El nazi Andrés Orts se enfrenta a 38 años de prisión por violar a su pareja
Un relato de terror
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José Antonio Andrés Orts, alias “Erik”, fue detenido en Valencia en 2005 por la unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil al ser identificado por los agentes como uno de los cuatro mandos de la organización neonazi Frente Antisistema (FAS), tras detectarse actividades presuntamente ilícitas como la venta y distribución de armas ilegales y prohibidas, que la organización -según la Fiscalía y la acusación popular- utilizaba como una presunta vía más de financiación para sus fines, considerados ilícitos y por lo que sus actividades venían siendo investigadas con supervisión judicial desde mediados de 2003.
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En el registro en sus domicilios, tanto en el de Valencia como en el de la urbanización Alfinach de Puçol (Valencia), la Guardia Civil encontró gran número de armas, entre ellas el bazuca (un lanza-granadas C-90) que identifica en todas las crónicas de los medios de comunicación el 'Caso Pánzer'. También aparecieron numerosas armas, hasta tres folios constan en el sumario de la causa atribuidas a José Antonio Andrés Orts, y cuya devolución ha solicitado su propietario al quedar absuelto.
Durante el juicio celebrado en Valencia el militar negó los hechos y atribuyó las denuncias a que su pareja “padece un trastorno de la personalidad tras sufrir un aborto y que la relación se deterioró cuando regresaron de un viaje a la República Dominicana en 2012, pero a principios de 2013 volvieron a retomarla e incluso fijaron fecha para la boda”, según publicó el diario Levante-EMV.
Un relato de terror
El escrito a la sala de la fiscal María Ángeles Martínez Marzal es un relato duro y en momentos escalofriante, pero no obstante es demasiado común en los numerosos casos de violencia de género.
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Ese mismo día, el 15 de febrero de 2013, “la víctima empezó a tener dolor de espalda por una contractura dorsal muscular y el acusado la llevó al hospital Quirón de Valencia. Mientras estaban aparcados en la puerta en el interior del vehículo la golpeó en la cabeza con el puño y la mano abierta, y la amenazó con cortarle la pierna con una navaja, de forma que le quedaría una cicatriz y así cuando viera el corte se acordaría de lo puta que era”.