La participación supera la que se alcanzó con Borrell y Almunia
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El proceso de primarias internas del PSOE de este domingo ha despertado una mayor participación entre la militancia que las que se realizaron en abril de 1998. A las 18 horas el porcentaje de participación de los militantes socialistas había superado ya la cifra total de participación de aquella jornada pionera: más del 55% frente a un total del 54,18 %. Una hora después de había alcanzado ya el 60%, según fuentes de la dirección del partido.
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En aquella ocasión los militantes socialistas, mucho más numerosos que en la actualidad, acudieron a las urnas para participar en un proceso inédito hasta ese momento en el PSOE. Sin embargo, pese a abrir una nueva etapa, esa la experiencia no se ha vuelto a repetir en la formación socialista hasta 16 años después.
Entonces acudieron a las urnas un total de 207.774 militantes para optar por uno de los dos candidatos en liza, el secretario general, Joaquín Almunia, y el aspirante, el político catalán Josep Borrell. Lo que estaba en liza no era el cargo orgánico de secretario general - entonces no estaba contemplado en los estatutos su elección por la militancia - sino el liderazgo en el escenario político al frente de la oposición, especialmente en el ámbito parlamentario.
La victoria del aspirante fue una verdadera sorpresa y puso de manifiesto que los aparatos orgánicos no fueron decisivos a la hora de finar el resultado. Borrell, contra pronóstico, obtuvo 114.254 votos, el 54,99 % de los sufragios emitidos. Almunia, secretario general que sustituyó al largo liderazgo de Felipe González, recibió 92.860 respaldos de sus correligionarios, el 44,67 % de los votos. Hubo 507 papeletas en blanco y otras 207 fueron declaradas nulas.
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Aquel resultado dio paso a la llamada "bicefalia" en el seno del PSOE, una situación también inédita ya que mientras que Almunia se mantuvo como secretario general del PSOE, el protagonismo político, especialmente en el ámbito parlamentario, lo asumió Borrell. De hecho, protagonizó ese mismo año el debate sobre el estado de la nación frente al presidente del Gobierno, entonces José María Aznar. Borrell dimitió al año siguiente por la implicación de dos de sus antiguos colaboradores en el Gobierno en un caso de corrupción.
Según se reconoció años después el censo utilizado entonces estaba muy hinchado tras muchos años sin ser revisado, por lo que la participación real se supone que fue más elevada que la ofrecida en el recuento oficial. Años después, con la llegada de Zapatero, el censo sufrió una "limpieza" general por lo que el listado de la militancia actual, algo más de 198.000 personas, es mucho más realista.