El plan que dispara el precio del agua en Aragón incluye depuradoras en pueblos deshabitados
Comparecencia de la ministra de Medio Ambiente
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ZARAGOZA .- El Plan de Depuración de Aragón, cuyo desarrollo ha disparado el precio del agua de boca en la comunidad y amenaza con aumentar en más de 14 millones al año la factura de la capital, incluye la construcción de depuradoras en pueblos deshabitados, en otros que ni siquiera tienen agua corriente y en algunos que carecen de red de saneamiento.
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Así ocurre, como mínimo, en una docena de localidades de la comarca pirenaica del Sobrarbe, donde el plan que el Gobierno de Aragón lleva una década impulsando prevé instalar sistemas de depuración presupuestados en más de 100.000 euros en cuatro pueblos que llevan medio siglo abandonados como Buisán, Ceresuela, Señés y Yeba, y reserva una inversión similar para Griébal, cedido por el Ministerio de Medio Ambiente a un grupo de Boy Scouts tras expropiarlo para construir el pantano de Mediano.
Comparecencia de la ministra de Medio Ambiente
La inviabilidad económica del programa, que entra automáticamente en fase de revisión con cada cambio de Gobierno autonómico y cuya rescisión de concesiones ya le ha costado varios millones de euros a la comunidad, ha llegado a triplicar el precio del agua en algunas zonas y llevó el año pasado al ejecutivo a implantar el llamado Impuesto de Contaminación de las Aguas (ICA), que extenderá esa subida a toda la comunidad, para tratar de cuadrar las cuentas.
Una actuación urgente desde tiempos de Felipe González
Medio Ambiente suscribió en 2007 un convenio por el que aportaba 142,6 millones de euros que el Gobierno de Aragón debía destinar a pagar las depuradoras del Pirineo, una actuación pendiente desde que en 1993 el ejecutivo central la incluyó, vía decreto, en un paquete de obras de ejecución urgente para la reactivación de la economía en plena crisis postolímpica.