Elecciones en Madrid Más Madrid llega al 4M aupado por las encuestas para apuntalar su posición como referente del bloque progresista
Los de Mónica García han puesto en valor una virtud que les diferencia del resto, ser una fuerza "netamente madrileña" que se debe "para y por los madrileños". Su manera de hacer política, alejada del ruido y la confrontación, ha llevado a la formación a ser una revulsivo en esta campaña.
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MADRID,
Más Madrid ha sido la gran sorpresa durante la campaña de las elecciones a la Comunidad de Madrid de este martes. El partido regional, con Mónica García al frente, ha tenido un crecimiento exponencial a medida que su candidata, que partió a mediados de abril siendo la política menos conocida para los madrileños, ha ganado protagonismo, sobre todo a partir del último tramo, tras los debates celebrados en Telemadrid y en la Cadena Ser.
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La formación, que obtuvo 20 escaños en los anteriores comicios de 2019 (los primeros a los que concurrió), está cada vez más cerca del PSOE. A tenor de las últimas encuestas (las últimas se publicaron el pasado miércoles), Más Madrid le pisaría los talones al partido de Ángel Gabilondo y, en detrimento de este, podría llegar a obtener 26 diputados frente a los 30 que los sondeos pronostican para el PSOE, lo que ha reavivado el eterno fantasma del sorpasso.
No obstante, el partido es consciente de que este resultado no sería suficiente para impedir que Isabel Díaz Ayuso, la candidata del PP, revalide al frente de la Puerta del Sol, lo que a su vez permitiría la entrada de la extrema derecha en las instituciones. Por ello, los de Mónica García han intensificado en los últimos días su agenda de campaña, proyectada hacia los barrios y municipios del sur, para llamar a la participación masiva y tratar de darle la vuelta al marcador electoral.
Campaña de 'fair play' entre las fuerzas de izquierda
Después de que Pablo Iglesias anunciara su salida del Gobierno para disputarle la Comunidad de Madrid a Ayuso y pedirle a Más Madrid concurrir a la cita electoral en una única candidatura, la formación de Mónica García decidió ir por separado para "reivindicar su espacio político". "Quiero ser la próxima presidenta de la Comunidad de Madrid", aseguró Mónica García un día después de la propuesta del candidato de Unidas Podemos. "Llevamos manos a la obra desde hace muchísimo tiempo, tenemos bien engrasado un proyecto feminista, regionalista y verde", remató.
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Un mes y medio después y, a pesar de los temores iniciales sobre un hipotético enfrentamiento entre las fuerzas de izquierdas, los partidos del bloque progresista han llevado a cabo una campaña limpia en aras de alcanzar un mismo objetivo: sumar para arrebatarle al PP el Gobierno de la Comunidad de Madrid por primera vez en 26 años.
Esta unión se evidenció aún más cuando el candidato de Unidas Podemos, primero, y los aspirantes del PSOE y Más Madrid, después, dieron plantón a la cabeza de lista de Vox, Rocío Monasterio, en el debate de la Cadena Ser, después de que esta lo reventara a base de insultos y provocaciones. También se visibilizó el pasado sábado durante la marcha del Día del Trabajador, en la que los tres candidatos caminaron juntos por las calles de Madrid reivindicando la conquista de nuevos derechos.
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"Creo que las tres fuerzas progresistas tenemos que sentirnos orgullosas de la campaña que estamos haciendo, de la campaña de fair play, en la que siendo fuerzas diferentes tenemos un objetivo común y que, en vez de mirarnos a los lados, estemos mirando un objetivo unitario, que es que la señora Ayuso no revalide y, por supuesto, que no lo haga de la mano de la ultraderecha. Esto es un anhelo que el votante progresista, muy crítico con muchas de las políticas que hemos llevado a cabo, lo agradece y va a ser un revulsivo para una hoja de ruta para que sigamos como fuerzas hermanas trabajando en lo común y con este objetivo de cambiar y tener un gobierno decente el próximo 4 de mayo", sostuvo Mónica García en una entrevista a Público.
Una fuerza "netamente madrileña"
La aspirante de la formación madrileña, que entró en la Asamblea hace dos años ocupando el puesto número 10 de la lista de Más Madrid (liderada aquel entonces por Íñigo Errejón), ha sido el principal azote de Ayuso en la oposición, especialmente durante los meses de la pandemia. Conocer desde cerca los horrores vividos durante los peores momentos de la crisis sanitaria (ha compaginado la política con su profesión como anestesista en el Hospital 12 de Octubre), le sirvió para encarar a la presidenta madrileña en el terreno parlamentario.
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Esta condición le valió para querer posicionarse como referente del bloque progresista, un reto difícil teniendo en cuenta la base tan consolidada del PSOE en la región y el protagonismo de Pablo Iglesias en el Gobierno de coalición. Con todo, en el primer acto de campaña celebrado en Vallecas el pasado 18 de abril, Mónica García se echó a la espalda la responsabilidad de empujar al bloque de izquierdas para acabar con la "desfachatez" de Ayuso este martes.
Durante estas semanas, y ante un escenario de elecciones autonómicas con una repercusión en el tablero político estatal, los de Mónica García han puesto en valor una virtud que les diferencia del resto, ser una fuerza "netamente madrileña" que se debe "para y por los madrileños", y que defiende "los intereses de los madrileños sin ser ningún tipo de moneda de cambio política de ningún otro sitio fuera de nuestras fronteras".
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La manera de hacer política de Más Madrid, esto es, "hablar de lo que realmente le duele las tripas a los madrileños y madrileñas, incluso en los momentos de máximo ruido y máxima confrontación", ha sido el motor que ha llevado a la formación a convertirse en un revulsivo para la campaña. El efecto Mónica García (aunque ella prefiere hablar de efecto Más Madrid) pretende no solo consolidar al partido, sino también apuntalarlo como referente del bloque progresista para que sirva de muro de contención de la políticas neoliberales del PP y de la ultraderecha.