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A prisión el piloto de la narcolancha que mató a dos guardias civiles en Barbate

El Baqqali dice que fue "un accidente" y pide perdón a las familias. El juzgado le atribuye dos delitos de asesinato, otros cuatro en grado de tentativa, seis delitos de atentado, uno de contrabando y otro de pertenencia a organización criminal.

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Un furgón de la guardia civil llega a la comandancia de Cádiz, este jueves. — Nacho Frade / Europa Press

Karim El Baqqali, que, tras estar siete meses huido de la justicia y entregarse, ha admitido en el Juzgado que fue él quien pilotaba la narcolancha que el pasado febrero mató a dos guardias civiles y lesionó a varios más en el puerto de Barbate (Cádiz). El Baqqali ha descrito lo que pasó como "un accidente".

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Tras su declaración este viernes ante el juzgado de primera instancia e instrucción número 1 de Barbate, ha sido encarcelado. El juzgado ha ordenado, a petición de la Fiscalía —petición a la que se han adherido el resto de acusaciones personadas en la causa— el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de Baqqali, de 32 años.

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Inicialmente, según informó el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, se le atribuyen dos presuntos delitos de asesinato, cuatro delitos de asesinato en grado de tentativa, seis delitos de atentado, un delito de contrabando y un delito pertenencia a organización criminal. Durante su comparecencia judicial, el detenido ha respondido a las preguntas formuladas por juez, Fiscalía y defensa. La causa está declarada secreta.

Perdón a las familias

El detenido, recoge EFE, ha afirmado que fue "un accidente", ha pedido perdón a las víctimas y sus familias, según ha relatado su abogado. El Baqqali ha relatado —en respuesta a las preguntas del juez, el fiscal y su abogado— que ha decidido entregarse cuando ha visto que su seguridad y la de su familia quedaba garantizaba.

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Ha contado, según han indicado a EFE fuentes próximas al caso, una versión en la que ha insistido que en ningún momento tuvo intención de arrollar la zodiac de la Guardia Civil en la que viajaban los dos agentes que resultaron muertos y otros cuatro guardias civiles.

Según las fuentes, ha dicho que cuando ocurrieron los hechos llevaba un mes en el mar y varios días sin dormir, a bordo de una narcolancha en la que su función no era ser piloto.

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Aquel día la narcolancha fue al río Guadalquivir a repostar combustible. Y allí, según su versión, el piloto de la "goma" se marchó. Después —ha contado— la organización le presionó y amenazó para que cogiera los mandos de la narcolancha y la llevara a Barbate.

Ha contado que tuvo miedo e intentó marcharse cuando aquella noche vio la embarcación de la Guardia Civil, que acudió a la bocana del puerto para identificar a las tripulaciones de las cinco narcolanchas que se habían refugiado allí del temporal.

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Un "cuento chino"

Para el abogado de la acusación popular Jorge Piedrafita, esa versión es "un cuento chino" y ha dicho a EFE que "contradice" lo que se ve en los videos grabados de la escena y los informes de la Guardia Civil, en los que se constata que la embarcación embistió hasta seis veces la lancha de los agentes.

El Baqqali ha asegurado que cuando salió del puerto pensó que había tenido una colisión sin consecuencias con la patrullera y que sólo al llegar a Marruecos se enteró de que habían muerto dos agentes.

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"Yo no soy un asesino", ha reiterado varias veces en su declaración, en la que ha explicado que no se ha entregado antes porque ha recibido amenazas del mundo del narco y tenía miedo por su mujer, que estaba embarazada. Durante este tiempo, ha contado, no podía dormir por lo ocurrido y ha sufrido ansiedad.

Fuentes próximas a la lucha contra el narcotráfico han apuntado a EFE que el mundo del narco también ha presionado a Karim El Baqqali, que desde hace meses estaba identificado y era buscado por los investigadores, para que se entregara.

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Sólo cuando ha visto que su seguridad y la de su familia estaba garantizada lo ha hecho, según ha confesado hoy en el juzgado. Para ello entró ilegalmente en la madrugada del jueves en una embarcación, no una narcolancha, en las costas de Cádiz, a las que llegó mojado, y, con su abogado, se entregó a la Guardia Civil en la playa de la Hierbabuena, junto al puerto de Barbate.

"Ni perdono ni olvido"

Paqui Gomez, madre de Miguel Ángel González, uno de los dos agentes fallecidos, ha acudido al juzgado de Barbate con sentimientos "encontrados": "la alegría de que se va a hacer justicia" y el detenido va a ir a prisión y la pena de una madre que, dice, sólo puede estar "en pie", para comprobar que se hace.

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"Ni perdono ni olvido, me han quitado a mi hijo. Ha dado su vida por España y no me voy a callar", ha asegurado tras insistir en que no creía la versión del detenido, porque en los vídeos se ve como la narcolancha arremete varias veces contra la patrullera.

"Está claro que no es así. Hay muchas pruebas", ha afirmado tras relatar que sobre su hijo "pasaron tres veces" y que, además de a él y a su compañero David Pérez, que también falleció por el impacto, pudieron haber matado a los otros cuatro guardias civiles que iban en la patrullera.

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