Pontón y Besteiro apelan al 'candidato ausente' para visibilizar en el debate de RTVE la falta de proyecto de Rueda
Las candidatas del BNG y del PSdeG escenifican su entente para formar un Gobierno de coalición alternativo al PP.
A Coruña-Actualizado a
Se suele decir en fútbol, para humillar o fastidiar al rival, que quien pierde una semifinal tendrá que ver la final por la tele.
El PP no ha confirmado si Alfonso Rueda, su candidato a las elecciones autonómicas de Galicia del próximo 18F, estaba viendo en casa el debate que organizó Radio Televisión Española (RTVE) al que el aspirante popular se ha negado a ir.
Pero en fútbol, y no es por fastidiar, cuando un equipo no comparece a un partido sin causa justificada, lo pierde automáticamente. Y además, los organismos competentes le sancionan, porque la inasistencia injustificada no está permitida.
Está por ver si a Rueda le sale bien la jugada de haberse ausentado del debate sin haber ofrecido explicaciones convincentes, y si el electorado le premia o le castiga por ello.
Lo cierto es que con su ausencia ha permitido que sus rivales insistir en la incongruencia de no haber querido debatir con ellos. Tanto Ana Pontón (BNG) como José Ramón Gómez Besteiro se hartaron de calificarle como "el candidato ausente". ¿Puede un candidato ausente presidir una comunidad histórica? Se verá el 18F.
El peligro que corría Rueda era doble: que se le acuse de falta de valentía -Rueda perdió el debate de hace nueve días en la televisión pública de Galicia- y de descortesía con sus rivales y con los ciudadanos, que podrían no entender que un político que les pide el voto se niegue a contrastar sus propuestas con sus rivales.
Ni Sumar ni Vox ni Podemos
RTVE había invitado a PP, BNG y PSOE, los partidos con representación en el Parlamento de Galicia. No estarán Vox, Sumar ni Podemos, porque la Junta Electoral ha rechazado sus recursos.
De ahí derivaba el otro riesgo que asumió Rueda con su ausencia: que sus contrincantes, Ana Pontón (BNG) y José Ramón Gómez Besteiro, que a lo largo de la campaña han logrado instalar en la opinión pública y en las encuestas la idea de que un Gobierno de coalición entre ambos es una posibilidad cada vez más cercana, asentaran aún más ese relato sin que nadie pudiera contrarrestarlo.
Y que ambos, claro, se erigiesen en convincentes protagonistas del cambio.
Pontón y Besteiro pudieron desgranar sus propuestas en todo el arco de medidas que se le suponen a las competencias de las que goza a un gobierno autonómico: economía, industria, fiscalidad, modelo territorial, demografía, servicios sociales, atención a los mayores, dependencia, sanidad, agricultura, pesca, educación, regeneración democrática...
No es que coincidieran en todo, pero es que enfrente no tenían a nadie que pudiera ofrecer una alternativa, o rebatir sus capacidades. Nadie que ofreciera un proyecto diferente. Ni un candidato que llevarse a la boca ni un partido que lo arrope o sustente su estrategia.
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