La mujer que "devolvió la esperanza" cuando los refugiados eran españoles
Elisabeth Eidenbenz, una joven maestra suiza, ayudó a nacer a 597 niños entre 1939 y 1944, la mayoría hijos de exiliados republicanos que permanecían en campos de concentración en Francia. Creó la Maternidad de Elna. Una exposición en el Parlamento Europeo, organizada por Primavera Europea, honra su memoria.
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BRUSELAS.- Elisabeth Eidenbenz no quería ser ninguna heroína, pero lo fue. Eidenbenz hubiese preferido no tener que partir hacia España para ayudar a los niños que sufrían las consecuencias de la Guerra Civil, pero partió. Y, por último, Eidebenbenz se hubiese conformado con ser la profesora de estos niños, pero una vez en España y en el sur de Francia, en los campos de refugiados de españoles, se dio cuenta de que los pequeños, y sus madres, tenían una necesidad mucho más acuciante que la de recibir educación: sobrevivir.
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Eidenbenz ayudó a nacer entre 1939 y 1944 a 597 niños de 22 nacionalidades diferentes, aunque la inmensa mayoría eran hijos de exiliados españoles en el sur de Francia. El resto judíos y gitanos que huían de los nazis. Pero comencemos por el principio. Esta mujer, de apenas 1,50 de estatura, llegó a España el 24 de abril de 1937. Era institutriz y llegaba con la ilusión de ejercer su profesión, tras un breve paso como voluntaria en Dinamarca. Estaba a punto de cumplir 24 años. La crudeza de la Guerra, sin embargo, descolocó sus planes. "Pensaba que venía a ayudar a los niños y darles clase, pero se encontró con algo muy distinto. Se encontró con un montón de niños famélicos", narra Luis Expósito, que estudió la vida de Elisabeth y autor de la obra La Conexión burjassot
Tras estar al frente de un almacén de ropa en Madrid durante la Guerra Civil, que pertenecía al cartel de Ayuda Suiza a los niños de España, que englobaba a 15 organizaciones del país helvético, Elisabeth huyó junto a 475.000 españoles al sur de Francia, donde fueron hospedados en campos de refugiados sin las más mínimas condiciones de higiene.
"La sarna, el polvo y la arena fina se colaban por todas partes, la ropa, la comida, los ojos (…) Yo no quería que mi hijo naciera en estas condiciones"
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“Era el mes de abril y por los altavoces del campo informaron de que Franco había ganado la Guerra –relata la refugiada española Remei Oliva en el libro de la historiadora Assumpta Montellà La maternidad de Elna– Ya hacía meses que estábamos rodeados de alambres, vigilados como criminales y mal alimentados. La sarna, el polvo y la arena fina se colaban por todas partes, la ropa, la comida, los ojos (…). Yo no quería que mi hijo naciera en estas condiciones. Tenía miedo de que no sobreviviera. Había visto con mis ojos cómo morían los hijos de otras mujeres”.
Elisabeth había retornada hacía apenas unas semanas a Suiza, pero en febrero de 1939 decidió volver a los campos de refugiados del sur de Francia. Su primera tarea fue participar en la Maternidad de Brullà que fue creada por Kart Ketterer, voluntario del Servicio Civil Internacional, en unas antiguas cuadras situadas en Perpiñán. Entre el 3 de abril y el 6 de septiembre de 1939 nacieron en esta Maternidad 33 bebés, pero el estallido de la II Guerra Mundial, la incertidumbre sobre la financiación y la actitud del dueño de las cuadras obligaron a Eidenbenz a cerrar la Maternidad.
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El 7 de diciembre de 1939 nació el primer bebé en la recién creada maternidad. Su nombre: José Molina.
El 7 de diciembre de 1939 nació el primer bebé en la recién creada maternidad. Su nombre: José Molina. Tras él siguió una larga lista de bebés. En total: 597: Adela Aguado, Alberto Álvarez, Azucena Baquero, Faustino Bretos, etc. Entre ellos, se encuentra Celia García, que nació el 14 de febrero de 1941 y permaneció en la maternidad hasta abril de 1944, cuando soldados de la Alemania nazi clausuraron la institución. Celia, recuerda para Público desde su casa en Perpiñán lo que significó la pequeña isla de paz de Elisabeth Eidenbenz.
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La maternidad estaba instalada en un palacete de tres pisos construido en 1900. Un espacio de tranquilidad y relativo confort que contrastaba con la Europa de destrucción de la época. El espacio disponía de aproximadamente 50 camas, distribuidas por habitaciones de entre cuatro y ocho camas cada una. La mayoría de estas habitaciones habían sido bautizadas con nombres de ciudades españolas: Barcelona, Bilbao, Madrid, Santander, Sevilla y Zaragoza. El paritorio se llamaba Marruecos.
"Pero lo formidable y fantástico fue que hubiese un lugar para las madres republicanas españolas y después para las madres judíos y gitanas perseguidas por los nazis”, señala Barba
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Apenas dos meses después de Celia nació en la Maternidad Sergio Barba. Era el 12 de abril de 1941, ya habían pasado casi 10 años desde el advenimiento de la II República española y sus partidarios tenían que dar a luz a sus hijos fuera de su país. Le habían robado su casa. Barba, de hecho, se quedó a vivir en Francia. Allí preside la FFREEE, la asociación de los hijos e hijas de españoles de Republicanos Españoles y Niños del Exilio. Barba, desde Francia, recuerda para Público la labor de la señorita Isabel.
"Un día Elisabeth fue al hospital de Perpiñán y vio a una Lucie, una chica judía embarazada de 18 años. Elisabeth se la llevó a la maternidad y trató de protegerla. Pero poco tiempo después la Gestapo se presentó en la Maternidad y la reclamó. La matrona les dijo que Lucie no estaba allí, pero los alemanes dijeron que si no entregaban a la chica se la llevarían a ella y a otras mujeres presas. Finalmente, la tuvo que entregar a los alemanes. La cogieron, le pegaron, la tiraron al suelo, le escupieron (...). Eso la señorita Elisabeth no se lo pudo perdonar nunca” relata Celia.
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Durante la Pascua de 1944 el ejército nazi de la Alemania de Hitler, en uno de sus últimos coletazos, cerró la Maternidad, poniendo punto y final a uno de los cientos de episodios olvidados de la Guerra Civil española
Años después, en el 2001, Guy Eckstein, que había nacido en la Maternidad de Elna, fue al castillo para conocer el lugar donde había nacido. La familia Charpentier no conocía el pasado del edificio, pero la historia fue recuperada. En el año 2002 Elisabeth recibió la medalla de Justos entre las Naciones por el Instituto Yad Vashem y ahí se comenzó a reconocer su labor. De hecho, la reina Sofia le entregó en el año 2006 la medalla del Orden Civil de la Solidaridad Social, la Generalitat de Catalunya, la Cruz de Sant Jordi, y Francia le entregó la Legión de Honor de manos del presidente de la República.
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