Los Presupuestos Generales del Estado para 2022 han dado este jueves el pistoletazo de salida para poner rumbo al Congreso, donde el Gobierno espera recabar los apoyos de sus socios para sacarlos adelante y que entren en vigor el 1 de enero del próximo año.

Las cuentas públicas de 2021, que pusieron fin a los presupuestos más longevos de la historia de la democracia, contaron con hasta 188 síes (el proyecto de ley se vota por títulos y secciones), una cifra muy superior al mínimo necesario (176 diputados).

Ante un Parlamento tan fragmentado, donde el Ejecutivo de coalición no ostenta la mayoría absoluta, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha resaltado en varias ocasiones el amplio número de fuerzas del arco parlamentario que avaló el proyecto presupuestario.

En este sentido, además de los 155 escaños de los dos partidos del Ejecutivo (PSOE y Unidas Podemos), los Presupuestos tuvieron el sí de ERC (13 escaños), PNV (6), EH Bildu (5), PDeCAT (4) y Más País (2), así como los diputados de Compromís, Nueva Canarias, Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Teruel Existe.

El Gobierno no solo consolidó la mayoría del bloque de investidura, sino que sumó 21 votos más que en la votación para nombrar a Pedro Sánchez presidente del Ejecutivo. Y hacia este espectro se vuelven a dirigir todos los esfuerzos. Más aún después de que PP, Cs y Vox hayan adelantado ya su rechazo a las cuentas, además de la postura de confrontación exhibida por Junts y la CUP.

Por su parte, el BNG, que votó en contra de los Presupuestos, siendo el único partido que se descolgó del bloque de la investidura, se mostró este miércoles dispuesto a apoyar las nuevas cuentas públicas, siempre y cuando sean "buenos" para el conjunto del Estado, más sociales y "buenos" para Galicia, tal como apostilló el parlamentario del Bloque Nacionalista Galego, Néstor Rego.

Intensificar las relaciones con los socios

Tras una negociación intensa en el seno del Gobierno en relación a esta materia, las conversaciones para la aprobación de los Presupuestos del próximo año cambian de terreno de juego, donde entran de lleno el resto de actores necesarios para que el proyecto de ley llegue a buen puerto.

En este contexto, la titular de Hacienda ha señalado este jueves en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros extraordinario que es el momento de intensificar las negociaciones con los grupos parlamentarios, al margen de los contactos que se han mantenido en las últimas semanas. 

Consciente de la aritmética parlamentaria, Montero no ha dudado en señalar a los socios del Gobierno como socios prioritarios, entre ellos PNV y ERC, a quienes ha pedido que sean "razonables y permitan la tramitación para que luego metan enmiendas". Si bien, ha apuntado que las conversaciones "transcurren con normalidad" al mismo tiempo que ha incidido en que ya han incorporado al proyecto de ley algunas de sus demandas en materia de políticas de inversión territorial, proyectos estratégicos y comunicación.

Fin a la campaña de desgaste

"Los que apoyaron la moción de censura son socios prioritarios en el diálogo, aunque esto no quiere decir que se excluya a otros. Y ojalá, como en el presupuesto pasado, contemos con la totalidad de los grupos a excepción de las fuerzas de derecha", ha dicho en relación a PP, Vox y Cs.

En lo relativo al principal partido de la oposición, la ministra de Hacienda le ha pedido una vez más que "arrime el hombro", ya que la "ansiedad no es buena", y que deje su campaña de "desgaste", algo incompatible con la aprobación de unas cuentas que destinarán seis de cada diez euros a gasto social.

El Gobierno, que presentará previsiblemente las cuentas en el Congreso el próximo miércoles, según ha avanzado la ministra, se embarca en una nueva misión para apuntalar la imagen de solidez y restablecer la normalidad parlamentaria. Asimismo, con el objetivo de amainar los vientos electorales que la derecha promueve, el Gobierno se lanza a reeditar la mayoría de los Presupuestos del año pasado para dar un nuevo golpe en la mesa y asentar la legislatura.