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Sánchez encara su investidura con una mayoría plurinacional y las derechas enrocadas contra la amnistía

El Congreso de los Diputados acoge el miércoles y jueves un debate de investidura en el que Sánchez tiene asegurados 179 votos a favor.

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Llegó el día. Desde el 23 de julio han pasado casi cuatro meses. Entre medias, muchas negociaciones a múltiples bandas y un intento fallido de Alberto Núñez Feijóo. Pedro Sánchez afronta por fin este miércoles el debate para una investidura que, si no sucede nada paranormal, tiene asegurada con 179 votos a favor. El jueves a mediodía se convertirá de nuevo en presidente del Gobierno.

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El líder del PSOE ha logrado acuerdos con hasta siete diferentes fuerzas políticas, aparte del grupo socialista. La suma de todas ellas representa 12,5 millones de votos obtenidos en las urnas el pasado 23J. La nueva mayoría se puede definir con un concepto: la plurinacionalidad.

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Aparte de Sumar, con quien Sánchez revalidará el Gobierno de coalición, el presidente del Gobierno en funciones tiene ahora como aliados a Junts, ERC, PNV, EH Bildu, BNG y Coalición Canaria. Todos los partidos con representación en el Congreso votarán a favor de la investidura excepto PP, Vox y UPN.

Pocos detalles revelan en las filas socialistas y de Moncloa sobre el carácter del discurso que pronunciará Sánchez este miércoles a partir de las 12.00. El líder del Ejecutivo siempre suele guardarse algún anuncio novedoso en este tipo de momentos y no está descartado que este miércoles sea una excepción.

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Fuentes gubernamentales explican a Público algunos conceptos que van a vertebrar una intervención de Sánchez “muy política”. Entre ellos destacan la defensa de la democracia y la Constitución, con una crítica al papel de los populismos ultras a nivel global, no solo en España. Por supuesto, también una defensa de la acción de Gobierno llevada a cabo estos últimos cuatro años.

El presidente en funciones defenderá también su proyecto de país completo en una investidura “real”, en contraposición con la investidura fake de Feijóo. Ahí se explicarán los ejes principales en políticas sociales, política económica, derechos o política exterior. “Va ser un discurso de respeto al parlamento y por extensión al país”, apuntan en Moncloa.

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Otro eje principal será la petición de confianza al Congreso, así como un “ejercicio de transparencia” sobre todos los pactos alcanzados, tanto con Sumar como con el resto de grupos. Este, destacan en Moncloa, es un elemento de contraste con el PP, que no hizo lo propio sobre sus acuerdos con Vox. La “estabilidad” será otro de los conceptos clave. Tanto durante esta legislatura como a un futuro, que esperan sea de cuatro años.

Este martes se celebró el último Consejo de Ministros con el actual Ejecutivo. La ministra portavoz en funciones, Isabel Rodríguez, se limitó a destacar que lo que dijo Sánchez hace cuatro años en su anterior investidura “se ha cumplido”, ha afirmado. Rodríguez puso en valor que la dirección y el rumbo en aquel momento era la transformación de España hacia un modelo sostenible y que incluía la recuperación de derechos sociales o revertir los recortes. “Lo que mañana diga el presidente del Gobierno será lo que ocurra porque ha demostrado que cumple su palabra”, añadió.

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Sánchez se reunió el lunes con los integrantes de la Ejecutiva Federal del PSOE. En la reunión, según fuentes consultadas, el secretario general socialista pidió a sus dirigentes serenidad y firmeza ante la derecha y la extrema derecha. Y al mismo tiempo pidió reivindicar la necesidad de un acuerdo que es bueno para el conjunto del país y para Catalunya. Uno de los retos también es hacer pedagogía para transmitir a la ciudadanía tranquilidad y estabilidad.

Dentro del Congreso, Sánchez expondrá por qué merece obtener la confianza de la Cámara, como ya lo hiciera Feijóo a finales de septiembre. Pero fuera tampoco se prevé un día tranquilo. Tanto es así que el Ministerio del Interior ha movilizado a 1.600 policías en un dispositivo que se prevé tenso, cuando menos a juzgar por las protestas —en algunos casos violentas y protagonizadas por grupos de extrema derecha— que se han desarrollado durante los últimos días por el acuerdo entre PSOE y Junts per Catalunya en el marco de la ley de amnistía.

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Aunque han sido las sedes del PSOE (en especial la central, en la madrileña calle de Ferraz) los puntos más calientes de las manifestaciones, el Congreso de los Diputados se ha incluido en el recorrido en algunos momentos. El punto más álgido de las protestas, eso sí, se registró este fin de semana, cuando unas 80.000 personas, según Delegación del Gobierno, se manifestaron solo en Madrid. En cualquier caso, tanto el martes, como el miércoles, la Cámara Baja será el epicentro de la política española. La Policía Nacional y el Gobierno no quieren riesgos.

Ya durante este martes, la jornada previa a la investidura, se han dejado ver los preparativos del dispositivo de seguridad. Las primeras calles cortadas, los controles a la ciudadanía que quería transitar por las inmediaciones del Congreso o las vallas amontonadas a la espera de que se las coloque son algunas de las pistas que anuncian un día, como mínimo, delicado.

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Tanto el PP como Vox han alentado y alientan las protestas en las calles contra la ‘Ley Orgánica de Amnistía para la Normalización Institucional, Política y Social de Cataluña’, como ha dado en llamarse, finalmente, la norma que registró el PSOE en el Congreso. La portavoz del PP, Cuca Gamarra, al ser preguntada en rueda de prensa, ha pedido que “no haya disturbios” en los alrededores de la Cámara y que todo transcurra con normalidad.

De todas formas, Gamarra insiste en que el PP dará la batalla “tanto en la sociedad civil, como en las instituciones”. La reforma del Reglamento del Senado aprobada este martes ya otorga a los conservadores el poder de incidir en los tiempos legislativos y retrasar la ley de amnistía.

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El resto de los grupos parlamentarios, a excepción de Unión del Pueblo Navarro, enfilan la investidura con la tranquilidad de que Pedro Sánchez acude a ella con los deberes hechos. Desde Sumar hablan de una semana “importante y emocionante”. Será Yolanda Díaz, por cierto, la única portavoz del grupo durante el debate de investidura. Diputados de otros grupos, como Néstor Rego (BNG), apuntan que lo que se está viendo en las calles “demuestra que la alternativa a este Gobierno sería inaceptable”.

La actividad empieza, este miércoles, a las 12 horas. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, dará cuenta de la propuesta del rey, que nombró candidato a Pedro Sánchez. Después, el socialista tendrá un turno de intervención sin límite de tiempo. Una vez termine, el resto de grupos parlamentarios intervendrá por orden de representación: Partido Popular, Vox, Sumar, Esquerra Republicana, Junts per Catalunya, EH Bildu, PNV y, por último, el Grupo Mixto, cuyos diputados (BNG, Coalición Canaria y UPN) se repartirán el tiempo, del mismo modo que ocurrió en el debate de investidura de Feijóo. En este caso, sí tendrán un límite de 30 minutos.

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Sánchez podrá responder a cada uno de ellos por separado o de forma conjunta siempre con la extensión que él considera. Por su parte, los grupos a los que haya respondido el candidato podrán volver a intervenir por un máximo de diez minutos. Una vez terminado el debate, se llevará a cabo la votación por llamamiento.

Con todo, el miércoles se llevará a cabo el discurso del candidato y una parte de las intervenciones de los grupos, mientras que el jueves terminará todo el proceso y se producirá la votación. En caso de que Sánchez no lograra los votos necesarios —algo totalmente improbable porque tiene los apoyos amarrados—, tendría lugar una segunda votación 48 horas después, es decir, el sábado. Y ya habría vía libre para la conformación del nuevo Gobierno, todavía sin fecha exacta prevista.

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