Juan Manuel Moreno Bonilla.
A pesar de ganar dos escaños (pasa de 12 a 14) y obtener 80.000 votos más que en los anteriores comicios autonómicos, el partido de Santiago Abascal baja en porcentaje de votos (13,46% en total) en comparación con los resultados de las elecciones generales del 10 de noviembre en dicho territorio, cuando obtuvo el 20,61% de los sufragios.
En el anterior proceso electoral, el de Castilla y León, donde Vox ejecutó uno de los mayores ascensos de la extrema derecha en Europa en elecciones recientes, la formación ultra ya registró sólo un leve crecimiento con respecto al voto logrado en las últimas generales en esta región, es decir, pasó del 16,7% en 2019 al 17,6% en los comicios reginales de 2022.
A tenor de estos últimos resultados y ante el mapa electoral previsto para mayo de 2023 con las autonómicas y municipales, y que finalizará con las generales a finales del próximo año (siempre teniendo en cuenta el ritmo vertiginoso de la actualidad) cabe preguntarse: ¿Ha tocado Vox su techo electoral? Según los politólogos consultados por Público, esta hipótesis es complicada de descrifrar.
¿Fin al ascenso continuado?
No obstante, con los datos en la mano, su tendencia al alza apunta hacia otra dirección, un cambio de fase con respecto a la inicial desde la primera vez que la extrema derecha pisó la moqueta de las instituciones, esto es, cuando irrumpió precisamente en el Parlamento de Andalucía hace tres años y medio.
Ignacio Jurado, politólogo y profesor de la Universidad Carlos III, subraya que es "difícil saber si ha llegado a su tope porque el futuro es incierto, pero parece que hay signos de frenazo y que puede encontrarse con un techo, lo que hay que saber es si es temporal o definitivo".
En esta línea, Vox se encuentra cada vez más cómodo entre el 10% y el 20% de los votos, "alrededor del 15% es su resultado natural", por tanto, "parece que llega a una meseta y la duda es si habrá condiciones para que vuelva a dar un paso más arriba", apostilla.
El también politólogo Eduardo Bayón incide en esta dirección: "No ha llegado a su tope, pero ha entrado en una fase diferente a la inicial. Van a tener dificultad para lidiar con ella y los líderes de Vox van a tener muy complicado ensanchar su espacio electoral actual", comenta y recuerda que la extrema derecha "venía de una fase muy cómoda de crecimiento continuado", aunque ya en CyL este ascenso fue mucho más leve comparado con las generales en esa región.
Precisamente, en este territorio, Vox cambió su extrategia al condicionar la gobernabilidad a entrar en el Gobierno de Mañueco, siendo la primera vez que esta fuerza pasaba a formar parte de un ejecutivo. Sin embargo, esta pretensión "le ha pasado factura" en Andalucía. "El resultado ha sido malo por las expectativas y les ha pasado, salvando las distancias y con un perfil distinto, lo que le pasó en Madrid. Allí donde el PP tiene candidatos sólidos, que sustentan el poder y compiten bien contra Vox, ya sea con la estrategia radical y populista de Ayuso, u otro perfil más moderado como en Andalucía, les cuesta", añade Bayón.
Resultados en función del territorio
Más cauta se muestra la politóloga y socióloga Aída Vizcaíno, pues entiende que el proceso electoral previo al de 2023 (desde los comicios en Euskadi y Galicia en 2020 hasta las eleccines del pasado domingo) arroja seis resultados diversos en cada región (Euskadi, Galicia, Catalunya, Madrid, Castilla y León, y Andalucía). La proyección de Vox, señala, "se explica con los territorios" y, a pesar de que los liderazgos son "protagonistas", "no todo se explica" desde esta óptica.
"La ola o la fase en la que está, si no sigue en ascenso, puede estar estable o disminuir, pero la fuerza que tiene, parece que se va a estabilizar", añade para después desgranar los diferentes escenarios que se abren a tenor del ámbito en el que se produzan las elecciones. "Desde el punto de vista de los territorios, depende de la competición intrabloques, si está el eje nacionalista o independentista y/o si el PSOE o PP están en crisis".
De cara a las generales, estas van a estar condicionadas con lo que pase en mayo. "Es todo tan cambiante e inestable, así que prever qué alcance va a tener la extrema derecha es complicado, más aún teniendo mayo de 2023 de por medio", sostiene la politóloga en unas declarciones a este medio.
Proyección para el ciclo electoral de 2023
Por otra parte, Jurado apunta otras dos claves sobre la proyección de la extrema derecha: tanto en el último CIS como en esta última convocatoria se ha observado "transferencias de Vox al PP, cuando antes las fugas eran de PP a Vox". También, más allá del perfil sobreactuado de su candidata, Macarena Olona, no hay que dejar escapar su discurso centrado en todo el Estado, y no en la región en sí, lo que le puede perjudicar para los comicios locales y autonómicos del próximo año.
"Vox tiene un discurso muy nacional y poco inclinado regional y municipalmente, y tampoco tiene una estructura fuerte a nivel local, por lo que sufre más en este tipo de elecciones, y esto claramente corta su proyección". En este sentido, este análisis puede preparar el terreno para Feijóo en su carrera hacia la Moncloa, "como le pasó al PSOE cuando Unidas Podemos no consiguió consolidar el poder a nivel autonómico".
Por su parte, Bayón ahonda en esta línea. La extrema derecha "no tiene fuerza de organización, cuadros y candidatos, y salvo sorpresa mayúscula, no conseguirán superar al PP, por lo que les coloca en una situación subalterna al PP y esto conlleva cierto desgaste", arguye.
Por último, en lo relativo al futuro de Olona, una de las principales bazas de la extrema derecha y que aparentemente queda desdibujada tras los resultados obtenidos el pasado domingo, Vizcaíno destaca que, de quedarse en el Parlamento andaluz (aún no ha dejado su escaño en el Congreso) tendrá un nuevo "altavoz institucional, mediático, de primer nivel" para hacer oposición a Moreno Bonilla. "No es un fracaso en el recorrido sino que podría ser un inicio", zanja.
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