"Se paga muy caro que te dejen fuera del circuito. Ser investigador aquí es casi imposible"
"Nanoderechos"
Publicidad
Actualizado:
Publicidad
Antes tenía una meta clara. Unos objetivos y plazos a conseguir. Ahora, todo es difuso. Ambiguo. Parece vivir en un laberinto donde no encuentra salida, donde las puertas cerradas son el único hallazgo más habitual. Lejos quedan las mañanas en las que Susana Rodera se levantaba para trabajar como investigadora de Derecho en la Universidad Pontificia de Comillas. Siempre, dedicada a una rama concreta: el derecho internacional y comunitario. Su pasión, reflexionar y defender a los más desfavorecidos, a los migrantes y a los excluidos. Desde 2009 trabajaba en un proyecto de la Comisión Europea a través del Instituto Europeo de Migraciones. Pero todo se paró en 2011. En el aire quedaban las horas de estudio e investigación desde que finalizó su carrera en 2001. Atrás quedaba también su dedicación como FPI en la Universidad de Gerona, con estancias en Costa Rica y en Holanda. También su entrega en la tesis doctoral que abandonó un tiempo para vivir de otros trabajos, como técnico de igualdad o como consultora. Por eso, cuando pudo volver a investigar en la Universidad Pontificia de Comillas pensó en dedicarse en pleno a su tesis y terminarla.
"Nanoderechos"
"De pronto me dijeron que no podía continuar con la contratación, a pesar de que les gustaba mi trabajo. A partir de entonces pensaba que si defendía la tesis tendría más opciones en la vida académica" ¿El resultado? "Cero. He hecho algunas entrevistas, trabajos que no tienen nada que ver y en algunos procesos de la Unión Europea me he quedado en las puertas de ir a la entrevista en Bruselas, pero no he superado esa fase nunca".
"Con tanta nanociencia vamos a acabar con nanoderechos. A pesar de tantos avances tecnológicos se siguen infringiendo las normas y desconsiderando al ser humano por encima de todo.
Publicidad
Desde entonces ha intentado de todo, pero tiene muchos frentes abiertos: recortes en investigación, cierre de grupos, becas posdoctorales con un cupo mínimo, reducción de contratos por instituciones… Y lo mismo, una y otra vez, mes a mes. Una labor aún casi más titánica para las Ciencias Sociales y Jurídicas, donde se justifica la desinversión porque no son materias rentables. "Eso dicen, pero con tanta nanociencia vamos a acabar con nanoderechos. A pesar de tantos avances tecnológicos se siguen infringiendo las normas y desconsiderando al ser humano por encima de todo. Para eso servía mi profesión", reclama.
"Estudié porque me gustaba pero, a veces, dices… jolín, si hubiese hecho otra carrera, u otra rama de Derecho o FP no estaría donde estoy", reconoce cuando echa la vista atrás. En 2013 defendió su tesis y en el departamento no le dieron más expectativas, donde sólo se han convocado plazas de profesores asociados: "Es la pescadilla que se muerde la cola, porque debes estar trabajando para optar a esas plazas y, como no lo estoy, es una puerta que se cierra". Pero también denuncia que detrás de esas plazas se manejan otros hilos en los que ella nunca aparece y que, salvo su tutora, no tiene ningún apoyo más. Cruza los dedos esperando la convocatoria de becas posdoctorales, pero no es tan sencillo. Los presupuestos en investigación están raquíticos. Depende de que el Gobierno considere que hay recursos para las Ciencias Jurídicas, porque si
Publicidad
"Publicar en revistas de impacto es otra pescadilla que se muerde la cola porque debes buscar trabajo para ponerte a publicar, requiere de recursos y son unos costes a cubrir."
"El currículum de un investigador no se compone sólo de una tesis y de un contrato. Hay muchos campos más que se deben acreditar: ponencias, conferencias, artículos en revistas académicas de impacto, horas de docencia, proyectos docentes…". Con todo ello se presenta ante la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA), un organismo que acredita si un investigador está capacitado para dar clases en una universidad. Ahí, todo suma. Pero lo que no suma, resta. "No puedo solicitarla. Nunca he tenido oportunidad de dar clases, así que no tengo experiencia como docente. Tampoco tengo trabajo de mi especialidad, por lo tanto no puedo aspirar a ser asociada, así que se me cierra otra oportunidad para tener experiencia de profesora. Publicar en revistas de impacto es otra pescadilla que se muerde la cola porque debes buscar trabajo para ponerte a publicar, requiere de recursos y son unos costes a cubrir. Pagas para que te publiquen, de ahí no recibes dinero, sólo son méritos".
Publicidad
"Ser investigador aquí es algo imposible salvo si tuviste un padrino o madrina y metiste la cabeza en la buena época. El resto es muy precario, porque el mérito cuenta muy poco"
Con escasas convocatorias, pocas plazas y sin experiencia docente, Susana se ve fuera del sistema investigador. Cada día que pasa, ve que da un paso atrás: "Cuesta mucho entrar. Se paga muy caro que te dejen fuera del circuito. Ser investigador aquí es algo imposible salvo si tuviste un padrino o madrina y metiste la cabeza en la buena época. El resto es muy precario, porque el mérito cuenta muy poco".
Publicidad
"Menos contratación y menos recursos suponen menos investigaciones y menos investigadores, que son los pilares de este sistema".
En 2009 confiaba en proyectar su vida en la academia. Notaba movimiento en la investigación, aún había grupos, había actividad… Pero aquella tendencia cayó en picado. ¿Queda esperanza en la investigación española? "Yo creo que es mala toda la perspectiva de la investigación del Gobierno. Para empezar, por creer que no afectan los recortes. Y sí. Menos contratación y menos recursos suponen menos investigaciones y menos investigadores, que son los pilares de este sistema. No hay medios para acceder a la universidad y el sistema de ANECA y de publicaciones y docencia es un vicio. Es desesperante. Con ese mecanismo no puedes dar clases por no ser acreditada, pero tampoco puedes serlo porque no hay trabajo".
Publicidad
Susana ya tiene decidido su voto con las próximas elecciones. Si pudiese tener enfrente a Rajoy, le diría muchas cosas. "En principio, quisiera ser educada, pero entran ganas de no serlo porque estás hablando de tu vida. De unas expectativas de vida que ellos han cerrado. Le diría… ¿Le parece normal que una persona con estos méritos, tras tanto esfuerzo, no tenga oportunidad en su área? Le preguntaría qué opciones me ofrece, unas que aceptara él mismo o cualquiera de su familia. También le pediría, como a cualquiera, que acabemos con un lastre de este país, el tema del enchufado: Nada de méritos. Da envidia cuando ves que en otros países se valora con independencia de tu afiliación o amistades. Aquí muchos buscan que les digas lo que quieren oír".
"Me sorprende que la ciudadanía no se dé cuenta y que sigan optando por opciones así. La educación y la investigación es lo que nos permite avanzar y ser competentes como sociedad"
Publicidad
A ratos se siente indefensa. A ratos mira a la sociedad y, salvo excepciones, apenas la reconoce: "Me sorprende que la ciudadanía no se dé cuenta y que sigan optando por opciones así, porque es nuestro futuro. La educación y la investigación es lo que nos permite avanzar y ser competentes como sociedad". Antes de despedirnos, Susana me confiesa que aunque a veces le cuesta, nunca va a dejar de sonreír. Porque reconoce sus méritos. Y porque sabe de la nobleza de su profesión: "Si dejamos de pensar en las personas corremos el riesgo de vivir en una sociedad deshumanizada, sin horizonte y en la que no seamos capaces ni de respetar a nuestros congéneres. Esto ya sucede por parte de muchos. Nuestra labor permite que la convivencia entre todos sea más pacífica, más tolerante y humana; desterrar mitos, fraudes y todo lo que destroza la concepción de solidaridad entre pueblos e igualdad entre seres humanos".