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Piet Akkerman, un líder sindical belga caído por la libertad en la Guerra Civil española

El Foro por la Memoria de Guadalajara y los Amigos de las Brigadas Internacionales rinden homenaje este sábado a la figura de este sindicalista belga que llegó a la península para evitar que el fascismo oprimiera "a la humanidad entera"

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Piet Akkerman, líder sindical de Bélgica que llegó a España para luchar en la Guerra Civil española

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MADRID.- Piet era el hijo de Joseph Akkerman, un inmigrante polaco originario de Radom que emigró a Amberes en 1905. Dos años después de este traslado, Joseph se casó con Bluma Klipper, también proveniente de Polonia, y cuyos padres también habían emigrado a Amberes, en 1896. El primer hijo de esta pareja, Emiel, nace en 1908, y cinco años más tarde, el 22 de junio de 1913, su hermano, Israel. Al igual que muchos otros inmigrantes judíos de Europa del Este, Joseph Akkerman logró abrirse camino con bastante rapidez en la industria del diamante, floreciente en ese momento, trabajando como partidor.

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Evoluciona por decisión propia de judío oprimido a proletario oprimido

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Con este cambio cargado de simbolismo, Piet deja de ser el judío "de la calle" perteneciente a la comunidad judía que habla en yiddish, para convertirse en un joven politizado que a través del comunismo se integra más plenamente en la sociedad belga. Evoluciona por decisión propia de judío oprimido a proletario oprimido.

"Madre, no tengo derecho a no ir a la Guerra Civil española, siento que tengo la obligación de ir"

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Durante aquel verano, unos 120.000 trabajadores, de los que unos 40.000 eran belgas, sostuvieron una huelga que duró diez semanas y consiguió parar toda la industria del textil en Roubaix y Tourcoing, dos ciudades situadas en el norte de Francia.

Para el historiador belga Van Doorslaer, Piet Akkerman era alguien que tenía las cualidades necesarias para ser "uno de esos líderes sindicales excepcionales que Bélgica ha sabido producir durante de los siglos XIX y XX. Su compromiso radical de izquierda le llevó a ofrecer su vida en el campo de batalla de la Guerra Civil Española". Él y su hermano mayor Emiel fueron a España para luchar en la que consideraban guerra de las guerras.

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Los voluntarios extranjeros recibieron una semana de formación  y los cascos solo llegaron cuando estaban en el frente

Instrucción en Albacete

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El 13 de noviembre, por parte republicana se lanzó un contraataque local sobre el cerro Rojo (cerro de los Ángeles) para disminuir la presión que las tropas de Franco ejercían sobre Madrid. Piet y Emiel recibieron allí su bautismo de fuego. También Marcel Baiwir, un obrero metalúrgico de Lieja, quien en una entrevista con el diario flamenco De Morgen en 2006 recordaba:

Con sus armas ligeras, los brigadistas no eran rival para el ejército de Franco, por lo que las pérdidas fueron grandes

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El 20 de noviembre, la XII BI relevó a la XI en la Ciudad Universitaria. Entonces el batallón André Marty se hizo cargo de las posiciones existentes en la Facultad de Medicina y Odontología.

A la izquierda, prisioneros de guerra italianos en la plaza del pueblo de Torija. 

Entre sus funciones como comisario político, Akkerman dio prioridad al aspecto espiritual y moral de sus soldados. En su diario escribe: "El hombre debe ser la primera preocupación del comisario". Esto implicaba hablar con todos y estar siempre dispuesto a resolver sus problemas, asegurarse de todo el mundo estaba bien alimentado y vestido y no desatender las necesidades culturales, porque eran "esenciales para fortalecer la conciencia de clase". Con este fin era fundamental leer en grupo la prensa que llegaba o se escribía en el frente, pensada para avanzar en la educación política.

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En su cuaderno de notas personal Piet no solo criticaba la falta de disciplina y la embriaguez entre las tropas, sino también los errores militares cometidos por el mando

Para el historiador Van Doorslaer, este énfasis en la motivación política del brigadista-voluntario, pone en evidencia la lucha interior que vivió Akkerman entre sus convicciones antimilitaristas y la necesidad de empuñar las armas dentro de una organización militarizada para luchar contra el fascismo. Ese conflicto interno existió también entre muchos españoles que lucharon del lado de la República, los cuales en una alta proporción consideraban al Ejército como uno de los pilares característicos del antiguo régimen represivo.

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La última operación de Piet

Cuentan que Piet Akkerman cayó en una emboscada en la que primero resultó alcanzado por una bala y luego por una bayonet

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Es posible, pero nunca lo podremos afirmar con rotundidad. Raoul Baligand que también participó en el ataque a Algora, pronosticó ese mismo día que "las decisiones erróneos del mando tendrán consecuencias trágicas".

Los compañeros de lucha de Piet, y de tantos otros, finalmente no consiguieron evitar que pudieran con ellos

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El mismo día en que se produjo la muerte de Piet Akkerman fueron recuperados para la República Algora, Mirabueno y Almadrones. Después, la ofensiva se estancó, entre otras cosas, porque la XII BI tuvo que regresar apresuradamente a Madrid para enfrentarse a una nueva ofensiva franquista sobre la zona de la carretera de La Coruña.

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