Tiene las mismas probabilidades de ser hombre que mujer; ha nacido en Andalucía, la Comunidad de Madrid, Catalunya o Galicia; tiene más de 35 años; ha trabajado en el ámbito de la Educación, el Derecho o la Economía; y se dedica a temas relacionados con Juventud o Transición Ecológica. Así sería ahora mismo el retrato de un líder político emergente. Es decir, aquel que está llamado a ser el líder del futuro. Pero todavía se puede afinar más: si es de izquierdas es muy posible que haya estudiado Sociología, Medicina o Filología, y si es de derechas, tendría un grado en Relaciones Laborales, Derecho o Enfermería.

Son las conclusiones del tercer informe sobre los nuevos liderazgos españoles de las generaciones Millennial y Zeta —personas que están entre los 18 y los 43 años— de la consultora de Incidencia pública beBartlet al que ha accedido Público.

En un ejercicio de "reivindicación generacional",  defienden sus autores, este informe trata de poner en el radar a quienes pueden ser los próximos Pedro Sánchez, Yolanda Díaz o Alberto Núñez Feijóo: "Posiblemente el próximo presidente del Gobierno esté identificado en este informe aunque aún no lo sepamos", subrayan. 

Hay razones de sobra para creer en ello, como que todos los presidentes de la democracia iniciaron sus carreras políticas con menos de 40 años. Felipe González ganó sus primeras elecciones con 40, José María Aznar era presidente de Castilla y León con 32, José Luis Rodríguez Zapatero fue el diputado más joven del Congreso con 28 años y Mariano Rajoy accedió a la presidencia de la Diputación de Pontevedra con 28 años. Con 32, Sánchez era concejal del Ayuntamiento de Madrid.

El Senado, una cámara envejecida

Ahora mismo, las personas entre 18 y 43 años son casi el 29% de la población y están ligeramente infrarrepresentadas en el Congreso de los Diputados, donde son un 21%. Por su parte, el Senado se consolida como una Cámara envejecida: los Millennial y Zeta son solo el 10%. Su nivel de formación es alto y casi todos cuentan con un Grado universitario (92%). Además, casi la mitad tiene un máster.

Para la elaboración de este informe se identificaron más de 700 perfiles y al menos el 74% de ellos cuentan con una dedicación profesional previa antes de su entrada a la política. La tendencia es caminar hacia carreras políticas más cortas y más intermitentes.

Brecha de género: los temas transversales no son para ellas

Y otra de las grandes conclusiones del informe tiene que ver con la brecha de género. Según este análisis, si bien se ha superado la barrera que dificultaba el acceso a las instituciones para las mujeres, la desigualdad persiste: una vez dentro solo el 5% de los hombres se dedican a los temas de igualdad frente a un 20% de mujeres. Mientras que quienes están llamadas a ser las líderes de la próxima generación hablan de igualdad, ellos se dedican con el mismo peso a ámbitos como la Transición Ecológica, Urbanismo o Deportes.

¿Qué ha cambiado desde 2021?

Esta brecha en la implicación de las mujeres en determinadas áreas ha aumentado desde 2021. Como también se ha reducido la presencia de nuevos liderazgos femeninos jóvenes en el Congreso, que suponían el 17% en la anterior legislatura y ahora son el 14%.

Además, el informe elaborado por la misma consultora hace tres años colocaba a Catalunya como la comunidad autónoma con más líderes emergentes, un puesto que ahora ocupa Andalucía. 

El objetivo de analizar los liderazgos políticos desde esta perspectiva generacional es adelantarse  "los cambios de fondo", apunta Nacho Corredor, socio y presidente del Círculo de asesores de beBartlet y codirector del estudio. "Cada generación tiene sus hitos y sus mitos. Las anteriores tuvieron la Transición. Las generaciones Millennial y Zeta construiremos los nuestros e identificamos la evolución de quienes promoverán estos cambios para anticiparnos", señala.