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Rajoy se inventa una investidura 'en diferido' ante la total falta de apoyos

PSOE y los nacionalistas de CDC y PNV mantienen su no a un Gobierno del PP y Ciudadanos asegura que no se moverá de la abstención. Si los conservadores no logran negociar, no repetirán en el Ejecutivo, por lo que el actual presidente ha dejado en el aire si se presentará o no a la investidura. La oposición le recuerda que es inconstitucional.

El presidente del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy, este jueves, en el Palacio de la Zarzuela. EFE/Ángel Diaz 

PAULA DÍAZ

MADRID.- Una investidura 'en diferido'. Esa sería la definición, si existiera, de la propuesta que este jueves ha lanzado Mariano Rajoy. El actual presidente en funciones dijo sí al Rey, pero dejó abierta la posibilidad de no presentarse ante el Congreso si antes no recaba los apoyos suficientes para volver a ser elegido jefe del Ejecutivo

La oposición le ha exigido que abandone las "condiciones" que ha impuesto como candidato porque, aseguran, tanto la Constitución como el Reglamento de la Cámara baja le obligan a presentarse a la investidura una vez ha sido elegido por Felipe VI como candidato a la Presidencia

No obstante, ante la total falta de apoyos transmitida en los últimos días —al menos, públicamente— por el resto de formaciones políticas, Rajoy ha decidido seguir dejando en el limbo la decisión sobre si se producirá o no el debate en el Parlamento. "Lo importante es que voy a seguir trabajando para intentar formar Gobierno", zanjó. 

Aunque mostró su preferencia por alcanzar un Gobierno de gran coalición a tres bandas con PSOE y Ciudadanos, también aseguró estar dispuesto a gobernar en minoría. "Gobernar con 137 diputados, que no es lo mismo que ir a la investidura con 137 diputados", volvió a sembrar la duda.

Rajoy juega a la ambigüedad: "Que esté dispuesto a gobernar con 137 diputados no es lo mismo que ir a la investidura con 137 diputados"

Y es que para salir victorioso de ese pleno, el actual jefe del Ejecutivo en funciones necesitaría alcanzar 176 votos a favor (de 350) en una primera votación o más síes que noes en una segunda. Aritméticamente, sus opciones son conseguir el sí de Ciudadanos (32 escaños) y la abstención de los nacionalistas de CDC -ahora Partit Demòcrata Catalá- (8), PNV (5) y Coalición Canaria (1), o bien la abstención del PSOE, que sólo con sus 85 diputados podría permitir la formación de Gobierno. 

Pero ninguna de esas cosas es viable, al menos, por ahora. Aunque el propio Rajoy ha asegurado que ha mantenido contactos "discretos" con las formaciones "constitucionalistas" (PSOE y C's) para avanzar hacia un pacto, ambos partidos han negado tal situación y, a día de hoy, a falta de que retomen las negociaciones, le niegan también sus apoyos. 

Así lo manifestó este mismo jueves Pedro Sánchez, que aseguró que el PSOE votará en contra de quien representa todo lo contrario a lo que defienden los socialistas, así como Albert Rivera, que aunque ya ha anunciado su "abstención técnica" -e insuficiente- mantuvo su veto a Rajoy y prometió no darle jamás el sí que, sumado a los 137 escaños del PP, contribuiría -según los populares- a ejercer presión sobre el PSOE.

Tampoco los nacionalistas parecen dispuestos a favorecer la investidura de Rajoy. Tanto Francesc Homs (CDC) como Aitor Esteban (PNV) constataron, tras sus respectivos encuentros con el Rey,  su 'doble no' a un Gobierno del PP y hasta Ana Oramas (CC) cambió su sí inicial por una propuesta a toda la oposición para que haya una abstención conjunta que tampoco prosperó en el resto del arco parlamentario.

El rey Felipe VI saluda a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a su llegada al palacio de la Zarzuela. EFE/Ángel Díaz

El rey Felipe VI saluda a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, a su llegada al palacio de la Zarzuela, antes de la reunión para comunicarle el resultado de la ronda de consultas que ha completado esta tarde el monarca tras reunirse con el líder del PP y jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy. EFE/Ángel Díaz

El pacto de PP y los nacionalistas para la Mesa del Congreso no parece haberse traducido, de momento, en un pacto de investidura

En este caso, sí ha habido un sorprendente pacto previo entre PP y los nacionalistas. Por un lado, tanto CDC como PNV apoyaron el acuerdo de PP y Ciudadanos por el que Ana Pastor salió elegida presidenta del Congreso y el diputado naranja Ignacio Prendes, vicepresidente primero. Los conservadores ni siquiera necesitaban los denominados "10 votos fantasma", pero aun así catalanes y vascos se los dieron. Aun así, la moneda de cambio no parece haber sido el apoyo a la investidura de Rajoy, sino conseguir grupo propio en el Senado -el PNV- y en el Congreso -CDC-. Esto último todavía está por resolver, pero, a pesar del último "desafío" soberanista del Parlament, todo apunta a que el PP terminará permitiendo que el Partit Demòcrata se constituya como grupo parlamentario independiente la próxima semana.

A esta ecuación cabe sumar el veto de Ciudadanos a las formaciones nacionalistas, lo que complica aún más cualquier tipo de suma en esa dirección. Por ello, ante las posturas actuales expresadas en la última semana por Sánchez, Rivera, Homs y Esteban, la investidura de Rajoy se presentaba, de inicio, fallida. De ahí que el líder del PP haya eludido desvelar si se repetirá con él el mismo escenario que ya sufrió Sánchez en la pasada legislatura.

Ahora habrá que ver si Pastor decide o no convocar el pleno de investidura, si Rajoy acepta presentarse, y, de ser afirmativas ambas respuestas, para cuándo. De momento, ninguno de ellos ha querido manifestarse al respecto. Una vez más, ni sí, ni no, ni todo lo contrario.

Sin "vía alternativa", en principio

De otro lado, Unidos Podemos y todas sus confluencias le han pedido al secretario general de los socialistas que lidere una "vía alternativa" e intente formar Gobierno con ellos y los nacionalistas. Pero en el PSOE no quieren hablar de "especulaciones" ni "hipótesis": "Es el tiempo de Rajoy", repitió hasta la saciedad Sánchez tras su encuentro con Felipe VI.

No obstante, no fue claro sobre si descartaba o no esa posibilidad en un futuro.  "Los números dan", le recordaron tanto Alberto Garzón (IU) como Alexandra Fernández (En Marea) como Joan Baldoví (A la Valenciana). Sus compañeros de filas Xavier Domènech (En Comú Podem) y el propio Pablo Iglesias, en cambio, se mostraron más pesimistas ante esa posibilidad. "En el PSOE hay gente que no nos quiere ver ni en pintura", lamentó el líder de la coalición a su salida de Zarzuela. De hecho, él aventura que el resultado final al bloqueo actual se producirá con el sí de Ciudadanos y la abstención del PSOE.

Y es que aunque Sánchez ha levantado en parte su veto a las formaciones nacionalistas, la opción que le queda es volver a intentar unir a Podemos y Ciudadanos, un camino que ya recorrieron en enero y que no llegó a buen puerto. Y el veto mutuo entre morados y naranjas continúa, como también recordó Sánchez, descartando -en principio- esa "vía alternativa.

Aun así, el líder de los socialistas no cerró esa puerta del todo. A su ya conocido cambio de estado de Whatsapp ("¿Y por qué no?", escribió, desatando todos los rumores) se unieron sus declaraciones de este jueves en las que instó a los ciudadanos a mantener la calma y confió en que no se llegará hasta el extremo de repetir por tercera vez las elecciones. "Es importante trasladar un mensaje de confianza a la sociedad. Habrá gobierno y la legislatura echará a andar. Encontraremos la solución", aseguró también en su cuenta de Twitter

Sea como sea, habrá que esperar primero a desvelar qué ocurre con la 'investidura en diferido' ideada por Rajoy. Según PSOE y C's, la Constitución le obliga a presentarse "le guste o no" una vez que ya ha aceptado el encargo del Rey. ​De momento, le toca negociar.

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