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Crónica parlamentaria El PP sigue haciendo el 'chiquito de la calzada' sobre la reforma constitucional

El portavoz conservador en la comisión comisión territorial, Bermúdez de Castro, acusa ahora a Ciudadanos y a PSOE del enfriamiento de la reforma de la Carta Magna

El presidente del Consejo de Estado y exministro del PP, José Manuel Romay Beccaría, con José Enrique Serrano, presidente del comisión parlamentaria para la evaluación y la modernización del Estado autonómico.EFE/Ballesteros

El PP lleva jugando al pasito para adelante pasito para detrás, como se movía Chiquito de la Calzada, sobre la posible reforma de la Constitución desde hace tiempo. El último capítulo de esta serie, comenzó el 11 de octubre pasado, cuando Pedro Sánchez anunció, en la misma rueda de prensa en la que anunciaba su apoyo al gobierno en la aplicación del artículo 155, un acuerdo con Mariano Rajoy para iniciar la reforma de la Constitución: “El acuerdo que tengo con el Presidente es que abramos la reforma constitucional”, dijo solemnemente.

Al día siguiente, Mariano Rajoy declaraba: "Se puede hablar de todo. Incluso se puede plantear la propia reforma de la Constitución: ésta dista mucho de ser una ley perpetua, ni tiene pretensión de serlo. En absoluto, todas y cada una de sus determinaciones, incluidos sus preceptos más esenciales, pueden ser modificadas". 

Una semana después, el 18 de octubre, José María Aznar tiraba de las orejas una vez más a su elegido: “La reforma constitucional no debe ser el pago a plazos de lo que ahora no queremos pagar al contado al secesionismo catalán”.

Aún así, aunque ni Pedro Sánchez ni Mariano Rajoy habían dado plazos, el 15 de noviembre arrancó la Comisión para la evaluación y la modernización del Estado autonómico (conocida también como la comisión territorial), que llevaba meses en el tintero el congreso y con la que el PSOE pretendía empezar a meter mano al asunto. Ahí mismo llegó el primer pasito para detrás… Su portavoz en dicha comisión, José Antonio Bermúdez de Castro, declaraba antes de entrar por la puerta: “No hemos venido aquí con la idea de reformar la Constitución”. Además, la comisión arrancaba sin Unidos Podemos, ni ERC, ni el PDECat, ni el PNV que se niegan a participar en estas circunstancias catalanas.

El 27 de noviembre llegaba el portazo oficial, de boca del propio presidente, en una entrevista en Telecinco: "Habrá que reformar lo que haya que reformar, pero yo solo me comprometí a hablar. Creo que hay cosas más importantes que hacer en España".

El pasado día de la Constitución, el 6 de diciembre, el presidente daba un pasito para adelante: "Hay quienes defienden una reforma pero para ello es necesario saber qué se quiere cambiar. Si eso se cumple la modificación será posible en el futuro". Claro que, a renglón seguido, añadió que los cambios nunca deberían hacerse para “contentar a los independentistas”.

El pasado 10 de enero pasaron por la comisión los padres de la Constitución: Miquel Roca, José Pedro Pérez-Llorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, que se opusieron a la reforma de la Constitución al modo PP: sí pero no. Herrero de Miñón la llegó a calificar de “posible y deseable”.

Por último, esta mañana, José Manuel Romay Beccaria, el presidente del Consejo de Estado, extesorero del PP, exministro, compañero de andanzas de Manuel Fraga y mentor de Rajoy, ha dado un giro más a este tornillo condicionando que la reforma sea la solución a que los independentistas cambien de actitud: “La simple modificación de la Constitución por sí sola no servirá de instrumento que mágicamente resuelva el funcionamiento del Estado autonómico si paralelamente no cambian ciertas actitudes que les llevan a incumplir leyes y sentencias, y actuar de forma desafiante y desleal".

El director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás y la diputada del PP Alicia Sánchez-Camacho, en la Comisión para la evaluación y la modernización del Estado autonómico. EFE/Ballesteros

El director del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Benigno Pendás y la diputada del PP Alicia Sánchez-Camacho, en la Comisión para la evaluación y la modernización del Estado autonómico. EFE/Ballesteros

El portavoz conservador en esta comisión, José Antonio Bermúdez de Castro, ha accedido a aclararnos la postura del partido en estos momentos: “Esta comisión nunca nació para reformar la Constitución, sino para modernizar el estado autonómico. En este momento no se dan las condiciones. El modelo federal no es mejor. Hay margen en el título VIII para cambiar cosas vía leyes orgánicas, sin necesidad de tocar la Carta Magna. Miguel Herrero de Miñón dijo que no es necesario. Si finalmente fuera imprescindible lo veríamos. No creemos en el modelo federal, entre otras cosas, porque no nos lo han explicado. Escucho a Prendes [el portavoz de Ciudadanos] y a Lastra [la portavoz del PSOE] y me parece que quieren modelos federales distintos. Alguien me tiene que decir qué se tiene que reformar y por qué. Dicen que quieren un modelo federal español. ¿Uno que acabe con las singularidades? ¿Un poder judicial para los 17? Que me digan qué modelo quieren y por qué hay que cambiarlo. No para contentar a los secesionistas y eso creo que lo compartimos con el Psoe. Espero. Confío en ello. Porque uno no se encuentre cómodo no se puede cambiar algo que vale para los 16 restantes”.

Y cuando se le pregunta por el presunto pacto entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez para abrir la reforma su respuesta ha sido: “Nunca hay que decir que la reforma sería imposible, pero no puede haber reformas de titular; que nos digan claramente qué quieren reformar”.

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