Tenía que verse. La grabación del juicio contra la Diputación de Bikaia por el 'arrancamiento' de la hija de Irune Costumero, a la que Público ha podido acceder, es la prueba más palpable de que el falso y dañino Síndrome de Alienación Parental (SAP) ha destrozado las vidas de una niña y una madre, sin que haya quedado acreditado en dicho juicio, celebrado en junio pasado en la Audiencia de Bizkaia, qué hizo Irune Costumero para merecer semejante castigo, como es la retirada de la custodia de la niña, hace cuatro años, y la imposibilidad de verla durante tres meses. Desde el 4 de agosto de 2017 hasta enero de 2021 sólo ha podido estar con su hija una y dos horas a la semana. En la actualidad, puede estar con la niña los fines de semana alternos.

Público ha ofrecido en dos entregas los vídeos con los momentos más duros vividos por Costumero en el juicio, cuya sentencia ha sido la absolución para los cuatro funcionarios que ordenaron la abrupta retirada de la custodia de la niña a la madre para entregarla en régimen de custodia exclusiva al padre. La niña rechaza a su progenitor, como quedó patente en el juicio, por presuntos malos tratos, que quedaron archivados en el juzgado. El propio relato de Irune Costumero y el de su madre sobre el momento del 'arrancamiento' son espeluznantes. 

Se han podido ver en los vídeos ofrecidos por este medio las débiles e impasibles argumentaciones de la jefa de Infancia, Consuelo Alonso, y de la jefa de la Sección de Recepción, Valoración y Orientación de la Diputación Foral de Bizkaia, María Antonia Giner, ambas acusadas, sobre los motivos para separar a madre e hija; pero sobre todo, se han podido conocer las balbuceantes explicaciones sobre el diagnóstico a la menor de alienación parental que ofreció la psicóloga de la Asociación Bizgarri, que colabora con la diputación. 

Y, sin duda, la intervención de la fiscal, Rosario Ramírez, en el juicio, con su defensa a ultranza del SAP, su posicionamiento contrario a Costumero como madre y sus argumentos positivos hacia el padre en todo momento, hacen de la grabación del juicio un documento imprescindible para comprender cómo se sigue atacando desde muchas instituciones a las madres que defienden a sus hijos e hijas.