Alemania y España renovaron este miércoles la presión que ejercen sobre Francia para lograr que ese país acepte el proyecto Midcat, el gasoducto que permitiría transportar hidrógeno y gas desde España hasta Centroeuropa para rebajar así la dependencia del gas ruso que padecen los socios europeos de esa región.

Ambos países entienden que, ante el cambio geopolítico que ha supuesto la invasión de Ucrania, resulta esencial incrementar las interconexiones energéticas para evitar así las amenazas y a los problemas de suministro a los que Moscú somete a la Unión.

Durante la cumbre hispanoalemana celebrada en A Coruña, los gobiernos de Pedro Sánchez y de Olaf Scholz firmaron una declaración política en la que aseguran coincidir en la necesidad de garantizar un suministro "seguro, asequible y sostenible en toda la UE".

Para ello, afirman, es "fundamental incrementar las interconexiones energéticas" con un "diseño a prueba de futuro del mercado eléctrico europeo".

La declaración no cita expresamente el Midcat, aunque sí lo hace el plan de acción conjunto que la acompaña y que recoge acciones concretas de cooperación entre España y Alemania.

"La construcción de un gasoducto preparado para el hidrógeno (...) a través de los Pirineos, para estar operativo en 2025, es de suma importancia para lograr un sistema interno verdaderamente robusto en el mercado de la energía de la UE, para acelerar la transición verde y para reforzar la autonomía estratégica de la UE", señala el documento.

"Las conversaciones necesarias deben incluir a todas las partes implicadas, así como a la Comisión Europea", añade el plan.

La cumbre de A Coruña se inició con casi una hora de retraso debido en buena parte al mal tiempo, que complicó la llegada de la delegación alemana al aeropuerto de Santiago, mientras que la española  aterrizaba en el aeródromo coruñés de Alvedro.

Bajo una fina lluvia y algo de niebla en el entorno del puerto de A Coruña, donde está ubicado el recinto donde se celebró el encuentro, Sánchez recibió a Scholz y  juntos fueron saludando a los quince ministros y ministras que participaron en el encuentro.

La mención expresa al Midcat supone un nuevo elemento de presión sobre el presidente francés, Emmanuel Macron, quien se ha mostrado contrario al gasoducto y ha defendido la capacidad de Francia para suministrar energía a Europa gracias a la fortaleza de su red de centrales nucleares.

En el trasfondo de posición está el miedo a la competencia que el gasoducto podría suponer en el futuro para las capacidades exportadoras de energía de Francia, que prefiere importar de España energías renovables para desarrollar en su propio territorio proyectos de producción de hidrógeno.

"Necesitamos más interconexiones", aseguró Scholz en la rueda de prensa que cerró la cumbre, para expresar su defensa explícita del gasoducto y asgurando que se desarrollaría "en cooperación amistosa con Francia". "No creemos que haya habido una negativa rotunda al proyecto", dijo.

Por su parte, Pedro Sánchez recordó que la capacidad de interconexión actual entre la península ibérica y el resto de la UE es muy baja -"menos del 5%, más cerca del 3% que del 4%-, y que eso impide a España aprovechar "todo la capacidad de regasificación" de la que dispone, y a Europa, aprovecharse de ella". Mejorar las interconexiones, a juicio del presidente español, "es el único modo un mercado europeo integrado".

En la declaración política de la cumbre, España y Alemania también se han comprometido a proteger el nivel de vida de sus ciudadanos y a desarrollar y aplicar las medidas necesarias para que empresas y hogares puedan enfrentar la inflación y la crisis energética de forma que "nadie se quede atrás".

"Ambos gobiernos han puesto el foco en tres aspectos básicos, comprometiéndose a proteger la situación económica de sus ciudadanos, en
un contexto en que la existencia de una guerra en el continente europeo pone en riesgo su nivel de vida y su seguridad energética, a garantizar su seguridad y defensa, así como a fomentar que (...)  estén en condiciones de mejorar su futuro", dice el texto final de la cumbre.