Este artículo se publicó hace 10 años.
El PP empieza a tomarse en serio a Pedro Sánchez
En el PP ya han empezado a tomarse en serio al nuevo líder del PSOE. Al menos así lo demuestran los continuos ataques que, en los últimos días, varios dirigentes del Gobierno y del partido le están dedicando a Pedro Sánchez.
Justo cuando Pedro, el Guapo —como le han bautizado algunos— ha dado un impulso a su popularidad, no sólo por sus apariciones en programas de televisión de gran audiencia, sino también por haber empezado a mostrar más seguridad en sus intervenciones en el Congreso, en el PP han endurecido su ofensiva contra el socialista. Una táctica ajena en el partido del Gobierno, que, si en la época de José María Aznar al frente del Ejecutivo se dedicaba a ningunear a José Luis Rodríguez Zapatero (apenas contó con él para pactar su política antiterrorista), ahora busca titulares que arremetan contra Sánchez.
El equipo de Mariano Rajoy ha cambiado, por tanto, de estrategia y ha decidido embestir con fuerza al nuevo líder del principal partido de la oposición, mucho más —si cabe— que su antecesor. "En el PP temen mucho más a Pedro Sánchez que a [el anterior secretario general del PSOE] Alfredo Pérez Rubalcaba porque Sánchez está situado ideológicamente donde está situada la mayoría de la población, que es en el centro-izquierda", constata el catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos Manuel Villoria. "Eso le hace tener más posibilidades de recuperar votantes para el PSOE y la clave para sacarle de ese eje se centra en situarle, bien en el eje nacionalista —como intenta el PP—, bien en el de la casta —como intenta Podemos—", explica el profesor.
De hecho, los conservadores están utilizando precisamente la excusa del soberanismo catalán para atacar la tercera vía propuesta por Sánchez. Ayer fue su secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien pidió al socialista que recupere "la cordura" y que defina claramente su propuesta de reforma constitucional: "Si quiere una Constitución a medida para quienes no la quieren cumplir, no me parece el argumento más acertado", arremetió la número dos de los conservadores.
En la misma línea se expresaron también en los últimos días el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, y la líder del PP de Catalunya, Alicia Sánchez-Camacho. "No tiene sentido cambiar la Constitución porque exista un desafío soberanista", sentenció este lunes el primero en un acto en Las Rozas. Para la segunda, Sánchez es incapaz de "poner orden" en el PSC —cuyos diputados votaron a favor de la ley de consultas aprobada por el Parlament—, por lo que "no es el más legitimado para dar la alternativa a todos los españoles como líder del PSOE", sentenció el domingo en un acto en Santander, donde también tildó de "populista" la propuesta federalista de Sánchez.
Del mismo modo, y casi con las mismas palabras se había expresado el día anterior la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, que criticó en Zaragoza la "demagogia" y la "retórica televisiva" utilizada —en su opinión— por Sánchez con respecto al soberanismo catalán en sus recientes apariciones televisivas. Y el guante lo recogió ayer de nuevo el portavoz del Grupo Popular en el Congreso, Alfonso Alonso, que manifestó —en TVE— que la propuesta reformista de Sánchez está "demasiado traída por la coyuntura" y que responde a "un movimiento táctico".
En realidad, el secretario general de los socialistas sólo ha reciclado la solución ya impulsada por Rubalcaba de reformar la Constitución para avanzar hacia el federalismo, pero al PP le molesta ahora mucho más la "indefinición" de tales declaraciones. "El factor nuevo del PSOE, lo que acredita que quieren actualizar su mensaje, es su nuevo líder. Por tanto, el ataque a Pedro Sánchez es la manera que tiene el PP de hacer que su liderazgo no crezca", expone el asesor de comunicación Antoni Gutiérrez-Rubí. "Saben que la 'marca Pedro Sánchez' puede tener más tirón que la 'marca PP'", agrega el experto. ¿Los motivos? "Por su velocidad —para el PP, que controla tanto los tempos, alguien que marca un punto de aceleración es motivo de preocupación—, por su modernidad y contemporaneidad —que contrasta con la imagen conservadora de Rajoy— y por su capacidad propositiva —está haciendo propuestas y poniendo temas en la agenda pública—", enumera Gutiérrez-Rubí.
Desde el PP, en cambio, niegan que se le esté dando tanta importancia a la irrupción de Pedro Sánchez. Es más, fuentes conservadoras aseguran que ni siquiera existe un argumentario que recoja lo que los miembros del partido deben decir sobre el líder de la oposición. Sí reconocen, no obstante, haber pactado entre bambalinas la comparación de Sánchez con Zapatero que Rajoy utilizó para contrarrestar la primera intervención de Sánchez en una sesión de control. Una ocasión, por cierto, en el que el presidente del Gobierno ni siquiera tuvo el detalle de darle la bienvenida a su nuevo interlocutor. Le recibió, por contra, con un ataque feroz en el que incluso llegó a culparle de la herencia socialista. Una muestra más de que en el PP empiezan a tomarse en serio a Pedro Sánchez.
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