Movimiento Socialista: jóvenes se organizan como alternativa a la actual izquierda
Una base muy joven de militantes proponen una alternativa a la política basada en partidos reformistas. Esta nueva corriente comunista se extiende y coge fuerza en el resto del Estado.
Madrid-Actualizado a
Un fantasma recorre el Estado español –parafraseando el célebre arranque del Manifiesto Comunista–. El fantasma del socialismo, pero no el del partido que lidera Pedro Sánchez. Se trata del Movimiento Socialista (MS), una corriente tan a la izquierda del PSOE que ni siquiera aspira a tener –al menos por ahora– representación parlamentaria. Ante el auge de la extrema derecha, la acuciante crisis de la vivienda y la emergencia climática, varias plataformas con una base muy joven plantean una alternativa a la política reformista y rechazan frontalmente la idea del mal menor.
El origen del Movimiento Socialista tiene lugar en Euskadi. En 2018, la organización estudiantil Ikasle Abertzaleak rompió con Ernai, las juventudes de Sortu, partido integrado en EH Bildu. Desde entonces, surgieron otros movimientos vascos que se alejaban de la tradición de la izquierda abertzale, como Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), Itaia, Erraki o Ekida. En diciembre de 2023, crearon el primer partido político del MS, el Consejo Socialista de Euskal Herria (Euskal Herriko Kontseilu Sozialista, EHKS).
El movimiento ha ido creando otras organizaciones a lo largo y ancho del Estado. En Catalunya cuentan con Horitzò Socialista o la Organització Juvenil Socialista, en Galicia con Creba Socialista y, desde marzo de 2024, Madrid cuenta con la Coordinadora Juvenil Socialista (CJS), que también opera en otros territorios. Esta organización ha convocado este sábado, 14 de diciembre, a las 17.30 horas una movilización en Madrid, en la Plaza de la Villa. La principal tarea en la que se embarcan es construir un espacio de izquierdas que responda a los problemas que atraviesan a la generación más joven.
Una generación atravesada por las crisis
"CJS nace de un proceso de unificación entre jóvenes que veníamos de diferentes trayectorias de lucha o experiencias organizativas, como la vivienda, el movimiento feminista, el antifascista o el ecologista", explica a Público Paula Villegas, miembro de la organización.
La militante incide en que la juventud es "la generación de la crisis". Gonzalo Gallardo, también de CJS, añade que "las nuevas generaciones de la clase trabajadora van a vivir, incluso en el norte global, una situación distinta a la que vivieron las generaciones anteriores, con unos pocos que cada vez son más ricos y la mayoría son más pobres".
La intención del MS en general, y de CJS en particular, "es convertir esta ruptura generacional en una ruptura política", subraya Gallardo. Para ello, "creemos que los sectores juveniles son muy importantes porque son como el eslabón débil que puede romper la hegemonía actual".
Gonzalo Gallardo, de CJS: "Nosotras no queremos volver a vivir como nuestros padres"
No obstante, desde la organización ven con cierta reticencia la tesis de que los jóvenes viven peor que sus padres. "Efectivamente creemos que hay una condición objetiva de que vivimos peor que la generación de nuestros padres", afirma Gallardo. Sin embargo, "hay una lectura posible, más nostálgica, que funciona como una promesa de volver al pasado. Es una lectura reaccionaria que nosotras no compartimos; no queremos volver a vivir como nuestros padres", remarca.
En concreto, los del MS rechazan la idea de recrear "una etapa de bienestar social para el centro imperialista de Occidente, sostenida bajo la explotación de la mayoría trabajadora y desposeída del sur global". En su lugar, "queremos acabar con el sistema capitalista en su conjunto y, por así decirlo, con la minoría de ricos que vive a costa de la mayoría".
Los límites de la socialdemocracia
Villegas lamenta que "a día de hoy no hay nadie haciendo una oposición real y efectiva al sistema capitalista". La militante afirma que "los partidos de la izquierda reformista se han mostrado como un cascarón vacío, faltos de proyecto, lo que también les imposibilita relanzar las tareas que son necesarias ahora".
Paula Villegas, de CJS: "No hay nadie haciendo una oposición real y efectiva al sistema capitalista"
En este sentido, Villegas recuerda que muchas de las integrantes de CJS antes formaban parte de las juventudes comunistas (UJCE) del PCE, así como de movimientos sociales. "Nos juntamos para hacer una autocrítica de los límites que experimentamos, como la falta de independencia política, quedando siempre subsumidos a la agenda de los partidos socialdemócratas". Desde el MS identificaron en este escenario "una falta de una organización que nos diera un programa conjunto, una estrategia a largo plazo", señala.
Gallardo: "El proyecto de Podemos, Sumar, PP y Vox es el mismo: gobernar el Estado capitalista y reproducir este sistema"
Este movimiento valora que la socialdemocracia y los partidos que la representan quedan limitados para llevar a cabo un cambio real y efectivo en el bienestar de la ciudadanía. Desde su creación, los de CJS han tratado de "exponer el fracaso del proyecto de la izquierda reformista durante estas dos décadas y analizar el porqué de los límites con los que se han ido encontrando. No es una crítica moralista, sino una crítica que intentaba plantear cuáles eran los errores de fondo de la propuesta política y a qué intereses de clase respondía esta izquierda", indica Gallardo.
Villegas: "Los partidos de la izquierda reformista se han mostrado como un cascarón vacío"
"El proyecto de Podemos, Sumar, PP y Vox es el mismo: gobernar el Estado capitalista y reproducir este sistema, basado en la explotación de la gran mayoría trabajadora del planeta. Y eso ninguno lo pone en duda. No hay ninguna alternativa política, ninguna fuerza real que represente los intereses generales de la clase trabajadora y que apueste por la destrucción del sistema capitalista", insiste el de CJS.
Una clase obrera diversa
La Coordinadora Juvenil Socialista y las demás organizaciones del Estado pertenecientes a este movimiento no son las primeras en poner el foco sobre los límites del reformismo. Las voces más escépticas al MS, movidas por los estereotipos y estigmas que rodean a su militancia, temen que pueda parecerse a los experimentos anteriores, ya que estos han demostrado adoptar posturas racistas y homófobas. No obstante, los de CJS recalcan su compromiso con la diversidad.
Un ejemplo de organización que se ubica a sí misma en el comunismo revolucionario, pero cuyas posiciones reproducen postulados ultraconservadores, es el Frente Obrero, liderado por Roberto Vaquero. El político se ha enfrentado a fuertes críticas por su posicionamiento contra, según denominan en su formación, el "lobby queer". Afroféminas llegó a denunciar a Vaquero por delito de odio, una querella que la Justicia admitió a trámite el pasado junio.
Los más escépticos han tratado de comparar al Movimiento Socialista con este tipo de organizaciones, y en concreto, con la de Vaquero. Sin embargo, los planteamientos de CJS no pueden estar más lejos de los postulados del Frente Obrero y ellos mismos critican el obrerismo. Por el contrario, el proyecto del MS incluye a todas las subjetividades que componen a la clase trabajadora y tanto Villegas como Gallardo denuncian las lacras a las que el paraguas de la diversidad se ve sometido, como el machismo, la homofobia, el racismo o la transfobia.
Gonzalo Gallardo: "La única forma de construir la unidad de clase es a través de la diversidad"
"Nuestro horizonte es la emancipación de la humanidad, sin clases y sin ninguna forma de opresión", explica Gallardo. "Por tanto, nos tomamos muy en serio la lucha contra el machismo, el racismo, la LGTBIfobia y el resto de discriminaciones que atentan directamente contra sectores de nuestra clase". El miembro de CJS remarca: "La única forma de construir la unidad de clase es a través de la diversidad".
Por su parte, Villegas destaca que CJS también lo componen quienes vienen de haber participado en los movimientos feministas. Frente al rechazo frontal que presentan las organizaciones obreristas como la de Roberto Vaquero, la militante del MS expresa que "a día de hoy el feminismo se entiende como la lucha contra la opresión de la mujer y la opresión de género, por lo que decir hoy no soy feminista implica unas consecuencias en el sentido común de la gente que no estamos dispuestas a asumir".
Gallardo: "No se puede ser comunista sin tener un compromiso total con la lucha por la emancipación de la mujer"
No por ello dejan los de CJS de identificar límites en el movimiento feminista que se organiza en torno a la socialdemocracia. "Hacemos una crítica a la propuesta organizativa y estratégica", matiza Villegas, pero a la vez reconoce que "ha ayudado a agrandar el espacio para hacer una política más emancipadora".
"No se puede ser comunista sin tener un compromiso total con la lucha por la emancipación de la mujer, la violencia machista y contra cualquier forma de discriminación y opresión. Al igual que no se puede ser comunista sin tener integrada una perspectiva antirracista, ecologista y muchas otras", zanja Gallardo.
Con la movilización de este sábado, CJS pretende mostrar en las calles que el Movimiento Socialista se afianza en Madrid, como también lo hace en otros territorios del Estado. Sin embargo, tienen claro que "planteamos un proyecto a largo plazo", apunta Villegas. "Sabemos que requiere tiempo, pero también que es la única forma de sentar unas bases firmes para construir un proyecto común", concluye.
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