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El PP, equidistante entre Harris y Trump en unas elecciones que marcarán el futuro de la derecha

Varios miembros de la dirección nacional reconocen en privado que prefieren la victoria de Harris aunque eviten manifestarlo en público. La ultraderecha espera un revulsivo en el mes de noviembre que también marcará el paso al PP.

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La secretaria general del PP, Cuca Gamarra y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóó, durante la sesión de control al Gobierno de este miércoles. — Alberto Ortega / Europa Press

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El mundo entero contiene el aliento ante las elecciones presidenciales en Estados Unidos del próximo 5 de noviembre. La posibilidad de que Donald Trump vuelva a ocupar la Casa Blanca preocupa a Europa y esperanza a una ultraderecha ansiosa de recuperar el poder en uno de los países más poderosos. De la mano de los bulos, las campañas de desinformación y fake news, Trump se enfrentó este martes por primera vez en un cara a cara con Kamala Harris, vicepresidenta estadounidense y candidata del Partido Demócrata. Los medios nacionales hablaron de una arrolladora victoria de Harris ante un Trump que llegó a decir que los migrantes haitianos de Springfield (Ohio) secuestraban perros y gatos para comérselos.

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Fue una cita política trascendental de la que algunos analistas dicen que Harris desplegó un manual de excepción sobre cómo enfrentarse al populismo radical. Los ojos de medio mundo miraron a Filadelfia. También desde España. El PSOE salió rápidamente a celebrar la victoria de la líder los demócratas mientras en Vox se acogieron al silencio ante la desafortunada actuación de Trump. No esconden desde el entorno de Santiago Abascal lo "importante" que es para ellos lo que suceda en Estados Unidos.

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Pero casi más incómodos estaban este miércoles en el PP, donde eligen la equidistancia, conscientes de que también la derecha tradicional se juega mucho el próximo 5 de noviembre. Alberto Núñez Feijóo evitó dar una valoración sobre el debate a su entrada al pleno de este miércoles, igual que el resto de dirigentes de Génova cuando son preguntados en público. No hay posición de partido y la explicación que dan desde el PP es que respetan "los procesos democráticos" de otros países y que, además, no tienen "homólogo" en Estados Unidos al que apoyar.

Sin embargo, miembros de la dirección nacional del PP reconocen en privado que desean la victoria de Harris. El pasado domingo, en una entrevista con el diario El Mundo, también lo deslizó Feijóo, que dijo estar interesado en "un presidente atlantista que no ponga aranceles a los productos europeos". Es Trump quien promete aranceles si gana, pero cuando el presidente del PP es preguntado directamente por ello, titubea: "De lo que acabo de decir, cada uno puede deducir lo que considere".

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Mucho más clara ha sido Isabel Díaz Ayuso, que este miércoles dijo haber "perdido la esperanza por los dos candidatos". "Con la agenda woke quieren que sea la candidata a toda costa. Ninguno de los dos candidatos es lo mejor que podía tener Estados Unidos, un país que admiro tanto", aseguró en una entrevista en EsRadio.

Miedo en Vox 

Feijóo no va a posicionarse con más claridad de lo que lo ha hecho hasta el momento aunque fuentes populares reconocen que la victoria de Trump sería un fracaso para su espacio político. Con el multimillonario de nuevo como presidente, la ultraderecha tendría un referente mundial en la Casa Blanca con capacidad para dirigir los debates y liderar la ansiada batalla cultural. Inevitablemente la derecha se vería arrastrada y obligada a competir extremando el discurso. Por el contrario, la continuidad de los demócratas — además del hito que supondría que por primera vez una mujer racializada se hiciese con la presidencia de E.E.U.U.—, el varapalo para Vox y sus homólogos sería grande. Así lo reconocen también fuentes próximas a Abascal.

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Así, los estadounidenses elegirán su futuro para los próximos cuatro años y en parte no solo el suyo, algo que públicamente no parece preocupar mucho a la derecha española pese a la importante amenaza que supone para Europa. A inicios de este año, en plena precampaña electoral, Trump aseguró que si ganaba "animaría" a Rusia a atacar a cualquier país de la OTAN que no contribuyera con el 2% de su PIB a las arcas de la alianza atlántica. Y añadió que no solo no "protegería" a estos países europeos sino que "animaría (a Rusia) a que hicieran lo que les diera la gana" porque "tienen que pagar sus facturas". Tanto los gobiernos europeos como los máximos representantes de la Unión condenaron estas declaraciones, pero la incertidumbre ante lo que pueda hacer Trump es total.

Cuando defendían que Obama "votaría al PP"

Su propuesta para un arancel universal del 10% también inquieta a Europa, que tendría que prepararse económica y comercialmente para su impacto. Todo ello lo reconocen fuentes del PP en privado, y por eso quieren la victoria de Harris, aunque no den el paso de decirlo en público.

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Los de Feijóo insisten en que ninguno de los partidos que se disputan la presidencia de Estados Unidos, Demócratas y Republicanos, son de su familia política o asimilables. Si bien es cierto que en las últimos dos décadas ha habido delegaciones del PP que ha participado en convenciones de ambos partidos —en 2016, por ejemplo, acudieron a la Convención Demócrata y en 2012 a la Republicana—, no lo es menos que en distintos ocasiones los populares han apelado a la derechización de la política estadounidense para defender su afinidad con los demócratas. Lo hicieron, por ejemplo, cuando gobernó Barack Obama, de quien llegaron a decir que en España "votaría al PP".

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