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"Queremos cambiar el espectro político español manteniendo las acampadas hasta las europeas"

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Los españoles "forzados al exilio" por la crisis económica y social por la que pasa nuestro país -a pesar de que el Gobierno de Rajoy pregone la existencia de nuevos brotes verdes- no han querido perder la ocasión de sumarse a las Marchas por la Dignidad. Mientras miles de residentes en territorio nacional caminan rumbo a Madrid desde todas las comunidades autónomas, fletan autobuses y trenes -los precios de los billetes van de los siete a los 25 euros- y se preparan para quedarse de manera indefinida, varios "exiliados" organizan actos en más de una decena de ciudades dentro y fuera de las fronteras europeas.

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Incluso, algunos de los que pueden permitírselo, prevén viajar o ya están en camino hacia la capital, listos para unirse a la manifestación del sábado 22 de marzo, a la que seguirán una asamblea el domingo y varias concentraciones el lunes. Oslo, Londres, Frankfurt, Viena, Berlín, Belfast, Bruselas, Praga, Edimburgo, San Salvador o Santiago de Chile son algunos de los escenarios en los que tendrán lugar estas protestas, pero la lista sigue creciendo.

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"Son integrantes de la Marea Granate", asegura a Público Ernesto Sarabia, uno de los organizadores del 22-M. "Se manifiestan porque estamos como estamos. Ante la situación que tienen y tenemos, y en asamblea virtual, han decidido convocar esta acción. Se han estado organizando, vienen en autobuses, furgonetas y en avión. Un autocar parte desde Alemania con parada en París", asegura el activista, que cifra en varias decenas el número de españoles que integrarán esta columna, aunque reconoce que aún no es posible saber con exactitud cuántos acudirán al encuentro, fijado en la estación de Atocha a las 17 horas del próximo sábado.

"Venimos porque nos acaban de echar", asegura uno de los integrantes de la Marea Granate, formada por españoles que residen en el extranjero por la situación que atraviesa el país, y que prefiere no revelar su nombre. A última hora de la tarde del martes, el activista llegaba hasta Irún en coche, después de recorrer miles de kilómetros desde Alemania, junto a otros españoles en una situación parecida a la que hoy vive él mismo.

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"Cada uno tiene su caso especial, pero conozco a gente en Bremen que ha hecho cursillos de alemán y que están otra vez volviendo a España. Hay quienes trabajan en Alemania pero se trasladan regularmente a España en vuelos de última hora (last minute) por 40 euros, personas que están allí fregando platos", sostiene.

Preguntado por el motivo por el que han decidido unirse a esta acción a pesar de que hoy no resida en España se muestra rotundo: "Venimos porque nos acaban de echar. Queremos cambiar el espectro político español manteniendo las acampadas hasta las elecciones europeas", defiende.  Unos comicios que tendrán lugar entre el 22 y el 25 de mayo de este año, para el que los partidos mayoritarios ya están efectuando los pertinentes lavados de cara, conscientes de su importancia como indicador de la realidad política del país.

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"No es falta de dinero la causa de la pobreza, sino su reparto" "Hemos diferenciado entre exterior de internacional: exterior son los españoles que tienen actos convocados en diferentes embajadas y espacios públicos" explica Sarabia. "Internacional se refiere a quienes no son españoles pero apoyan esta movilización. Es el caso de la Asociación de Marroquíes en España, o de la Asociación de Inmigrantes en España, que partirá desde Lavapiés el próximo sábado, y ya ha confirmado la asistencia de cerca de un millar de personas. También está la Red Europea de Sindicatos Alternativos, un movimiento integrado por 12 organizaciones europeas que apoya la acción", asegura.

Después de la publicación este martes de un nuevo informe de la OCDE que señala a España como el país miembro en el que más ha crecido la desigualdad entre ricos y pobres,  el manifiesto aprobado por esta red sindical no desvela nada nuevo: "No es falta de dinero la causa [de la pobreza], sino el reparto", denuncia el documento, que llama a la lucha ciudadana.

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"Esto es una unidad muy confluyente de toda la izquierda, es la primera vez que se hace una movilización así. Es un golpe encima de la mesa, es decir: hasta aquí. Por lo menos nos hacemos visibles una vez más, hay más de 200 colectivos de esto", recuerda el integrante de la Marea Granate, que considera el 15-M como "un comienzo de una forma diferente de manifestarse".

En relación a las protestas que tendrán lugar en Madrid del sábado al domingo, los organizadores de las Marchas han insistido en que han recibido la autorización de la Delegación del Gobierno, que sin embargo no ha hecho declaraciones a este diario. Tampoco ha respondido a las preguntas sobre el protocolo a seguir si, tal y como han anticipado, algunos de los manifestantes deciden acampar en la calle.

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"A veces pienso que tendrían que entrar otras fichas en juego. Si queremos evitar que haya problemas, que entren los bomberos, o protección civil, que aparten a los policías y nos dejen manifestarnos", defiende el integrante de la Marea Granate.

Este miércoles, las seis columnas partidas de todos los puntos de la geografía española están algunos pasos más cerca del punto de encuentro, habiendo efectuado varias ocupaciones y sin haberse enfrentado de momento a grandes dificultades. Mientras la mayoría de ayuntamientos ha prestado su apoyo a los caminantes permitiéndoles dormir en polideportivos, otros han rechazado acogerles, pero el Consistorio que dirige Ana Botella se ha mantenido en silencio, tal como ha hecho la Delegación el Gobierno.

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