Este artículo se publicó hace 3 años.
El PP como partido liberal: una aspiración ideológica muy lejos de su realidad política
¿Qué es exactamente el liberalismo? ¿Cumple el PP los requisitos para ser definido como tal? ¿Lo perciben así sus votantes? Expertos en sociología, ciencia política y demoscopia explican por qué el PP no se ajusta a los cánones del liberalismo.
Marta Monforte Jaén
Madrid-
El liberalismo está de moda. O, al menos, así lo cree la derecha española que trata de definirse a través de esta etiqueta sin llegar a profundizar demasiado en su significado. Se trata de una palabra que aparece de manera recurrente en los discursos de los dirigentes del Partido Popular (PP) y que ligan al concepto de libertad, ampliamente utilizado por la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso durante su campaña electoral.
"Nuestro compromiso inquebrantable con la dignidad y la libertad de todas las personas nos identifica con el liberalismo como filosofía política y económica", señalan los estatutos del PP, formación actualmente dirigida por Pablo Casado. "Asumimos la responsabilidad histórica de hacer del Partido Popular la casa común donde conviven las familias conservadoras, liberales y democristianas de la política española", reza otro punto. En la cúpula del partido aseguran que están "comprometidos" con los "principios derivados del liberalismo" y llevan años intentando situarse como "la referencia liberal" en España.
Antes que ellos lo intentó Ciudadanos, que actualmente lidia con una OPA hostil impulsada por el PP que busca apropiarse de su espacio electoral. Los 'naranjas' también presumen de llevar la etiqueta 'liberal' por bandera y así se reafirmaron en la última convención del partido, celebrada el mes de julio. ¿Pero qué es exactamente el 'liberalismo'? ¿Cumple el PP los requisitos para ser definido como tal? ¿Lo perciben así sus votantes? Público ha contactado a varios expertos en sociología, ciencia política y demoscopia para tratar de responder a estas cuestiones.
La historia del liberalismo y los orígenes del PP
En primer lugar, habría que diferenciar liberalismo en dos sentidos: como ideología y como filosofía política. En el caso de la primera, Ismael De La Villa, investigador en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), explica que el liberalismo fue la ideología hegemónica que rigió el desarrollo del estado-nación en relación a lo jurídico, lo económico, las políticas públicas a finales del XVIII y a lo largo del siglo XIX. "Está claro que, por tradición y por origen histórico, el PP no encuentra sus raíces en esta primera vertiente", señala el politólogo.
Para Eduardo Bayón, analista y politólogo, "el franquismo eclipsó cualquier espacio político liberal, al que también se demonizaba al igual que a la izquierda". Bayón cita como elemento clave la desaparición del partido Unión del Centro Democrático (UCD) y la formación del PP, que posteriormente absorbió a los grupos liberales existentes y abarcó todo el espacio de la derecha. "En ese sentido también había un interés en usar las etiquetas para ocupar todo el espectro, lo cual estuvo facilitado por la ausencia de partidos liberales autónomos como existen en nuestro entorno", explica.
La socióloga y politóloga Aida Vizcaíno, consultora de asuntos públicos y profesora asociada de Ciencia Política en la Universitat de València (UV), también desvincula al PP del liberalismo por sus orígenes. La experta relata que la falta de un partido liberal en España tiene que ver, entre otras cuestiones, con el complejo surgimiento de la burguesía y el tardío proceso de la industrialización del siglo XIX, ambientes propicios para las ideas liberales y, con ellas, los partidos liberales. "En España llegó tarde y con menor fuerza que en países como Inglaterra, de hecho, ello explica la tardía implantación del movimiento obrero y del feminismo".
El liberalismo como filosofía política
En el segundo caso, la definición de liberalismo como filosofía política entiende que hay unos derechos naturales de partida inalienables universales de todos los individuos. "El estado, al contrario de lo que mayoritariamente se cree, no es incompatible con el liberalismo, ya que es quien debe garantizar el ejercicio de estos derechos individuales, siempre y cuando no se sitúe por encima del individuo ni coarte su libertad negativa", apunta el investigador de la Complutense.
En ese sentido, De La Villa considera que en materia de derechos civiles, el PP se ha mostrado más próximo a ideologías conservadoras o democristianas, que no se muestran compatibles con el ejercicio de estos derechos individuales, subordinándolos a otras cuestiones. Ejemplo de ello es su descarnada oposición a las leyes que regulan el matrimonio homosexual, el aborto, la eutanasia y a las listas paritarias, que el PP recurrió ante los tribunales.
Además, para la experta, el concepto de 'libertad' tan explotado durante la campaña madrileña, poco o nada tiene que ver con el liberalismo. "Su concepto de libertad es sinónimo de consumo, mercantilización. Ayuso supo percibir los estados de ánimo y exprimir los imaginarios colectivos. En este sentido, poco tiene que ver con la libertad o ser liberal en sentido ideológico o político", razona.
El PP: un partido neoliberal
Los tres expertos apuntan que la etiqueta más precisa para definir al PP es el neoliberalismo. "El modelo madrileño, por el que parece apostar el partido a nivel estatal, es el claro ejemplo. Esa concepción de lo colectivo explica, coherentemente, su oposición a la liberalización de las patentes de vacunas", explica la politóloga.
"La concepción liberal del PP se centra en el papel mínimo del estado respecto a la intervención de este en la economía y esto enlaza con la concepción actual neoliberal; aunado con los posicionamientos conservadores en lo cultural. Además, esta explotación de las etiquetas se ha usado y potenciado atendiendo a las características territoriales", resume Bayón.
Sin embargo, De La Villa recuerda que incluso en material fiscal, algunos de los liberales más clásicos apuntaron determinadas prescripciones que no serían aceptadas por muchos hoy día. Por ejemplo, Adam Smith, considerado el 'padre del liberalismo', señaló ya desde un principio la necesidad de progresividad fiscal sobre las rentas del trabajo dentro de un Estado. Otros como John Stuart Mill y David Ricardo entendían como fundamental la aplicación de impuestos sobre una de las formas más importantes de capital en aquel momento, como era la tierra, independientemente de su mayor o menor productividad. "En contraste, a día de hoy, algo tan básico como un reducido impuesto sobre el patrimonio, desde estas posiciones más conservadoras, se entiende como un ataque a la libertad", concluye el investigador.
Los votantes del PP: más conservadores que liberales
Lo cierto es que, ateniéndonos a la demoscopia, los votantes del PP se consideran mucho más conservadores que liberales. Así lo desgrana José Pablo Ferrándiz, doctor en sociología y fundador y director de la firma Elemental Research. Según la muestra postelectoral del Centro de Investigaciones Sociólogicas (CIS) tras las elecciones generales de noviembre del 2019, el 44% de los votantes del PP se definía como conservador frente al 14% que lo hacía como liberal y el 11% que se ubicaba como democristiano.
Ferrándiz señala que la etiqueta liberal-conservador existe, pero apunta que en España "nunca ha habido un partido realmente liberal". "En el PP aluden a un liberalismo que no es político, sino económico", resume el sociólogo, que asegura que los conservadores no cumplen los requisitos para ser considerados como una formación liberal. "Tienen un votante más femenino que masculino y la demoscopia indica que las mujeres son más conservadoras que los hombres", prosigue. Sucede lo mismo con la población mayor de 65 años, un perfil mucho más conservador que la población más joven, y en los que el PP encuentra un claro nicho electoral.
El sociólogo no tiene ninguna duda de que "el PP va a competir por hacerse con la etiqueta de liberal, al igual que han hecho con el concepto de libertad", pero señala las contradicciones de definirse como tal y pactar con una formación como Vox. Ferrándiz los considera una formación "profundamente iliberal o antiliberal" que se encuentra próxima ideológicamente a líderes euroescépticos y homófobos como Viktor Orbán, el primer ministro húngaro.
Para Ferrándiz, la victoria de Díaz Ayuso en las elecciones madrileñas no es extrapolable al conjunto del Estado. "Santiago Abascal le está haciendo sombra a Casado; en Madrid la candidata de toda la derecha era Ayuso, pero en los sondeos Casado no consigue aprobar, no hay un líder transversal en toda la derecha", concluye el fundador de Elemental Research.
En ese sentido, todos los expertos consultados creen que el PP trata de rentabilizar la etiqueta 'liberal' para distanciarse del partido ultra, pese a que realmente no lo es. También apuntan a que es una estrategia clave para absorber a Ciudadanos. El tiempo dirá si consiguen también convencer a su principal objetivo: los votantes.
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