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"Rajoy quiere vaciar la caja por ‘cañetes’"

El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales es también coordinador del programa electoral del PSOE, que será aprobado la próxima semana

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Al igual que en 2004, José Luis Rodríguez Zapatero ha elegido a Jesús Caldera para coordinar la elaboración de su programa electoral, en el que han colaborado más de 1.000 personas. "El ministro es el mensaje", dijo el diputado José Andrés Torres Mora al explicar la encomienda al responsable de Trabajo y Asuntos Sociales.

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La metáfora encaja con la definición que de la oferta electoral del PSOE hace Caldera: "Es el proyecto de la España del bienestar social y del pleno empleo, que es por lo que han venido luchando varias generaciones de españoles. Un proyecto que tiene que desarrollarse en un marco de modernidad, de convivencia y de ampliación de las libertades".

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Dice que es un proyecto, pero en una primera lectura parece más prudente, más conservador, en los objetivos que el de 2004.

Yo no diría tal. Lo que ocurre es que se han cumplido muchos de los objetivos de 2004 y que, como queremos ser rigurosos, comprometemos sólo lo que se puede cumplir para que sea efectivamente un contrato de confianza con los ciudadanos. Lo más importante es cumplir la palabra dada. Eso nos lleva a ser cuidadosos en las propuestas. Pero, por ejemplo, es muy ambicioso hablar de pleno empleo y es posible lograrlo.

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Habla de un contrato de confianza. Pero la memoria económica será sólo un anexo. ¿No la desvirtúa eso?

No. El programa es el conjunto de los objetivos que queremos cumplir y la memoria es el soporte técnico que demuestra que es posible. Nadie había hecho eso en España. Además, vamos a calcular distintos escenarios, porque crecimiento va a haber, sin duda, pero puede ser mayor o más modesto. No se puede hacer una lista de la compra en la que acumulas ofertas y ofertas que no sabes cómo financiar.

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¿Puede avanzar una cifra global?

Puedo decir que aspiramos a mantener el equilibrio presupuestario e incluso el superávit. Eso es bueno para el país, para el ahorro público y para la generación de empleo. Pensamos que, incluso moderándose el crecimiento, en la primera fase de la legislatura es posible mantener el superávit y al mismo tiempo mejorar la protección social. ¿Por qué? Porque va a continuar creándose empleo y porque nuestras propuestas sociales tienen la característica de ser dinamizadoras. Van a favorecer que la economía incremente su potencial de crecimiento y una mayor tasa de creación de empleo. Hay un ejemplo muy evidente: la ley de la Dependencia. Además de ser una gran ley de protección social y a favor de la igualdad, sobre todo de las mujeres, va a generar empleo y de cierta calidad. En 2007 ya hemos podido comprobar que el mayor crecimiento del empleo, en unas cuotas excepcionales, se ha dado en los servicios sociales y en la sanidad. Mientras que la construcción se va moderando y seguramente en 2008 caerá un poco el número de puestos de trabajo, que todo el mundo lo consideraba necesario, los trabajos comunitarios, los servicios sociales y sanitarios han incrementado en 200.000 el número de afiliados a la Seguridad Social.
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¿Cuánto empleo calcula que generará la ley de la Dependencia?-

El Libro Blanco calculaba 300.000 nuevos empleos, directos e indirectos, en los próximos siete años. Al ritmo de 2007, estaremos por encima de los 500.000. El efecto dinamizador de esa ley va a ser excepcional. Y lo mismo ocurrirá con otras medidas, como el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes, que aumentará el crecimiento en construcción civil, o las apuestas en investigación y desarrollo y en educación. La universalización de la educación infantil entre cero y tres años, que necesita mucho capital humano y además especializado, permitirá crear entre 150.000 y 250.000 empleos en seis años. Al igual que ocurre ahora en las guarderías públicas subvencionadas, aspiramos a que ningún padre tenga que pagar más de 100 euros al mes por la atención de su hijo.

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Hablaba de cumplimiento del programa, pero un breve repaso señala que se han quedado por el camino una ley de plazos del aborto, la ley antialcohol, varias leyes del ámbito de la justicia, la fiscalidad verde, el debate sobre la eutanasia...

Son pocas. Si miramos las 300 medidas que incorporaba el anterior programa, se han cumplido casi todas. En mi área, que es el gran ministerio social, se ha cumplido todo el programa. Los grandes elementos se han cumplido, lo que no es habitual, por cierto. El programa era amplísimo y el ciudadano creo que es consciente de que a veces se necesita más tiempo para desarrollar algunos proyectos.

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En cuanto al aborto, ¿qué margen hay para que el PSOE pueda asumir un compromiso más concreto y amplio que el recogido ahora en el borrador del programa?

En esta legislatura no detectamos que hubiera el consenso suficiente para hacer una reforma y ahora abordaremos una reflexión a fondo, por lo que no se puede decir que se haya incumplido el compromiso. El compromiso que recoge el programa creo que es suficiente porque necesitamos hacer una rigurosa evaluación de la situación. Somos conscientes de que hay problemas. Entre tanto, me consta que el presidente del Gobierno no va a consentir en modo alguno que en el actual modelo, con los derechos garantizados a la mujer que se ve obligada a abortar, haya ni una sola que vea menoscabados sus derechos y libertades. Eso no se va a consentir por parte de este Gobierno. De eso pueden estar seguras las mujeres y también los profesionales que cumplen con la ley. No es tolerable que la extrema derecha o movimientos reaccionarios retuerzan los argumentos para perseguir decisiones que están amparadas por la ley.

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A título personal, ¿es partidario de la ley de plazos?
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Es una posibilidad, pero hay que pensarlo y reflexionarlo mucho. Con una ley de plazos se podrían dar también algunos de los problemas que estamos viviendo ahora. No es la panacea. Por tanto, tengo que apelar a la prudencia.En 2004 firmaron un acuerdo con Los Verdes por el que asumieron el compromiso de eliminar toda la energía nuclear en 20 años.

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¿Lo van a cumplir?

El PSOE se compromete expresamente a que no haya ninguna central nuclear más. Además, vamos a ir sustituyéndolas por otras fuentes renovables y cerrando las que hay al final de su vida útil. Este es un compromiso muy fuerte. El PP no se ha pronunciado con claridad y ahora que, por cierto, lleva a un pro nuclear en sus listas como el señor Pizarro, nos tiene que decir si abriría más centrales y dónde. La energía nuclear es lo antiguo y quienes la defienden tienen que explicar también qué intereses económicos defienden.

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¿Habrá fiscalidad verde?

Ya hemos trabajado en esa línea, con el principio de que el que contamina paga, como ocurre con los vehículos. Pero no creo que haya más propuestas específicas de imposición. Puedo decir con claridad que no habrá nuevos impuestos para el ciudadano. Lo que haremos es ayudarle a que renueve su vivienda con un plan muy potente de 9.000 millones para adaptarla a fuentes energéticas renovables, como paneles solares. Es una iniciativa muy importante. Si el ciudadano interioriza que puede contribuir a mejorar el medio ambiente y además ahorrar dinero, será un éxito. Haremos que lo verde se impulse sin que el ciudadano tenga que pagar más impuestos.

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Zapatero parece haber cambiado la tesis de que bajar impuestos es de izquierdas por la de que lo que es de izquierdas es asegurar las políticas sociales con los impuestos...

Se pueden combinar ambas. Bajar impuestos es de izquierdas si se los bajas a los trabajadores, que son el principal soporte de la fiscalidad en España, y es compatible con disponer de los recursos que tiene que tener el Estado para hacer políticas sociales. Ahora, ciertamente, la orientación del programa, que es rigurosa y sensata, es que, si tenemos recursos, hay que utilizarlos prioritariamente en nuevos servicios. Si hay margen, pensamos que es más positivo invertir en nuevos derechos sociales que generen empleo. Como todo el mundo sabe, en economía no hay milagros. Si no ingresas, no puedes gastar. Si hubiera margen, como hemos hecho en esta legislatura, moderadamente, sólo moderadamente, podríamos continuar mejorando el tratamiento fiscal para rentas del trabajo, pensiones y pymes. Y en ningún caso habrá aumento de la presión fiscal.

¿Su impresión es que habrá margen?

Dependerá de la evolución de la legislatura. Si me tengo que decidir, la prioridad serán los servicios sociales, la educación, investigación y desarrollo y lucha contra el cambio climático. Por tanto, primero invertiremos ahí. Hay que decir eso abiertamente a los españoles. El señor Rajoy y quienes le apoyan dicen que la situación económica es catastrófica y, sin embargo, quiere vaciar la caja ofreciendo rebajas de impuestos que son insostenibles. Está claro que lo que vendría después son recortes con decretazos por cañetes.


El Observatorio sobre la Laicidad que figuraba en el borrador que se presentó a la Ejecutiva ha sido el de más corta vida que se recuerda. ¿Se sustituirá por algún otro instrumento?

No me gustan los Observatorios. Hay una tendencia a que el órgano cree la función y eso es recargar de burocracia. Hemos eliminado muchas propuestas de observatorios que había. Lo importante es actuar con la ley de igualdad de trato y no discriminación que vamos a hacer, garantizando la separación entre Iglesia y Estado, los principios de laicidad, el respeto a todas las confesiones religiosas y que la moral no se puede imponer. Esos principios se mantienen.

¿Incluye eso abrir la puerta a que la iglesia católica se autofinancie por completo?

Eso va a ocurrir. Hay un error de concepto, porque el acuerdo de este Gobierno con la iglesia católica traspasa a sus fieles la responsabilidad de financiar a la Iglesia.

Pero no a los fieles católicos, sino a todos los contribuyentes...

Cada uno decide si una parte del impuesto común va a la iglesia católica en las mismas condiciones que a las ONG. El tratamiento es equitativo. A partir de 2008, la iglesia católica sólo recibirá lo que se aporte en la casilla del 0,7% del IRPF. Eso se puede considerar una autofinanciación.

¿Se revisará algo más en la relación con la iglesia católica?

No.

¿Se volverá a plantear la ley anti alcohol que se retiró del Parlamento?


Como tal, no. Se retiró porque no había consenso suficiente. Pero tengo que decir que estamos preocupados por los efectos de un consumo exagerado del alcohol. No hace falta necesariamente una ley. Ya hemos tomado medidas, pero tenemos que profundizar para impedir esos efectos nocivos, particularmente entre los jóvenes. Eso sí que nos preocupa, mucho. Ahí no puede haber abstención de los poderes públicos. Es una epidemia que tenemos que procurar por todos los medios eliminar o reducir.

¿Qué aportación real ha hecho el comité de sabios internacionales?

Nos han orientado bastante, sobre todo en los problemas de ámbito mundial. Es evidente que posiciones de Rifkin han tenido mucha influencia en relación con el cambio climático, como también el informe Stern, que demuestra que para España el coste de no actuar sería más grave que en otros países. También han influido las tesis de Stiglitz sobre globalización o las de André Sapir sobre combinación de crecimiento económico, productividad y modelo social. Wangari Maathai es defensora de la reforestación de árboles y vamos a hacer un programa especial para plantar 45 millones de árboles, uno por cada ciudadano.

¿Qué capacidad real de modificar el programa tendrá la Conferencia Política?

Toda. Tiene capacidad de proposición y de decisión.

¿Habrá después todavía margen para que Zapatero, como candidato, asuma compromisos que no figuren en el programa?

Sí. Ya se le ha autorizado en la Ejecutiva. Es la confianza que tiene el candidato para que algunos principios que figuran en el programa sean desarrollados en compromisos concretos por él. Habrá alguno y, además, importante.

Si ganan las elecciones y el presidente sigue contando con usted, ¿querría seguir en Trabajo y Asuntos Sociales?

Esto de estar en el Gobierno no es nada fácil, no se lo encuentra uno todos los días. Yo ya me siento realizado. Si recibiera una propuesta, se me dijera que el presidente quiere que siga, esta área es muy bonita. Me he realizado aquí mucho. Aquí se puede trabajar muy bien si lo haces con honestidad y dedicación.

¿No tiene añoranza de la refriega política?

No, ninguna. Ninguna, ninguna...

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