El Partido Comunista de Andalucía (PCA), alma de IU, apuesta por reforzar y ampliar Por Andalucía, el grupo en el que hoy conviven Podemos, IU, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa por el pueblo andaluz.

Así lo recoge un informe que se ha acordado hace unos días trasladar a IU, que lo tiene ahora en fase de estudio, según las fuentes consultadas, en el que se incluye una propuesta de "hoja de ruta" en tres fases: la construcción de las alianzas; la clarificación de objetivos con un calendario, y el lanzamiento del proyecto. ¿El objetivo? Competir con alguna garantía en las próximas elecciones autonómicas.

En ese informe, la dirección del PCA plantea resolver de esta manera un asunto central en los procesos electorales —también en el accidentado arranque de Por Andalucía—, la conformación de candidaturas. "Han sido uno de los principales problemas de antiguos procesos [y] el calendario debe de recoger una fecha lo suficientemente amplia para establecer unas primarias abiertas con elementos correctores para las minorías en el caso de la falta de consenso, que debe de ser el primer objetivo a alcanzar. Nada de llegar al último minuto", reconocen los comunistas.

En efecto, en la conformación a trompicones de Por Andalucía, uno de los factores de la polémica fue este, cómo elegir al candidato en el caso de falta de acuerdo al respecto, como sucedió. En el PCA no quieren que se interprete este informe como "una ofensiva", sino que lo que pretenden, aseguran, es que "las cosas vayan bien". "La propuesta del PCA tiene que ser para debatir, no para imponer", afirma a Público el secretario general, Ernesto Alba.

"Para resolver el problema de las candidaturas hay que buscar el consenso, en torno al método, ya sea por primarias u otro método. Si son primarias, lo idóneo sería con un censo común", propone Alba.

En el informe del PCA se recoge, a las claras, que la apuesta es Por Andalucía, no la creación de espacios nuevos: "El espacio para desarrollar todo el proceso debe de ser la coalición Por Andalucía. Al día de hoy es un espacio donde convergen la mayoría de organizaciones políticas progresistas o de izquierdas de Andalucía".

"El debate en estos momentos en Andalucía no debe ser unidad sí, o unidad no. El reto es cómo consolidar Por Andalucía y cómo ampliarla", analiza la dirección del PCA.

En este momento, Sumar no está en Por Andalucía. Al respecto, Alba afirma a Público: "Por Andalucía es la referencia de Sumar en Andalucía, la ampliación de Por Andalucía debe consolidar la participación de Sumar junto al resto de fuerzas políticas".

Sobre los conflictos pasados y la normalización del trabajo en el grupo parlamentario tras un arranque de bronca y si los traumas se podrán superar, Alba asegura: "Si nos señalamos, entonces nadie se va a poner de acuerdo. Hace falta que alguien levante la mano y diga, ya está".

"Yo hago una autocrítica —añade Alba— y hay elementos muy claros para la autocrítica. Podemos tiene su versión, IU tiene la suya, Equo tiene la suya. Cada uno tiene sus versiones e interpretaciones de las diferencias. Aquí hace falta levantar la mano y decir: 'hasta aquí'. Toca asumir y lanzar un proyecto político. No es momento de señalar a nadie. Esa es la intención".

Julio Anguita, como referente

El PCA acude, 40 años después, a Julio Anguita, no como un ejercicio de "nostalgia", sino como asidero para lanzar de nuevo un proyecto conjunto. Utilizan en esa línea el verso de la canción Moving, de Macaco, "volver al origen no es retroceder", y recuperan el esquema de análisis que dio lugar entonces a Convocatoria por Andalucía: "El informe aprobado en 1984, planteaba los siguientes elementos a tener en cuenta a la hora de analizar cuál debería ser el proyecto político: unos sentimientos (a veces unos niveles de conciencia difusa); unas reivindicaciones, una ideología, un proyecto, y la conquista de una institución (el poder, en definitiva)".

Así, en el informe de hoy, además del proyecto y de la conquista de la institución, a través hoy de Por Andalucía, el PCA hace un análisis de los tres primeros puntos —sentimientos, reivindicaciones e ideología— señalados hace 40 años por Anguita y reflexiona, en ese marco, sobre la necesidad de afrontar tres asuntos, a su juicio, capitales.

Por un lado, lo que identifica como la "crisis de los valores sociales comunitarios". Para el PCA, "las últimas décadas se han caracterizado por la imposición del individualismo como valor hegemónico, así como por la defensa de soluciones individuales a los problemas. Los clásicos debates sobre modelos de sociedad han sido poco a poco sustituidos por la defensa de los estilos de vida individuales".

Frente a esta realidad, "la izquierda —propone el PCA— debe impulsar un debate social de gran alcance, no sólo de modelo de gestión de los recursos públicos, sino de modelo de sociedad. Frente al individualismo y el totalitarismo de mercado, debemos defender que sea la vida, y no el capital, el centro del debate político".

Por otro lado, el PCA alude a la "era de la depresión y la ansiedad generalizada". "Los datos de consumo de medicamentos ansiolíticos y antidepresivos —analiza el partido— sirven para darnos cuenta de que la salud mental es uno de los principales problemas de la sociedad actual, al menos, en las sociedades occidentales".

"Una situación —añade el PCA— que tiene su explicación, no en un conjunto de situaciones individuales, sino en las condiciones estructurales en las que actualmente se desarrolla nuestra vida. La pérdida de muchos lazos sociales, de los sentidos de vida construidos colectivamente, la volatilidad del propio mercado, la velocidad a la que se producen los cambios (tanto sociales como tecnológicos) y la situación precaria del trabajo está creando una situación de ansiedad generalizada. [Es] uno de los principales sufrimientos de las clases trabajadoras a los que hay que dar respuesta y solución".

Y, por último, el PCA considera que existe una "crisis de la democracia representativa". "El avance y la actual hegemonía de los valores neoliberales, así como la falsa idea de que cada individuo es responsable de buscar solución a sus propios problemas, ha conllevado de manera lógica a una pérdida de legitimidad de las instituciones que representan, precisamente, el mecanismo de solución colectiva a los problemas. Es ésta la principal causa de la actual deslegitimación de la política, la consecuente pérdida de confianza en sus instituciones y especialmente de los partidos políticos tradicionales", añade el análisis.