La agenda internacional del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, es intensa. Especialmente esta última semana. Tras la celebración del Consejo Europeo en Bruselas se desplazó a la República Dominicana para la Cumbre Iberoamericana. Y este jueves aterrizará en China para una visita a la que Moncloa otorga la máxima relevancia por el contexto en el que se produce. Sánchez se reunirá con el presidente Xi Jinping. Será el primer líder europeo que conversará con el mandatario chino tras el viaje de este a Rusia y la presentación de su plan de paz para la guerra en Ucrania. 

Sánchez asume así de nuevo un papel protagonista a nivel internacional y desde su equipo reconocen la amplia expectación que ha generado el viaje. Como ya verbalizó Sánchez la pasada semana, la propuesta de China tiene "puntos interesantes". Lo que no se considera de momento es que sea un "plan de paz" al uso sino un "un posicionamiento de lo que China considera que es necesario para fijar la paz".

Junto a Sánchez viajará también el ministro de Exteriores, José Manuel Albares y en la agenda del presidente se incluye encuentros con otras máximas autoridades chinas como el primer ministro, Li Qiang, y el presidente de la Asamblea Nacional Popular, Zhao Leji. Previamente a esos encuentros participará en un foro económico, ya que el viaje tiene un fuerte contenido comercial para España. 

En Moncloa consideran que los 12 puntos presentados por China como plan de paz tiene asuntos relevantes como las menciones a la integridad territorial o el rechazo a las armas nucleares y la mera amenaza de uso. Señalan como positivo el paso adelante dado y una participación más activa en la búsqueda de soluciones. Algo que Sánchez ya transmitió a su Xi Jinping en un encuentro mantenido en Bali el pasado año con motivo de la cumbre del G-20. 

Pero el posicionamiento del Gobierno español es nítida y sin fisuras hacia Ucrania. Existen diferencias de enfoque con el planteamiento chino, especialmente que sitúen, explican fuentes de Moncloa, en el mismo plano a Rusia y Ucrania. Es decir, al agresor y al agredido en este conflicto. Un aspecto que para el Ejecutivo es muy importante y que será objeto de debate durante este viaje. 

Para Moncloa, es muy relevante que China reciba a líderes europeos, que escuchen la visión del conflicto de primera mano desde la UE y que el país no se aísle. De momento, tras Sánchez viajarán al país asiático otros representantes comunitarios como el presidente francés, Emmanuel Macron, así como la presidenta de la Comisión Europea Úrsula von der Leyen y el alto representante de la UE para asuntos diplomáticos, Josep Borrell. La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, podría ser la siguiente. En el aire está también un posible contacto telefónico de Xi Jinping con el presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, algo que en Moncloa consideran que sería un gesto muy positivo. 

Relaciones bilaterales, economía y turismo

El viaje oficial, más allá del contexto geopolítico, se enmarca en el 50 aniversario del establecimiento de relaciones bilaterales entre ambos países. Tras la pandemia de Covid-19 hay una serie mecanismos de cooperación y diálogo que se han paralizado. La reactivación de los mismos será por tanto uno de los principales objetivos de la visita de Sánchez. Xi Jinping visitó España en 2018, se reunió con Sánchez y firmaron una declaración conjunta. 

Otro eje de la visita, según explican en Moncloa, será escuchar las expectativas que China tiene respecto a la presidencia española de la UE. Las relaciones entre Europa y China estarán sobre la mesa. Cómo abordar otros desafíos globales como el cambio climático, la seguridad alimentaria o la crisis de la deuda completan a grandes rasgos los temas de interés que se tratarán con las autoridades chinas. 

Antes de ello, Sánchez asistirá el jueves a la apertura de la Conferencia Anual del Foro de Boao para Asia. Es un foro económico activo desde el año 2000 y donde participan hasta 28 países de la región. Está presidido por el exsecretario general de la ONU, Ban Ki Moon y se conoce de forma coloquial como "el Davos chino". En ese marco, Sánchez se reunirá tanto con empresas españolas establecidas en China como con empresas chinas que tienen intereses de inversión en nuestro país. 

Un punto clave de la visita de Sánchez será tratar de dar un impulso al turismo de origen chino, calificado de calidad y de alto poder adquisitivo, por Moncloa. Con la pandemia, los flujos turísticos se han reducido notablemente por razones obvias y el presidente se reunirá con los principales operadores turísticos del país asiático.

Las relaciones comerciales con China reflejan un déficit comercial. El país asiático es nuestro principal proveedor pero el nivel de exportaciones está por debajo de los 10 primeros puestos. En Moncloa consideran que hay margen para aumentar las exportaciones hacia China, que tiene un gran mercado pero a la vez con ciertas dificultades paras las empresas españolas y europeas. 

¿Respeto a los Derechos Humanos?

Por último, el asunto del respeto a los Derechos Humanos por parte de China es una cuestión que siempre sobrevuela en este tipo de viajes de líderes europeos. El canciller alemán Olaf Scholz, en una visita realizada a Xi Jinping en noviembre, puso sobre la mesa esta cuestión. También el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en el mes de diciembre. 

Moncloa no desvela si Sánchez hablará de forma directa estos temas con el presidente chino pero sí que hacen referencia a que el mecanismo adecuado es a través de la UE. Un diálogo que se ha reanudado, tal y como informó la propia UE en febrero y tras la visita de Michel. El Gobierno de Sánchez avala el informe de la ONU presentado de forma reciente por Michelle Bachelet y considera que la reapertura del diálogo muestra predisposición en las autoridades chinas.