Este artículo se publicó hace 2 años.
Ministros del PSOE creen que el regreso del emérito solo perjudica a Felipe VI y la imagen de la Corona
Juan Carlos I pone a su hijo en una difícil situación por su empeño en volver a España en un viaje de tres días para participar en la regata InterRías de Sanxenxo. Así lo confirman miembros del Ejecutivo socialista.
María José Pintor
Madrid-Actualizado a
Mientras el Gobierno de forma oficial muestra respeto a las decisiones privadas de la Corona y se desmarca de la visita del rey emérito este fin de semana, fuentes del PSOE confirman a Público que los ministros socialistas creen que esta decisión del padre del monarca solo perjudica la imagen de Felipe VI y de la propia Corona.
Este mismo jueves, poco antes de confirmarse por parte de la Casa Real que la llegada de Juan Carlos I se adelantaba 24 horas según lo previsto a Sanxenxo, tanto la vicepresidenta Yolanda Díaz como la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, coincidían en declarar a los medios que el emérito debía explicaciones a los españoles. Esta misma mañana la vicepresidenta Calviño se manifestaba en este mismo sentido.
Un viaje "incómodo"
El Gobierno ha reconocido de forma extraoficial que el viaje de Juan Carlos I a España es "incómodo" para la Casa Real, aunque fuentes socialistas que en numerosas ocasiones han hecho de nexo entre Moncloa y el Palacio de la Zarzuela lamentan que "ya que ha sido imposible impedir esta visita para participar en una regata" creen que, al menos, "podía haber sido un viaje más englobado en el ámbito familiar y con menos exposición pública".
A estas mismas fuentes les consta que desde la Zarzuela no han encontrado la forma de evitarlo.
Fuentes socialistas consideran que "podía haber sido un viaje más englobado en el ámbito familiar y con menos exposición pública"
En varias ocasiones, sin embargo, desde el Ejecutivo se ha insistido en que al emérito no se le puede impedir que vuelva a España. De momento, la visita del padre del rey es de tres días y volverá a Abu Dabi, donde ha fijado su residencia desde su salida de España en agosto de 2020.
Juan Carlos I se marchó de España el 3 de agosto, en plena pandemia hace casi dos años, tras los escándalos por presuntas comisiones ilegales y las noticias sobre su fortuna en el extranjero.
En aquel momento, a través de una carta a su hijo y heredero, el emérito comunicó su "meditada decisión" de dejar España ante la "repercusión pública" de las noticias sobre sus cuentas en paraísos fiscales y para "contribuir" a que el jefe del Estado pueda desarrollar sus funciones "desde la tranquilidad y el sosiego".
Pero lo cierto es que no ha habido desde entonces sosiego alguno para Felipe VI con respecto a su padre, sus negocios, presuntas comisiones y cuentas millonarias en el extranjero.
Una vez que la Fiscalía del Tribunal Supremo liberara al emérito de horizonte judicial alguno el pasado mes de marzo, ya era difícil evitar el deseo de regresar a España de quien ha sido jefe del Estado español durante cuatro décadas.
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