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La soledad de Juan Carlos I se hizo foto

Felipe VI, la reina Letizia y la reina Sofía salen en el centro de la imagen, pero es Juan Carlos I quien la protagoniza.

  • Casa de s.m. el rey

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    De sombras y reyes sin reino

    Felipe VI, la reina Letizia y la reina Sofía caminan juntos en el funeral de Constantino de Grecia, como haría cualquier familia en esta situación. Pero no son una familia normal, ni siquiera una estructurada. Los separan cerca de 5.600 kilómetros del rey emérito, Juan Carlos I, y no es solo la distancia entre Madrid y Abu Dabi.

    El foco está sobre ellos tres. Al fondo, desenfocado, un fantasma del pasado. Sin embargo, el destino es osado y aunque la cantidad de luz que entra por el diafragma de la cámara y la velocidad de disparo del obturador dejan en segundo plano al emérito, un reflejo caprichoso acaba rodeándolo y dirigiendo la mirada hacia él.

    La sombra de los escándalos y excesos del emérito es la que termina acechando a Felipe VI. Por muchos esfuerzos que hace para desligarse de la figura de su padre, éste sigue ahí, robando el plano caminando a un paso cansado, antes admirado y ahora apartado, apoyado por las dos muletas que forman sus guardaespaldas.

    A Felipe le persigue el pasado, y Juan Carlos persigue lo que un día fue. Él era el que estaba en primer plano, el que marcaba el paso para que otros le siguieran y, en resumidas cuentas, el que tenía el poder. Ahora es un rey sin reino, enviado a un exilio de lujo y sin otra ocupación que asistir a funerales a los que le invitan por cortesía. Y la soledad se hizo foto.​