Rodalies, financiación, el catalán y la resolución del conflicto centrarán la reunión entre Aragonès y Sánchez
El encuentro de este jueves será el primero de la nueva legislatura tras los acuerdos con ERC y Junts para investir a Sánchez y con la ley de amnistía ya en trámite. Moncloa lo enmarca dentro de la "normalidad institucional" perdida con el PP.
Barcelona/Madrid-Actualizado a
Poco más de un mes ha tardado en llegar el primer encuentro entre el president de la Generalitat de Catalunya y el presidente del Gobierno español desde que Pedro Sánchez fue investido en el Congreso de los Diputados, el pasado 16 de noviembre, con los votos de Esquerra Republicana y el resto de fuerzas de izquierdas, independentistas y nacionalistas.
Pere Aragonès y Pedro Sánchez se sentarán frente a frente el mediodía de este jueves en una "reunión de trabajo" —como quieren subrayar desde el Govern de la Generalitat—, aprovechando la visita del presidente del Gobierno a Barcelona, que completará con diversas actividades institucionales y mediáticas.
Según fuentes de la presidencia de la Generalitat, el orden del día se estaba ultimando a última hora de la tarde de este miércoles, pero el objetivo de Aragonès es tratar con Sánchez "importantes temas de gestión que repercuten en el bienestar y la calidad de vida de los ciudadanos" sin eludir las relaciones entre los dos gobiernos y la negociación sobre el estatus político de Catalunya.
Traducido en grandes temas se puede decir que el traspaso integral de Rodalies y de otras infraestructuras estratégicas, el nuevo sistema de financiación autonómica, la salvaguarda del catalán y "la resolución del conflicto político" centrarán la reunión. La ley de amnistía, ya en tramitación, tampoco faltará en el abanico de temas a tratar.
Aragonès y Sánchez coincidirán previamente en la inauguración de una infraestructura de alto nivel y ámbito europeo, la nueva generación del supercomputador europeo de clase mundial MareNostrum 5, que tendrá lugar en las instalaciones del Barcelona Supercomputing Center (Centro Nacional de Supercomputación, BSC-CNS) y está programada para las 10.30 h.
La previsión es que Sánchez llegue sobre las 12 h al Palau de la Generalitat, donde ya estará Aragonès para recibirlo, según fuentes de la presidencia del Govern. Pero insisten en que no se trata de "una reunión de cortesía ni de hacerse una foto", sino "de trabajo", en palabras de la portavoz del Ejecutivo catalán, Patrícia Plaja.
El encuentro no está exento de simbolismos. Es la primera reunión de Sánchez con un presidente autonómico de la nueva legislatura y ello también se pone en valor en la presidencia de la Generalitat. Y llega con el foco puesto en las futuras reuniones de Sánchez con Carles Puigdemont, que el presidente del Gobierno ya ha confirmado, aunque ampliando también a Oriol Junqueras, siempre atento a mantener los difíciles equilibrios entre ERC y Junts.
Y es que, en la eterna pugna entre los dos partidos por la hegemonía del independentismo, es difícil obviar que la Moncloa ha querido priorizar la institucionalidad que supone Aragonès como president de la Generalitat y atemperar la inquietud de ERC por el exceso de protagonismo de Puigdemont en los últimos días. Sin olvidar que el encuentro se producirá justo en la víspera de la polémica reunión entre el presidente del Gobierno y el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, y seguro que alguna incidencia tendrá una reunión sobre la otra.
"Normalidad institucional" y diálogo
Desde Moncloa enmarcan la reunión en la "normalidad institucional" que debe ejercerse entre ambas administraciones. "Esta es una muestra más de la apuesta del Gobierno por el diálogo", afirman. El hecho mismo de este encuentro es ya una novedad importante respecto a los años anteriores con el PP en el poder, recalcan fuentes gubernamentales.
"Las relaciones entre el Gobierno y la Generalitat se habían deteriorado hasta el punto de ser casi nulas. Eso perjudica al conjunto de la ciudadanía, dado que la colaboración entre administraciones es básica para que las políticas de cualquier tipo se desarrollen de forma correcta", afirman en el Gobierno. "La colaboración institucional a todos los niveles es necesaria para optimizar recursos, para un buen funcionamiento de los servicios públicos y para atender de la mejor manera las necesidades de los ciudadanos", añaden.
En el Ejecutivo de Sánchez recuerdan que una de las primeras cosas a las que se puso solución respecto a Catalunya fue la reactivación de los foros de relación bilateral regulados en el Estatut. "Cinco años después, la situación es de plena normalidad institucional. Gobierno y Generalitat trabajan de forma coordinada en el día a día, y colaboran para sacar adelante proyectos en beneficio de los ciudadanos", insisten.
El Gobierno también indica que se han reactivado inversiones pendientes que los Ejecutivos del PP habían descuidado. "Sigue habiendo problemas, porque una década de desinversión no se resuelve ni en cuatro días ni en cuatro años, pero la solución ya está en marcha", afirman las fuentes consultadas. Sánchez, al que le acompaña el ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, acude al encuentro "con ánimo constructivo".
Para Moncloa, la reunión de este jueves se enmarca en la continuidad de una nueva etapa que ha abierto Sánchez. Señalan que esperan que el encuentro se centre mucho más en temas económicos que en cuestiones políticas. Consideran que el Govern necesita avanzar en asuntos de gestión directa tras años de estancamiento. De manera oficial se limitan a señalar que se tratarán "cuestiones de interés común".
Lo que Aragonès pondrá sobre la mesa
La presidencia de la Generalitat quiere clarificar aspectos relacionados con el traspaso integral del servicio ferroviario de Rodalies y abordar otras infraestructuras e inversiones pendientes de desarrollar. Como segundo tema, busca centrar los ejes de la discusión para un sistema de financiación "singular" para Catalunya, que el Govern quiere negociar "de forma bilateral". La cuestión del déficit también se pondrá sobre la mesa.
En el ámbito más político, Aragonès quiere tratar la marcha de las negociaciones para la oficialidad del catalán en la Unión Europea y otras cuestiones relativas a la salvaguarda del catalán y la inmersión lingüística en las escuelas catalanas. También saldrá en la conversación la negociación para "la resolución del conflicto político entre Catalunya y el Estado".
Sobre el asunto de las lenguas se pronunció Sánchez en el Congreso este miércoles ante las preguntas de Míriam Nogueras, la portavoz parlamentaria de Junts. Defendió el "compromiso" de España y que han hecho, de momento, lo que han podido para impulsarlo en la UE, incluso asumiendo los gastos económicos que supone. "Necesitaré apoyos de otras fuerzas políticas y de gobiernos de distinto signo", destacó.
Aunque las fuentes consultadas no concretan si se abordará el tema de un referéndum de autodeterminación acordado, sí subrayan que los dos presidentes deberán ponerse manos a la obra para reactivar la Mesa de Diálogo, donde Aragonès y el Govern prevén plantear este tema.
La conclusión de la tramitación de la ley de amnistía y las consecuencias de su aplicación es otra de las derivadas de este capítulo. En declaraciones este miércoles en el Parlament, Aragonès ha afirmado que defenderá "la independencia delante de Sánchez y de quien convenga, porque es mi planteamiento y no me escondo de ello".
La reunión de este jueves es la cuarta que mantienen Pedro Sánchez y Pere Aragonès desde que ocupan las respectivas presidencias. La primera se celebró en junio de 2021 en Moncloa. La última se celebró también en Moncloa el 15 de julio de 2022 para enderezar las relaciones entre ambos Ejecutivos, que se vieron al borde de la ruptura por el escándalo del espionaje político contra el independentismo del 'caso Pegasus'.
En esta ocasión se espera que reine la cordialidad y que no haya tensiones palpables, más allá de las lógicas discrepancias entre ambos dirigentes.
Sánchez se ha marcado como objetivo la normalización total de las relaciones con los partidos independentistas de Junts y ERC. El líder del PSOE defiende su "coherencia" en las políticas llevadas a cabo con Catalunya y no teme el coste electoral. Pone como ejemplo que tras tomar la decisión, polémica, de los indultos a los líderes del Procés, los socialistas sacaron el pasado 23J un millón de votos más que en 2019.
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