El PP andaluz se suma por sorpresa al tripartito de izquierdas para aislar a C’s
Los populares han presentado 14 enmiendas al acuerdo sobre financiación autonómica de PSOE, Podemos e IU. No ha sido aceptada ninguna, y aún así han firmado el pacto que hace más fuerte la posición del Gobierno de Susana Díaz ante Rajoy
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SEVILLA, Actualizado:
El Partido Popular de Andalucía ha dado este martes un volantazo estratégico en el Parlamento que ha dejado al resto de grupos boquiabiertos. Los populares se han sumado por sorpresa al acuerdo sobre la reforma del modelo de financiación autonómica pactado previamente por los tres partidos de izquierdas: PSOE, Podemos e IU.
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El grupo de trabajo estaba reunido esta tarde para aprobar el documento base que, más tarde, será debatido y aprobado en la Cámara, para posteriormente ser defendido por el Gobierno de Susana Díaz ante el Ejecutivo de Mariano Rajoy y en el marco del Consejo de Política Fiscal. Los populares han expresado sus discrepancias con el documento y han presentado 14 enmiendas para modificarlo, pero el tripartito de izquierdas no le ha aceptado ninguna. Aún así, han votado a favor.
El giro copernicano del PP aparece 24 horas después de que la encuesta sobre intención de voto más reconocida en Andalucía (el Egopa, llamado CIS andaluz) anunciara el sorpasso de Ciudadanos al PP, arrebatándole el puesto de líder de la oposición al PSOE tras 36 años de fracasos electorales. Los populares intentan así aislar políticamente a la formación de Albert Rivera, ante su avance en las encuestas, y el riesgo de verse fagocitados por un partido con apenas tres años de vida parlamentaria.
El grupo naranja había anunciado esta mañana que no apoyaría el acuerdo de financiación que habían alcanzado PSOE, Podemos e IU, desmarcándose así de la alianza que le une al Ejecutivo de Díaz desde que arrancó la legislatura. El portavoz de Cs, Juan Marín, no ha ocultado su estupor por la reacción del PP: “Les ha entrado miedo, son capaces de aliarse con la izquierda sólo para poder diferenciarnos de nosotros, están desesperados. No me importa que nos quedemos solos fuera del acuerdo, sabíamos con seguridad que no lo íbamos a apoyar”, explica a Público.
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El documento consensuado por PSOE, Podemos e IU es difícil de enmarcar políticamente en manos del PP. El acuerdo recopila una serie de propuestas en materia de financiación muy exigente con el Gobierno de Rajoy. Denuncia la insuficiencia financiera de las comunidades autónomas y reclama 16.000 millones de euros más para el fondo común (4.000 de ellos para Andalucía). Durante todo el debate, el PP se ha mostrado siempre contrario a esta propuesta, tanto en los cálculos como en el planteamiento de la presidenta, a quien han acusado de esgrimir este acuerdo andaluz para confrontar con Rajoy. Por eso ha sorprendido a todos que hayan suscrito el pacto in extremis.
Aunque haya una lectura partidista, con las dos formaciones de la derecha pugnando por el mismo espacio electoral, no hay duda que el acuerdo en sí supone una herramienta sólida y potente para el Gobierno andaluz de cara al debate territorial. El pacto sale adelante con el respaldo de cuatro de la cinco fuerzas parlamentarias -PSOE, PP, Podemos e IU- a las puertas del 28-F, Día de Andalucía.
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Se crea así un frente común andaluz que dará autoridad y legitimidad a las reivindicaciones de Susana Díaz ante Rajoy y el resto de comunidades autónomas. Aún así, el acuerdo no es definitivo, aún debe pasar por la comisión de Hacienda y por el Pleno del Parlamento, donde aún podrá ser alterado y alimentado con aportaciones de otros grupos, que también podrán introducir sus discrepancias en votos particulares, como espera hacer Ciudadanos.
La portavoz parlamentaria del PP-A, Carmen Crespo, se ha apresurado a matizar que el acuerdo suscrito este martes “no es definitivo”, y que los populares no comulgan al 100% con todo el texto, pero “no iban a caer en la trampa del PSOE” para “arrinconarles políticamente”.
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De hecho, hay grandes diferencias que le separan: Por ejemplo, aceptan que Andalucía está infrafinanciada (ya lo admitió la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría) pero no con los 4.000 millones que se reclama al Gobierno; también discrepan sobre los impuestos cedidos y sobre la carga fiscal que propone el documento, según la cual, Andalucía aspira a aumentar su participación en la recaudación del IVA y de los impuestos especiales. El PP sí comparte la propuesta de la “nivelación total”, para acortar la brecha de financiación entre las regiones más ricas y las más pobres, también está de acuerdo con que el criterio principal para la distribución de fondos a las comunidades sea la población (pero acercando todo lo posible población real con población ajustada).
En las últimas semanas, los socialistas daban por hecho que habría acuerdo sobre financiación con todos los partidos, excepto con el PP, al que acusaban de anteponer los intereses de partido y del Gobierno de Rajoy al de los andaluces. Sin embargo, sobre el papel el PSOE tenía más diferencias con Ciudadanos que con los populares. El PP, por ejemplo, rechaza el principio de ordinalidad (para que la solidaridad interterritorial no altere el ranking de financiación per cápita (como ocurre actualmente), que también es una línea roja para los socialistas. En cambio, la formación naranja lo incluyó en su propuesta y no pensaba renunciar a ella.
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El texto aprobado hoy se elevará a Pleno para la votación definitiva el próximo 9 de marzo, aunque es seguro que la presidenta Díaz, así como los líderes de Podemos, Teresa Rodríguez, e IU, Antonio Maíllo, y ahora también el presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, querrán amortizar el acuerdo sobre financiación durante los fastos del 28-F.
Ciudadanos ha quedado desdibujado fuera del pacto, después de que el líder de la oposición se haya convertido a la fuerza y por sorpresa en el nuevo aliado del Gobierno de Susana Díaz. Algo que los populares han buscado con insistencia durante este mandato, en el que han sido reiteradamente ninguneados por los socialistas, porque estos ya tenían cerrado un pacto de legislatura cómodo y estable con la formación naranja. Con este giro inesperado de guión, el PP logra al menos desviar el foco sobre el derrumbamiento electoral que le auguran todas las encuestas.