Este artículo se publicó hace 4 años.
El Gobierno de coaliciónLa normalización del gobierno de coalición: 12 de 17 comunidades tienen un ejecutivo compartido
Asturias, Castilla-La Mancha, Extremadura, Galicia y La Rioja son los únicos territorios donde no hay un gobierno de coalición. Los expertos coinciden en que la coalición no es una fórmula inestable de por sí, aunque sí que causa inestabilidad un gobierno
Madrid-
Las coaliciones de gobierno ya forman parte de la cultura política de España. De hecho, constituyen la fórmula más habitual para constituir ejecutivos en escenarios de fragmentación parlamentaria. Sin embargo, hace unos meses esto no era así. Antes de diciembre de 2019 algunas voces apuntaban a que los gobiernos de coalición eran una rara avis que estaban directamente asociados con la inestabilidad política y complicaban enormemente la gobernabilidad.
En España las coaliciones de gobierno no son algo estrictamente "nuevo", y no era extraño verlos en ayuntamientos e, incluso, en algunas comunidades autónomas; sin embargo, el análisis sobre su funcionamiento y las dudas que suscitaba la fórmula no irrumpieron en la opinión pública hasta que se planteó establecer un ejecutivo compartido en el Gobierno estatal. Esto fue en la campaña de las elecciones del 28 de abril del pasado año, cuando Unidas Podemos propuso por vez primera una coalición de gobierno con el PSOE.
La resistencia a la fórmula de la coalición fue férrea, y una de sus principales consecuencias fue la repetición electoral del 10 de noviembre. No sería hasta diciembre de ese mismo año cuando finalmente se acordó llevar esta fórmula al Gobierno estatal, con un resultado todavía incierto, pero con algunas pruebas en su corto recorrido (nada menos que una pandemia mundial inédita) que ya permiten sacar algunas conclusiones.
En la actualidad, de las 17 comunidades autónomas, 12 se rigen por un gobierno compartido entre dos o más formaciones, es decir, más de un 70% de los territorios tienen un ejecutivo de coalición. La mayoría de estos gobiernos son fruto de los procesos electorales de mayo de 2019, aunque algunas autonomías ya practicaban la 'cultura de la coalición' mucho antes de estos procesos e, incluso, de que llegara al Gobierno estatal.
De los procesos electorales de julio de 2020, en Euskadi todo apunta a que se constituirá una coalición entre el PNV, partido ganador de las elecciones, y el PSE, una colaboración que ya marcó la legislatura anterior, por lo que se contabilizará como uno de las coaliciones de gobierno.
Los 12 territorios que se rigen por esta fórmula son: Andalucía (PP, Cs); Aragón (PSOE, Podemos, PAR, CHA); Canarias (PSOE + NC, Podemos + ASG); Cantabria (PRC, PSOE); Castilla y León (PP, Cs); Catalunya (JxCat, ERC); Comunitat Valenciana (PSOE, Compromís, Podemos); Illes Balears (PSOE, Podemos, Mès Mallorca); Comunidad de Madrid (PP, Cs); Región de Murcia (PP, Cs); Navarra (PSOE, GB, Podemos, IU) y Euskadi (PNV, PSE, pendiente de conformarse).
En las otras cinco comunidades autónomas el Ejecutivo es monocolor. En tres de ellas, los Gobiernos son de un partido con mayoría absoluta: Galicia (PP), Castilla- La Mancha (PSOE) y Extremadura (PSOE); y en las otras dos hay un partido en minoría parlamentaria cuyo candidato ha sido investido, sea por mayoría absoluta o por mayoría simple: Asturias (PSOE, con el voto de IU sin entrar en el Gobierno) y La Rioja (PSOE, con los votos de IU, Podemos y Equo).
La fragmentación parlamentaria, el origen de las coaliciones
Para Berta Barbet, politóloga y editora de Politikon, el origen de los gobiernos de coalición está en "la mayor fragmentación política, que hace que ningún partido tenga una mayoría cercana a la mayoría absoluta y, por lo tanto, hay una tendencia bastante lógica a garantizarse una mayoría que pasa por unir escaños de distintos partidos. Es una cuestión de facilitar la gobernanza". "El Gobierno quiere tener algo cercano a una mayoría que le evite negociaciones constantes con muchos grupos. Antes de la crisis de 2008 esto se podía conseguir con un solo partido, y ahora se consigue con varios", añade la experta.
En el mismo sentido, el doctor en Ciencias Políticas por la Universidad de Oxford y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid, Ignacio Jurado, explica que el triunfo de la fórmula de la coalición "se debe en gran medida a la fragmentación partidista que hemos vivido. Lo que solía ocurrir antes es que se dejaba un gobierno en minoría de un solo partido, pero porque normalmente era un partido que no estaba muy lejos de la mayoría absoluta y lo que necesitaba era unos apoyos puntuales para llegar a la mayoría. A partir del año 2014 es cuando la fórmula de gobiernos en minoría monocolor es, sencillamente, impracticable".
Jurado asegura que "el gobierno de coalición sí que ha sido bastante común en comunidades autónomas, no ha sido una figura tan rara, aunque depende mucho de cada comunidad; en el País Vasco ha sido prácticamente la norma. La manera de interpretar las coaliciones como algo extraordinario tiene que ver con que no lo habíamos vivido en el Gobierno central".
Para el experto, la extensión de esta fórmula "se debe a una normalización, y la pregunta es ¿por qué se ha resistido tanto el que haya habido coaliciones?". Una de las posibles respuestas es la valoración negativa de ciertos elementos que se le atribuyen a los gobiernos de coalición. Desde algunos sectores se ha apuntado que los gobiernos compartidos se asocian con la inestabilidad política y que, por lo tanto, no suelen tener un largo recorrido ni son capaces de impulsar propuestas de calado.
"Los gobiernos de coalición pueden ser perfectamente estables y pueden funcionar mejor o peor, pero eso tiene que ver con si generan mecanismos de comunicación y diálogo estables y funcionales o no, y de si son partidos que compiten por el mismo electorado o no. Lo que provoca inestabilidad política son los gobiernos en minoría, aquellos que no tienen garantizada la gobernanza. Cuántos partidos haya en un gobierno es un elemento que no está asociado a la inestabilidad o a los problemas de gobernabilidad", asegura Barbet.
España no es el terreno mejor abonado para las coaliciones debido a la polarización, que impide coaliciones fuera de los bloques políticos, y a que algunas coaliciones gobiernan en minoría parlamentaria
Jurado apunta en este sentido que "muchos países que consideramos paradigmas de estabilidad han tenido coaliciones de modo continuado desde la Segunda Guerra Mundial". Para el experto en Ciencia Política "hay dos cosas que ocurren en España que hace que las coaliciones puedan tener retos añadidos: la primera es la polarización; en España de momento solo concebimos coaliciones dentro de los bloques, y eso hace que muchos acuerdos para coaliciones estén ya bloqueados de partida, lo que limita la situación de gobernar en una situación de fragmentación parlamentaria"
El segundo elemento que dificulta esta fórmula en España es que "en el Gobierno central tenemos una coalición en minoría parlamentaria, y eso sí que es una situación complicada, pero más por la minoría parlamentaria que por la fórmula de coalición". Para Jurado "cuando en un país se opta por la coalición, lo razonable es hacerlo con unos socios que ya están garantizando una mayoría absoluta; de esta manera negocias todo dentro del Gobierno y te evitas una negociación extra en el Parlamento. Lo de España es poco frecuente y sí que se demuestra que es inestable. Las coaliciones en minoría parlamentaria suelen ser los gobiernos menos duraderos".
Sin embargo, según los expertos consultados, las coaliciones también tienen ventajas, tanto funcionales como de 'calidad democrática'. "A veces es más fácil conseguir pactos en los gobiernos de coalición porque hay más actores diferentes negociando, pero depende de lo funcional que sea el gobierno y de si ha creado los mecanismos necesarios para la toma de decisiones de forma consensuada y pactada", apunta Barbet.
"La ventaja fundamental de un gobierno de coalición frente a uno monocolor es que tiene más intereses representados y, por lo tanto, la política potencialmente puede ser más consensual. Es una política más tendente a matices que consensúa más las distintas visiones de un grupo de electores", concluye Jurado.
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